Capítulo 100 (Segunda Temporada)

martes, 26 de febrero de 2013

¡CHICAS, POR SIN LLEGÓ EL ESPERADO FINAL! He estado un poco ocupada con mis amigos y familia por las vacaciones, pero espero que la espera (valga la redundancia) valga la pena. Capítulo extra largo porque se lo merecen, de verdad. No puedo expresar con palabras lo mucho que las amo y lo bien que me han hecho. Gracias a ustedes estoy cumpliendo uno de mis grandes sueños que es escribir y espero hacerlo por mucho tiempo más, si ustedes me lo permiten.
Es por eso que les tengo noticias. Hollywoodbros lo empecé con Nicole, y aunque le tengo mucho cariño a este blog y al antiguo fotolog, quiero algo que sea solamente mío y también quiero crecer como escritora aficionada. Tengo muchos proyectos en mente, algunos ya están en proceso. Van a ser novelas un poco más maduras, mejores escritas, etc, por lo que hice una nueva página que es http://www.wattpad.com/user/ownthesunshine, donde desde ahora voy a publicar mis novelas. También hice un twitter para que estemos en contacto más directo, que es https://twitter.com/ownthesunshine. Síganme, yo las sigo de vuelta y vamos a poder conversar. Por último, tengo una página de facebook, para las que no usan twitter. La página es https://www.facebook.com/ownthesunshine, para que le pongan "me gusta" y comenten. Por esas dos redes sociales me voy a estar moviendo y les voy a avisar cuándo suba a wattpad. Para las que usaban el antiguo facebook, vayan a estas nuevas páginas por favor.
Espero que estemos en contacto y que me acompañen en este nuevo proyecto, del que estoy ansiosa y orgullosa.
Con esto dicho, les dejo el último capítulo de la novela 'Our Love Is Like A Song'. MUCHAS, MUCHAS, MUCHAS gracias a todas las que estuvieron conmigo por estos cinco años (wow, mucho tiempo). También a las que se subieron al barco en el camino. Gracias, eso es lo único que me queda decir.

Las amo.

Fran.~

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7 años después…

Narras Tú:

Me miré en el espejo de cuerpo entero una última vez, sonriendo. Ya iba más de dos semanas desde que no dejaba de sonreír y dudaba que mi expresión cambiara pronto. Estaba demasiado feliz como para hacerlo.
Escuché unos pequeños golpes en la puerta del dormitorio y volteé para poder ver como Nick entraba en la habitación.
Nick: ¿Cariño, estás lista? Los chicos tienen que estar por llegar… pero si quieres nos podemos tardar un poco más en recibirlos (agregó cuando me vio, acercándose hasta tomarme por la cintura).
Tú: Mmm… no creo que sea apropiado (reí al sentir como depositaba suaves besos en mi cuello).
Nick: Créeme, nada de lo que estoy pensando en este momento es apropiado (susurró en mi oído, produciéndome escalofríos). Te ves hermosa (pasó sus manos por la piel de mi espalda que el vestido dejaba al descubierto).
Tú: Nick (mi piel se erizó y sentí como mis rodillas flaqueaban), ahora no (pedí en un susurró).
Nick: ¿No qué? (preguntó con voz profunda, con su boca a milímetros de la mía).
Tú: Esto (murmuré armándome de valor para separarme. Puse mis manos en su pecho y lo alejé). Nosotros fuimos los que invitamos a los chicos, no podemos hacerlos esperar, por más que queramos.
Nick: Sabes que esta noche no te podrás librar de mí (dijo cuando el timbre sonó, anunciando la llegada de los comensales).
Tú: Tampoco pensaba hacerlo (sonreí coqueta y besé fugazmente sus labios).
Mi corazón comenzó a palpitar de emoción por ver a mis amigos después de tanto tiempo, y en una ocasión tan especial. Abrí la puerta de entrada y vi a una de mis mejores amigas parada en la entrada.
Fran: ¡______! (exclamó al verme). ¡Estás hermosa! (me abrazó con fuerza).
Tú: ¡Tú estás resplandeciente! (la saludé con el mismo entusiasmo mientras la guiaba al interior de la casa). Nunca había visto a una embarazada más bella (sonreí acariciando su creciente pancita de seis meses).
Fran: Estoy enorme (hizo una mueca), pero este pequeño milagro vale la pena.
Joe: Hasta embarazada te ves increíble (repuso su marido apareciendo en la escena y abrazándola por atrás).
Fran: Eso lo dices porque te mataría si no pensaras así (dijo tranquilamente). Ahora dejemos de hablar de mí y muéstramelo, que me muero de curiosidad.
Sabía que Fran no estaba hablando de la casa que con Nick habíamos comprado y estábamos inaugurando esa noche. Ese era un detalle frente al anillo que desde hace un par de días decoraba mi dedo anular.
Tú: No es para tanto (sonriendo, le mostré mi mano izquierda. Estaba realmente dichosa, pero no quería sonar creída).
Fran: ¡¿Cómo que no?! ¡Amiga, estás comprometida! (chilló emocionada al ver el diamante).
Andre: Y ahora todo el vecindario lo sabe, Fran (dijo mordaz y sonriente a la vez).
Andre y Kevin entraron a nuestro nuevo hogar acompañados de Nick, quien supuse les había abierto la puerta, pues yo no la había escuchado.
Tú: No puedo creer que estemos todos juntos otra vez (corrí a abrazar a mi amiga y a mi cuñado).
Kevin: Y nosotros no podemos creer que finalmente nuestro hermanito se puso los pantalones y te hizo la gran pregunta (se acercó a Joe y Fran y los saludó).
Joe: Creímos que Frankie se casaría primero que Nicholas (dijo en tono de broma).
Nick: Y pensar que los extrañé. Debo estar loco (abrazó a sus hermanos de la misma forma que hacía desde que los conocía).
Después de los saludos pasamos a la terraza a cenar. Una de las cosas que me encantaba de Los Ángeles era el buen clima que se disfrutaba casi todos los días del año, por lo que al elegir una casa con Nick, quisimos una con un gran jardín trasero para poder disfrutar de comidas al aire libre y amplios espacios para relajarnos.
Ver como toda mi familia estaba nuevamente reunida, porque las cinco personas con las que estaba sentada en aquella mesa eran mi familia, hizo que recordara cómo habíamos empezado y cómo estábamos ahora. Junto a mis amigas pasamos de ser unas simples chicas de California a cantantes reconocidas en todo el mundo, gracias a la ayuda de los Jonas Brothers.
Antes de conocer a Nick era una pobre adolescente huérfana que tenía que soportar los abusos de su malvada tía y sólo encontraba consuelo en el recuerdo de sus amigos y sus padres. Pero en cuanto Nick entró en mi vida, después de un frustrado secuestro y habiendo perdido la memoria, todo mejoró. Fui feliz después de mucho tiempo y conocí al amor de mi vida. Nuestra relación no fue fácil, tuvimos que pasar por muchas cosas para encontrar la paz necesaria para estar junto, mas lo logramos. Luego de dos años de noviazgos, peleas, mentiras, amor, llanto, canciones y crecimiento, entendimos que no podíamos vivir el uno sin el otro, y no nos habíamos separado desde entonces.
La vida de mis amigas y los hermanos de Nick había sido bastante parecida. Andre y Kevin se conocieron y en seguida supieron que eran el uno para el otro. Su relación siempre fue la más tranquila de todas, lo que representaba bien sus personalidad y profundo amor. Tanto era lo que se querían que en cuanto nos graduamos de secundaria, Kevin le propuso matrimonio y ella aceptó. Andre tenía sólo 18 y él 24, por lo que decidieron esperar a que mi amiga terminara la universidad, y cinco años después de eso se casaron y mudaron a Tennessee. Ya habían pasado dos años y tenían una hermosa finca en Nashville donde vivían con su hijo de casi un año, Paul Kevin Jonas III. Crearon una empresa discográfica y eran reconocidos en el mundo de la música como importantes ejecutivos y productores dentro de la industria.
Fran y Joe se enamoraron perdidamente, pero no se les hizo fácil. Fran vivía en San Francisco mientras Joe, al igual que el resto de nosotros, en Los Ángeles. La distancia hizo que tuvieran algunos problemas de confianza y estuvieron separados un tiempo, sin embargo el amor fue más fuerte y cuando Fran entró a estudiar música y actuación a Juilliard, Joe se fue a Nueva York a vivir con ella. Eso fue siete años atrás, y desde entonces no se movieron de la gran manzana. Joe profundizó su veta de actor, protagonizando varias películas y series de televisión. Por su parte, Fran se dedicó a participar de musicales en Broadway al terminar sus estudios. Poco a poco fue consiguiendo mejores puestos en las producciones y alcanzó fama cuando fue elegida para protagonizar el musical “My Fair Lady”, obra en la que estuvo por varios meses, hasta que supo que estaba embarazada. Ambos estaban muy emocionados, pues habían pasado meses varios meses desde su matrimonio y lo único que querían era ser padres.
Nick y yo, por otro lado, nos quedamos viviendo en Los Ángeles. Un año después de terminar el colegio me decidí a estudiar música en UCLA, al igual que Andre. A la larga, yo fui a única de mis amigas que siguió con la carrera de cantante. Tenía tres álbumes publicados, había hecho giras por todo el mundo y mi trabajo había sido reconocido varias veces. Nick también seguía en la industria de la música, trabajando como productor musical para una importante discográfica. Y hacía dos semanas, nos habíamos comprometido en la cena más romántica que había tenido en toda mi vida.
Con Nick hacía tiempo que queríamos comprar una casa, pero él sabía que yo habría preferido hacerlo estando ya comprometidos. Ya habíamos comprado la casa y estaba siendo amueblada cuando, en un picnic en la playa, a la luz de la luna, me pidió que fuera su esposa. Yo por supuesto no me hice de rogar, y ahora estábamos celebrando nuestro compromiso e inaugurando la casa junto a nuestros mejores amigos.
En cuanto a la banda, hacía un par de años, antes que Kevin y Andre se casaran, los chicos hicieron su último álbum y gira mundial como Jonas Brothers. Fue triste, pero a la vez necesario. Sentían que ya habían cumplido su misión como grupo y tenían otras metas que alcanzar.
Andre: Dentro de poco todo el grupo va a estar casado (dijo alegre secando la vajilla que hace poco habíamos terminado de usar, mientras Fran la lavaba y yo la guardaba. Los chicos, como siempre después de cada reunión, estaban jugando videojuegos).
Fran: Y pensar que fue ayer cuando conocimos a los chicos. El tiempo pasa demasiado rápido (acarició su estómago con ternura).
Andre: ¡Dímelo a mí! Mi pequeño Kev ya está caminando por sí solo (comentó orgullosa). Y Kevin le mostró a todos en la oficina un vídeo de Kev andando por la sala. Está loco (rió).
Tú: Loco de amor por su familia (le corregí). Todo esto es tan extraño, pero a la vez emocionante. Hasta ahora todo ha sido maravilloso en la casa, pero temo que cambie a medida que pase el tiempo (confesé).
Fran: Relájate. Yo estaba igual que tú cuando me mudé con Joe, y tenía 18 años. Obviamente no todo es un cuento de hadas, sin embargo después de un tiempo te acostumbras. Además, estar todos los días con tu mejor amigo, que él sea el último que vez al dormir y el primero al despertar es lo mejor.
Ver en los ojos de mis amigas el amor que profesaban por sus maridos hizo que mariposas revolotearan en mi estómago. Me tranquilizaba mucho saber que las chicas habían pasado por lo mismo, mas todo había resultado bien.
Nos quedamos hasta bastante tarde con Fran y Andre viendo algunas cosas para el matrimonio. Con Nick no teníamos fijada la fecha, pero según mis amigas nunca era demasiado temprano para comenzar con los preparativos. Eran tantas las cosas que se tenían que hacer que por un minuto mi cabeza comenzó a dar vueltas, pero en ningún minuto dejé de sonreír. Era simplemente un sueño hecho realidad.
Kevin: Amor, creo que es hora de irnos (entró al comedor y abrazó a su mujer por los hombros).
Andre: Tienes razón (miró su reloj). ¿Le dijiste a Denise que pasaríamos a buscar a Kev mañana en la mañana?
Kevin: Sí, y le prometí que almorzaríamos ahí también. ¿Ustedes irán? (nos preguntó a Fran y a mí).
Fran: No creo. Joe tiene una reunión de trabajo y yo le prometí a Joaquín que comeríamos juntos. Aunque podría pasar en la tarde. Hace tiempo que prometí mostrarle las ecografías.
Tú: Nick comentó algo, pero tampoco podemos. Todavía quedan cosas de la mudanza y nos queremos atrasar más.
Andre: Bueno, nos veremos pronto, entonces. Nos vamos a quedar una semana aquí.
Tú: Excelente (abracé a mi amiga y cuñado). Muchas gracias por venir.
Kevin: Felicitaciones otra vez. Y ten paciencia con mi hermano.
Tú: Lo haré (reí).
Poco después Fran y Joe también se fueron. Estaba cansada, por lo que Nick los fue a despedir a la puerta. Yo aproveché de subir a nuestra habitación, quitarme los zapatos e ir al balcón a disfrutar de la cálida noche. Apoyé los antebrazos en la baranda y cerré los ojos, dejando que el leve viento moviera mi cabello.
Nick: ¿En qué piensas? (susurró en mi oído, produciendo un escalofrío. Abrazó mi cintura y pegó su cuerpo a mi espalda, descansando su barbilla en mi hombro).
Tú: En lo feliz que estoy (sonreí, disfrutando de la maravillosa vista que daba desde el balcón, inclusive en la noche). Y en lo mucho que te amo (volteé con suavidad y lo besé tiernamente). Me gustó tener a los chicos en casa. Los extrañaba mucho.
Nick: Sí, fue divertido. Habían pasado meses desde que nos reuníamos todos.
Tú: ¿Sabes? (intenté ignorar los besos que Nick desparramaba por mi cuello). No pude evitar recordar cuando recién nos conocimos, y todo por lo que tuvimos que pasar para llegar aquí. Fue duro, pero ha valido la pena (sonreír).
Nick: Tienes razón (me miró con fijeza). Nuestro amor es como una canción.
Tú: ¿Cómo una canción? (encarné una ceja).
Nick: Sí (sonrió). Tú sabes el proceso para componer una canción. Requiere tiempo, dedicación, que todo sea armónico, que la letra y melodía tengan sentido y concuerden entre sí. Pero lo más importante es que alguien la cante contigo. Puedes tener todo lo demás, sin embargo, si no tienes a una persona que la cante junto a ti, todo el trabajo será una pérdida.
Tú: Muy romántico, señor Jonas (lo miré con picardía). Nuestro amor es como una canción…
Nick: Porque tú cantaste junto a mí (sonrió sobre mis labios antes de besarlos).


FIN


Capítulo 99 (Segunda Temporada)

lunes, 21 de enero de 2013

¡PENÚLTIMO CAPÍTULO! Ojalá les guste porque me esforcé en hacerlo. La canción que sale es Everytime, original de Britney Spears, pero me inspiré en la versión de Glee. Es una canción hermosa y desde que la escuché supe que sería la indicada para esta parte.
Las adoro.

Fran.~

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Narra Nick:

Creo que estuve cerca de diez minutos fuera del departamento, armándome de valor para tocar la puerta. Sabía que era mi última oportunidad, el momento de la verdad, y sólo quería una respuesta.
Sensaciones que pensé nunca volvería a sentir me traspasaron como un rayo. Ver a ______ fue como contemplar la luz al final del túnel. Ya no había dudas, necesitaba estar a su lado. Ella era mi alma gemela.
Nick: Tenemos que hablar (dije al verla al otro lado de la puerta).
Lo único que quería era estrecharla en mis brazos y besarla, pero tenía que ir con cuidado. Por más brillantes que estuvieran sus ojos en ese momento, necesitaba asegurarme que ella sentía lo mismo.
Pude ver como su cuerpo reaccionaba ante mi presencia, haciéndola sentir indefensa. Sus rodillas temblaron por un segundo y temí que cayera. Sin embargo, después de la conmoción y sorpresa inicial, ______ se irguió y me miró con fingida calma.
Tú: Nick, yo…
Nick: No (la detuve poniendo mi índice sobre sus labios, lo que me dio escalofríos. La extrañaba tanto). Esta noche no podré ser un caballero porque realmente necesito hablar primero. Por favor (rogué).
Tú: Adelante.
Se hizo a un lado y me guió hasta la sala. No me di el tiempo de mirar el nuevo departamento de mi hermano y Fran. Después tendría bastante tiempo.
Tú: ¿Quieres un café? Te ofrecería algo para comer, pero estaba esperando mi cena y tu llegaste y…
No paraba de dar vueltas por la habitación mientras hablaba. Sus dedos no dejaban de moverse, lo que delataba aún más su nerviosismo. Yo había tenido tiempo para prepararme psicológico para este encuentro, ella no.
Nick: ______, cálmate (sujeté con delicadeza sus brazos para detenerla y la conduje hasta el sillón para que se sentara a mi lado). No volé seis horas para tomarme un café o cenar. Quizás después, pero ahora necesito que me escuches.
Tú: Está bien (suspiró). Es sólo que… no esperaba verte aquí.
Nick: Lo sé. Lo siento. Sé que debía esperar a que tú me llamaras, tenía que darte espacio, pero no podía esperar más (sin poder evitarlo, acaricié su mano. Necesitaba sentirla cerca. ______ no se alejó, por lo que continué sin dejar de mirarla a los ojos). Me equivoqué, fui un completo idiota, te traicioné, te hice mucho daño y no sabes lo arrepentido que estoy. Te lo dije esa noche y lo vuelvo a repetir, nunca fue mi intención herirte. Lo hice, y por eso te pido perdón. No podré perdonarme a mí mismo si tú no me perdonas primero, y de verdad necesito que lo hagas (pedí). Este mes sin ti ha sido una tortura. Despertar cada mañana sabiendo que me odiabas y que te quedabas dormida derramando lágrimas por mi culpa hizo que llegara a odiarme. Me aborrecía saber que le había hecho tanto daño a la persona que más amaba en el mundo (los ojos de ______ se llenaron de lágrimas). Ni siquiera saber que Andrés pasará sus días de prisión lejos de ti me calmó. No podía dormir, comer, lo único que me hacía seguir era el trabajo y la esperanza de volver a verte cuando llegaras a casa. Luché contra mis ganas de llamarte cada día desde esa noche en el hotel. Intenté distraerme, mas fue en vano. Tu imagen no dejaba mi mente ni por un segundo. Y es por eso que hoy estoy aquí. Rompí la promesa que hice conmigo mismo de esperar a que tú dieras el primer paso. Quiero estar contigo, necesito estar contigo, y si necesito viajar desde Los Ángeles a Nueva York sin previo aviso, lo haré un millón de veces. Daría todo porque me dieras una nueva oportunidad, si es que así lo quieres.
Había abierto mi corazón ante ______ completamente sin filtro. Ahí estaba yo, desnudo de alma frente a la mujer que me amaba, rogándole lo intentáramos una vez más.
Esperé su respuesta por lo que me parecieron eternos minutos de completo e incómodo silencio.
Tú: Yo… (rompió el contacto visual parándose del sillón). No sé muy bien cómo decir lo que siento ahora, o lo que he sentido durante este tiempo. Se me hace más fácil expresarme a través de canciones.
Me dedicó un atisbo de sonrisa para dirigirse al imponente piano de cola negro que se ubicaba al lado del ventanal con vista a la ciudad. Se sentó en el pequeño banco y acarició las teclas con armonía. Se veía más hermosa que nunca. Su melodiosa voz invadió el lugar y no pude hacer más que pararme a su lado a observarla y escuchar lo que me tenía que decir a través de aquella canción.

Tú: «Notice me,
Take my hand,
Why are we,
Strangers when,
Our love is strong
Why carry on,
Without me?

Everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
It's haunting me
I guess I need you baby

I make believe,
That you are here,
It's the only way,
I see clear,
What have I done?
You seem to move on easy

And everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
You're haunting me
I guess I need you baby

I may have made it rain,
Please forgive me,
My weakness caused you pain,
And this song's my sorry

At night I pray,
That soon your face will fade away

And everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
It's haunting me
I guess I need you baby».

Volvió a reinar el silencio en el departamento. Miré incrédulo a ______ y ella me devolvió el gesto con una radiante sonrisa, riendo emocionada y con los ojos llenos de lágrimas.
Nick: Te amo (la abracé con fuerza, levantándola del banquillo). ¿De verdad? (pregunté todavía sorprendido. Que ella todavía quisiera estar conmigo era demasiado bueno para ser verdad).
Tú: Fui una tonta (se escondió en mi pecho mientras la seguía sosteniendo entre mis brazos). Nunca debí haber terminado contigo. Mi orgullo ganó y nos hizo a los dos miserables. Pensé que estaba enojada contigo, que por eso no podía perdonarte, pero era yo. Tenía rabia conmigo misma por no haberte entendido, por el sufrimiento que nos había provocado, y tardé mucho en darme cuenta de eso. Lo siento tanto (hipó).
Nick: No. Escucha (levanté su rostro y la miré con dulzura)… los dos nos equivocamos, pero eso ya no importa. Estamos juntos ahora.
Limpié de sus mejillas los rastros de lágrimas, acariciándolas. Me dediqué a observar sus delicadas facciones como si fuera la última vez, provocando que ______ me mirara inquieta y un poco avergonzada. Con parsimonia ubiqué una mano en su nuca y abrazándola por la espalda acerqué su cuerpo al mío. Ella respondió subiendo sus manos hasta mi cuello y cabeza, para acariciar mi cabello. Ese era un momento que ambos habíamos estado esperando, sin embargo no queríamos apurarlo. Necesitaba sentir cada segundo de aquello. Lentamente acerqué mis labios a los suyos, tocándolos apenas un poco, provocando. ______ siguió mi juego hasta que sentí que moriría si no la besaba de una vez.
Sujetando con fuerza el cuerpo de ______, la besé con ganas, como quería hacerlo desde hacía tiempo. Acaricié su cadera mientras ladeaba la cabeza para tener mayor acceso a su boca. Su lengua me provocaba, haciéndome sentir descargas de electricidad por todo el cuerpo. Nuestros pulsos se tornaron erráticos y nos costaba respirar, pero no nos separamos hasta que fue realmente necesario.
Nick: Te amo (sonreí feliz).
Tú: Te amo más (sonrió también, acariciando mi rostro). No más peleas, ¿está bien?
Nick: No te preocupes. No nos volveremos a separar.
Enterré mi rostro en su cabello, disfrutando de su aroma. Nos pertenecíamos el uno al otro. Nos amábamos y nada ni nadie nos volvería a separar.
Después de semanas perdido, por fin había vuelto a casa. Con ______ es dónde debía estar.

Capítulo 98 (Segunda Temporada)

jueves, 10 de enero de 2013

¡Chicas! No saben lo terrible que es tener claro en tu mente cómo quieras que sea un capítulo y no poder escribirlo :{/
Gracias por su paciencia y sus hermosos comentarios, de verdad que es por ustedes que hago esto ♥ ustedes me motivan a seguir escribiendo.
Que tengan un lindo fin de semana :{D

Fran.~

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Narras Tú:

El sol brillaba con fuerza sobre el cielo, provocando que las calles de Nueva York se llenaran de personas dispuestas a disfrutar de aquel maravilloso día, sin tomar en cuenta el sofocante calor que hacía.
Era nuestro segundo día en la Gran Manzana después de haber pasado unas espectaculares semanas de gira por Europa, durante las cuales también aprovechamos de vacacionar un poco. Como Fran tenía que arreglar su nuevo departamento en Nueva York, nos había invitado a Andre y a mí a quedarnos con ella y Joe por unos días. Ese había sido el plan hasta que el mismo día que volvíamos a Estados Unidos, Kevin llegó con un enorme ramo de rosas a nuestro hotel en París para hacerle una visita sorpresa a su prometida. Ambos se quedarían unos días más en la ciudad de las luces para luego embarcarse en un crucero por el Mediterráneo.
Fran no quería que volviera sola a casa y yo tampoco quería están sin compañía y tan cerca de Nick, por lo que acepté la invitación sin dudarlo. Además, amaba Nueva York. La ciudad era dueña de un espíritu que simplemente me robaba el corazón.
Tú: Tienes mucha suerte al poder vivir aquí (le comenté a mi amiga mientras comprábamos algunos muebles para el departamento).
Fran: Lo sé (sonrió), es una ciudad hermosa. Y sabes que prácticamente  la habitación de invitados tiene tu nombre, así que nos puedes visitar cuando quieras.
Tú: No me gusta interrumpir tu privacidad con Joe (hice una mueca).
Fran: Tú nunca interrumpes (me tomó del brazo para guiarme por la enorme tienda), no seas boba.
Después de mucho conversarlo y darle vueltas al asunto, Fran decidió vivir junto a Joe. Era algo que él siempre quiso y todos sabíamos que pasaría tarde o temprano. Además, era ridículo que vivieran en departamentos distintos siendo que pasarían la mayor parte del tiempo juntos.
Lo que la convenció del todo fue el fin de semana que pasaron en San Diego antes de que nosotras nos fuéramos de gira a Europa y los Jonas a Sudamérica, pues dieron un paso más en su relación e hicieron lo que cualquier pareja joven y enamorada haría, consumaron su amor.
Me encantaba ver a mis amigos tan felices, pero no podía evitar sentir un poco de celos. Mis mejores amigas estaban con los chicos de sus sueños mientras que yo me lamentaba internamente. Lo único que deseaba era sentir nuevamente la dicha de ser querida, de estar junto a alguien que me quisiera, y ese alguien tenía nombre y apellido.
Había pensado mucho en mi situación con Nick. Todavía me dolía su engaño, pero no había dejado de amarlo ni siquiera un día. Y lo necesitaba tanto que llegaba a lastimar. Necesitaba sentirlo cerca, disfrutar de su tacto, de su aroma, abrazarlo, besarlo, perderme en sus brazos y saber que todo estaría bien. Pero eso no pasaría. Todavía había algo que me retenía y no sabía qué.
Fran: Estás muy despistada últimamente (me miró preocupada). ¿Te sientes bien?
Tú: Sí (mentí. No quería seguir preocupando a mis amigas con mis tontos problemas). Todavía siento el jet lag, eso es todo. ¿Qué más falta comprar? (pregunté mientras salíamos de la tienda).
Fran: Mmm… faltan las mesitas de noche del cuarto de invitados, las alfombras, algunas cosas para los baños y la cocina (enumeraba mientras tachaba de su libreta lo que ya tenía). Joe dijo que se encargaría de ir a buscar los cuadros que encargamos y sus instrumentos musicales los llevarían al departamento, así que creo que eso es todo (levantó la mirada).
Tú: Todavía es temprano (miré mi reloj). ¿Qué tal si nos tomamos un helado camino a la próxima tienda? (propuse).
Fran: Me encantó tu idea (sonrió).
Estaba realmente cansada cuando llegamos al departamento después de un intenso día de compras. Si pensaba que comprar ropa y accesorios era complicado, decidirse entre cientos de distintas alfombras, cubiertos, vajilla, muebles, entre otros, era una tortura. Sin embargo disfrutaba pasar tiempo con mi amiga y presenciar lo feliz que la hacía ver cómo su hogar tomaba forma.
Decidí tomar un baño de burbujas para relajarme un poco y despejar mi mente. Tal como lo hacía cuando era niña, me quedé en la bañera hasta que mis manos y pies se arrugaron como si fuera una anciana. Me vestí con ropa cómoda y estaba por secar mi cabello cuando tocaron la puerta de la habitación. Me sorprendí al ver a Fran vestida con una falda plisada color blanco, blusa amarilla y chaqueta negra.
Tú: ¿Planes para esta noche? (curioseé al verla tan arreglada).
Fran: La verdad es que sí. Un amigo de Joe abre hoy su restaurante y después de cenar ahí iremos a celebrar a un club. ¿Quieres ir con nosotros? (preguntó animada).
Tú: La verdad es que estoy cansada, y no quiero entrometerme en su cita (torcí el gesto).
Fran: ______, te lo he dicho mil veces, ¡tú nunca sobras!
Tú: Pero hace semanas que no pasas tiempo a solas con tu novio (contraargumenté).
Fran: Amiga, no te quiero dejar sola (se acercó hasta sentarse a mi lado en la cama).
Tú: No te preocupes (sonreí sincera), voy a estar perfectamente bien. Pediré comida tailandesa, veré una película y tú tendrás una perfecta velada con Joe.
Fran: ¿Estás segura? (al parecer no estaba muy convencida).
Tú: Segurísima (la tomé de las manos y la arrastré afuera de mi habitación). Diviértete, ¿sí?
Realmente no tenía ganas de salir, por lo que una noche en casa era todo lo que podía pedir. Y se podía ver por la cara de Joe que quería estar a solas con Fran, aunque ninguno de los dos lo reconociera para no herir mis sentimientos.
Cuando la pareja se fue pedí la cena y me acomodé en el sillón de la sala de estar para buscar alguna película en la televisión. No mucho después el timbre sonó, lo que me pareció extraño. No habían pasado ni diez minutos desde que había hecho mi pedido y habían dicho que tardarían treinta.
Al abrir la puerta me impresioné tanto que se me olvidó dónde estaba, quién era o cómo respirar. Las lágrimas enseguida se apoderaron de mis ojos y mi corazón comenzó a latir tan fuerte que pensé se me saldría por el pecho en cualquier comento. No sabía si era un sueño o una pesadilla. Nick estaba al frente mío, mirándome tan profundamente que mis rodillas flaquearon.
Nick: Tenemos que hablar.