Capítulo 6 (Segunda Temporada)

domingo, 26 de abril de 2009
Narra Joe:

Joe: Aterriza, aterriza, aterriza, aterriza…
Brad: ¡JOSEPH! ¡¿Cómo pretendes que el avión aterrice si despegó hace diez minutos?! ¡Contrólate por favor, me tienes los nervios de punta!
Joe: Lo siento… (me acurruqué en el asiento y crucé los brazos en mi pecho). Amargado (gruñí).
Brad: Te escuché.
¡No lo podía soportar! Pensar que mi novia estaba a menos kilómetros de distancia cada minuto que pasaba me desesperaba y sólo hacia que me dieran ganar de abrazarla y no soltarla nunca más.

Narra Fran:

Ése día Chad, el que hacia de Brad en San Francisco había llamado para decirme que no fuera a grabar porque había ocurrido un problema técnico en el estudio. Como ya había avisado en la escuela ya no iría me quede sola en mi casa. Estaba aprovechando el tiempo leyendo un libro en mi habitación cuando la canción “Inseparable” comenzó a sonar desde mi celular.
Fran: ¡Joe! (dije cuando conteste la llamada). Que linda sorpresa. ¿Cómo estas?
Joe: Extrañándote, princesa. ¿Y tú?
Fran: También, bebé. Te necesito (mi voz se quebró).
Joe: Y… ¿qué estabas haciendo? (preguntó tratando de cambiar el tema).
Fran: Nada importante, estaba leyendo.
Me levanté de la cama y caminé hasta la ventana.
Joe: ¿No estas en el estudio?
Fran: No. Tuvieron un problema, así que las grabaciones están en receso.
Joe: ¡Que bien!
Fran: ¿Por qué? (confundida).
Joe: Eh… no, por nada. ¿Por qué tu vecino está jugando con un cocodrilo de juguete en el jardín?
Fran: No lo sé (reí). Es un loco. Por suerte no lo has visto en navidad. Se cuelga del techo y… ¡JOE! ¡¿Cómo sabes que mi vecino esta haciendo eso?!
Joe: Mira hacia la entrada (susurró).
Me acerqué a la otra ventana y miré al lugar que había indicado mi novio. Frente a mi casa estaba Joe, con una hermosa sonrisa y apoyado en un maravilloso y reluciente Audi plateado. Bajé las escaleras corriendo y cuando estuve frente a Joe me abalancé contra él abrazándolo.
Joe: Sorpresa (susurró).
Fran: ¿Por qué estás acá? (pregunté desconcertada).
Joe: Si quieres me voy (dijo poniendo mala cara).
Fran: ¡No! No quería decir esto. Es decir… de verdad me sorprendiste.
Joe: Esa era la idea (sonreí). No sabes cuanto te extrañe, princesa (pego su frente a la mía). Te necesitaba tanto.
Fran: Yo también, bebé (cerré los ojos y sentí su fresco aliento sobre mi rostro).
Me hacia tan bien tenerlo cerca. Disfruté sólo de su compañía unos segundos y después sin que ninguno de los dos se pudiera aguantar nos fundimos en un intenso beso. Requería urgentemente de cualquier indicio lo suficientemente real que me asegurara que no estaba soñando, porque no podía negar que este reencuentro lo fantaseaba desde hace mucho tiempo. Estaba tan hipnotizada con la presencia y los labios de mi novio que luego de estar varios minutos bajo la lluvia caí en cuenta que el inminente invierno volvía a hacerse presente.
Fran: Joe (dije contra su boca), esta lloviendo.
Joe: No me importa.

Me atrajo más contra su cuerpo (si es que eso era posible) y me calló con otro beso. Me dejé conquistar unos minutos más, pero un escalofrío me despertó otra vez del trance.
Fran: Nos vamos a resfriar (logré decir cuando se alojó de mi boca para comenzar a depositar pequeño besos en mi cara).
Joe: ¿Y…? (cuchicheó en mi oreja).
Fran: Y… adentro estaríamos mucho más cómodos.
Gruñó y me levantó para llevarme hasta mi hogar. Cuando estuvimos a salvo del aguacero fui al baño a buscar toallas y a regañadientes Joe se quedó en la sala. Cuando volví, él me daba la espalda ya que estaba viendo las miles de fotografías que estaban colgadas en la pared. Disfruté un rato observando los rizos que comenzaban a formarse en su nuca y los músculos de su espalda que se marcaban bajo la polera. Me acerqué a el y lo abracé por la espalda.
Fran: Te quiero mucho.
Joe: Yo también. Mucho, mucho.
Fran: Toma (la pase la toalla). Si quieres algo más sólo dilo.
Joe: Quiero estar contigo para siempre.
Fran: No sabes cuanto deseo eso. ¿Tienes hambre?
Eso no había que preguntarlo, Joe nunca despreciaba la comida. Después de que nos secáramos lo invité a la cocina y le prepare un sándwich con todo lo que encontré en la nevera. Hablamos mucho rato y nos mimamos otro más largo.
Me impresionó mucho cuando me contó que Brad había permitido que lo acompañara. Realmente me estaba perdiendo de cosas importante en Los Ángeles.

Joe me contó de todo lo que estaba pasando con sus hermanos y mis amigas, lo que hizo que anhelara estar con ellos otra vez.
Antes de que mi novio pudiese protestar (aunque sabía que lo hacia por educación, no porque lo deseara) llamé a mi mamá pidiéndole permiso para que Joe se quedara en casa durante su estadía en la ciudad. Mi madre comentó que lo conversaría con mi papá, pero conociéndolos intuía que no se negarían.
Le solicite a mi nana (empleada doméstica o asesora del hogar) que le preparara la habitación de mi hermana mayor a Joe, ya que ella no vivía en San Francisco ya que estudiaba en otra ciudad. Me hacia mucha ilusión la idea de pasar un par de días con mi novio. Lo extrañaba mucho y habían tantas cosas que quería hacer con él que estaba segura no alcanzaría el tiempo aunque tuviéramos toda la vida. Lo único que me importaba en ese momento era él.

1 comentarios:

Julieta dijo...

EMMMMMMMMMM NO SE QE ESCRIBIR JAJA YA SE LOS DIJE TODO MUY BUENA SU NOVE

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