Capítulo 71 (Segunda Temporada)

jueves, 22 de septiembre de 2011
¡Chicas! Muchas gracias por todos los comentarios, me hacen muy feliz :D este es un pequeño puente, pero de todos modos importante, atentas con el personaje de Drew ;) un beso para todas, las adoro!

Fran.~
http://twitter.com/fraani_/

____________________________________________________________________________


Narras Tú:

Tú: Andre, ¿Cata fue a tu clase de Biología? (le pregunté a mi amiga mientras sacaba de su casillero los libros que necesitaría para la próxima clase).
Andre: No, no la vi.
Tú: Es raro… tenemos juntas Química en el primer período y también faltó. ¿Le habrá pasado algo? (estaba un poco preocupada).
Andre: No lo creo (cerró su casillero y comenzamos a caminar por los concurridos pasillos). Quizás sólo está enferma.
Tú: Pero tiene que estar muy enferma, porque a ella no le gusta faltar a clases. ¿Qué tal si la vamos a ver después de clases? (propuse). Además, estoy segura que va a querer que le prestemos los apuntes.
Andre: Claro, me parece una excelente día (sonrió).
Luego de sufrir en Historia el último período de clases, fuimos a casa para almorzar y cambiarnos de ropa antes de ir a visitar a Cata.
Una de las cosas que me encantaba del clima de Los Ángeles era que la mayoría de los días de invierno no hacía frío. Abrí la ventana del asiento de copiloto en el auto de Andre y cerrando los ojos disfruté del fresco viento en mi cara.
Después de haberme estado auto-atormentando sobre Andrés, decidí que sólo estaba siendo paranoica, y realmente no necesitaba eso en mi vida. No iba a seguir pensando en él, no valía la pena, y al parecer, todos a mí alrededor habían decidido lo mismo. Ni Andre ni Nick habían vuelto a hablar de él. Por supuesto, nunca le dije a Nick sobre mis alucinaciones el día de la pijama y tampoco pretendía hacerlo.
La imponente casa de Brad se alzó y destacó entre las otras, aunque todas eran magníficas. La última y única vez que había ido fue para la fiesta de disfraces de Cata y Joaquín, hacía varios meses atrás.
No me sorprendí al no ver el auto de Brad estacionado fuera de la casa. Ese hombre vivía para trabajar.
Tocamos el timbre y esperamos un par de segundos antes de que un sonriente Joaquín se asomara por la puerta.

Joaquín: Andre y ______, que sorpresa verlas (nos saludó e hizo pasar). ¿Cómo están? Mucho tiempo sin saber de ustedes.
Andre: Muy bien. ¿Y tú? (nos guió hasta la espaciosa sala, donde nos acomodamos).
Joaquín: Bien, preocupado por la Universidad, pero esos son detalles.
Tú: ¿Ya sabes lo que quieres estudiar?
Joaquín: Quiero algo relacionado con Administración o Gestión de Empresas. Para quiere que siga con el negocio (explicó).
Andre: Bueno, tener a Brad de mentor no puede ser tan malo (rió).
Joaquín: Créeme, tiene más contras que pros, pero me gusta y he aprendido bastante con el tiempo. Estoy intentando conseguir una pasantía para el verano con unos de sus colegas, antes de entrar a la Universidad.
Tú: ¡Eso es genial! (sonreí). Estoy segura que lo vas a hacer fantástico.
Joaquín: Primero tengo que conseguirla, pero Fran ya me convenció que pensando negativo no voy a lograr nada, así que estoy enfocado en que sí tendré la pasantía (me imitó).
Andre: ¿Vas a ir a verla a las pruebas de Juilliard?
Joaquín: Aún no lo sé (hizo una mueca). Tengo muchas ganas, de verdad, pero Joe también va a ir y de verdad que no quiero causar más problemas. Además, espero que esa sea la ocasión para que se reconcilien (dijo sincero). Por más que Fran diga que está bien, se le nota mucho que lo extraña.
Después de mucho pensarlo, Joe decidió ir a ver el musical. Era obvio que se moría de ganas, pero su orgullo era mayor. Estaba demás decir que Fran estaba contentísima cuando su ex novio confirmó la asistencia, aunque intentó ocultarlo.
Tú: Lo mismo creemos, pero ambos son unos testarudos orgullosos, por lo que va a ser difícil, pero no imposible. De todos modos, ¡tienes que ir! (lo animé). Sabes que es importante para Fran, y ella quiere que todos sus seres queridos estén allí para apoyarla.
Joaquín: Sí, pero, no sé… lo pensaré (prometió). Supongo que ustedes no vinieron a verme a mí, ¿verdad?
Andre: La verdad es que estábamos un poco preocupadas porque Cata hoy faltó a clases. Queríamos verificar que todo estuviera bien.
Joaquín: Ha estado casi todo el tiempo encerrada en su habitación desde ayer (se notó un tanto turbado). Creo que es mejor que ella les explique todo. Suban, su habitación es la tercera a la izquierda.
Seguimos las instrucciones de Joaquín, tocamos la puerta y abrimos después de que Cata nos hiciera pasar.
La habitación estaba desordenada, con muchos papeles en el suelo. Ella estaba acostada en la cama con el pijama puesto, tapada con las mantas hasta el cuello y con los ojos terriblemente hinchados.

Cata: Chicas, ¿qué hacen acá? (se limpió la nariz e intentó arreglarse un poco el cabello).
Andre: Te vinimos a ver, ¿no es obvio? (sonrió para alivianar un poco el ambiente).
Tú: Queríamos saber qué te había hecho faltar a clases. ¿Estás bien?
Nos sentamos en el borde de la cama.
Cata: Sí, es sólo una tontería (le restó importancia).
Andre: Cata, eres nuestra amiga, puedes confiar en nosotras (acarició un brazo, reconfortándola).
Cata: Es, es una larga historia (suspiró). El año pasado, en el verano, conocí a un chico de San Francisco. Se llama Drew (sonrió con nostalgia). En ese tiempo estaba acostumbrada a conocer a muchos chicos, pero todos eran unos estúpidos. Sólo se preocupaban de dinero, la fama, y todas esas cosas con las que nos encontramos en este ambiente. Sin embargo, Drew era distinto. No era superficial como la mayoría de las personas que conocía, y eso me emocionó, pero a la vez tuve miedo. No lo sé, era todo muy raro. Él estaba de vacaciones aquí, por lo que durante esas semanas pasamos mucho tiempo juntos. Lo pasábamos muy bien, él siempre sabía cómo hacerme reír (unas lágrimas silenciosas comenzaron a rodar por sus mejillas). Cuando volvió a San Francisco nos seguimos comunicando, y él siguió siendo muy atento. Ambos viajábamos a menudo para vernos. Obviamente no le dije nada a mi papá. Ustedes saben cómo es (rodó los ojos). Mi hermano era el único que sabía de Drew, sin embargo, nunca lo conoció. Él era reservado, por no decir otra cosa. Yo tampoco nunca conocí a su familia. Me parecía un poco raro, pero era tan perfecto en los otros aspectos que no me importó. Nuestra relación siguió muy bien hasta hace un par de semanas. Se comenzó a comportar extraño, distante, y cuando vino a Los Ángeles, el día después de la pijamada, terminó conmigo. No entendí qué pasó, qué hice mal (comenzó a llorar con ganas). De verdad que no entiendo (hipó).
Andre: Tranquila, tranquila (la abrazó, acariciando su espalda para calmarla).
Tú: Cata, tú no hiciste nada mal. Drew es un tonto que no supo aprovecharte. No te pongas mal por personas que no valen la pena (sonreí animándola). Eres una mujer preciosa, inteligente, no puedes estar llorando por hombres que no saben apreciar lo que tienen. Así que ahora te vas a ir a duchar y cambiar de ropa, porque nos vamos de compras (canturreé).
Cata: Son las mejores (nos abrazó).

Capítulo 70 (Segunda Temporada)

viernes, 9 de septiembre de 2011
¡Chicas! Soy la peor persona del mundo, y ustedes son demasiado buenas conmigo, cosa que sé no merezco, así que por eso, GRACIAS. No me voy a cansar nunca de decirles lo agradecida que estoy porque lean, comenten, y sean tan pacientes conmigo. ¡No se imaginan cuanto las quiero! Y estoy todavía más feliz porque hay nuevas lectoras. Bienvenida Lorena, gracias por leer :{D se demoró este cap, pero espero que les guste. Un besote, las adoro :{*

Fran.~
http://twitter.com/fraani_/

_____________________________________________________________________________


Narras Tú:

No pude dormir en toda la noche, y no fue precisamente por el temporal que se había desatado en Los Ángeles. La imagen de Andrés mirándome desde la ventana seguía repitiéndose en mi cabeza, una y otra vez, atormentándome. Y lo peor era que no podía asegurar haberlo visto. Había sido una cosa de segundos, y como un espejismo, se había esfumado enseguida.
Bufé, dejando a un lado de la cama la guitarra. Había estado gran parte de la mañana intentando componer un canción, sólo para despejar mi mente, pero ni una estrofa había logrado crear. Restregué mis ojos y me tiré en la cama, abrazando con fuerza un cojín. Sentía como si mi cabeza fuera a explotar.
Me quedé inmóvil mirando al techo por varios minutos, y ni siquiera me tomé la molestia de responder cuando tocaron la puerta de mi habitación.

Andre: ______, ¿me vas a decir una vez por todas qué diablos te sucede? (se sentó a mi lado y me miró fijamente, sin embargo, yo me hice la desentendida). Esta mañana no te presioné porque pensé que se te iba a pasar, pero apenas hablaste o comiste durante el almuerzo y ya tienes preocupados a mis padres. ¿Pasó algo con Nick? (aventuró).
Tú: No (aseguré, volviendo a sentarme en la cama). Es algo un poco más complicado y delicado…
Andre: ¿Puedes decirlo de una vez por todas? Me estás poniendo nerviosa.
Tú: Estoy segura que sólo fue porque soy una paranoica, pero… ayer en la noche, cuando se cortó la luz y bajamos, creo vi a Andrés desde una de las ventanas de la sala…
Intenté decirlo lentamente, con mucho cuidado, no obstante, la expresión de mi amiga era tal como me la había imaginado. Se había quedado de una pieza, y parecía entre confundida y asustada.
Andre: ¿Estás segura? (preguntó seria).
Tú: No (confesé). Todo esto es demasiado raro y sinceramente no entiendo a mi cabeza en este momento (pasé mis manos por mi rostro, intentando despejarme). Estoy casi segura que todo esto es producto de mi imaginación, pero, ¿por qué? Desde el verano que no tenía pesadillas con Andrés o que no me acordaba de él, y desde que lo vi en San Francisco me ha estado atormentando.
Andre: La verdad es que estoy muy segura que fue tu imaginación o alguna alucinación, porque no hay forma que ayer Andrés haya estado en Los Ángeles (dijo muy segura).
Tú: ¿Por qué estás tan convencida de eso? (le puse toda mi atención).
Andre: Porque recién hablé con Fran por teléfono y me dijo que anoche vio a Andrés en una fiesta, y no fue una simple ilusión.
Tú: ¡¿Y pretendías decirme eso ahora?! ¡Desde anoche que no puedo estar tranquila porque pensaba que un sicópata me estaba buscando otra vez!
Andre: Lo siento, pero no sabía que estabas así por Andrés (se defendió).
Tú: Lo sé, y lo siento (me disculpé). No puedo creer que me esté volviendo loca (volví a recostarme en la cama). Ahora veo a gente donde no está.
Andre: ¡No estás loca! (me animó). Has estado sometida bajo mucha presión, yo creo es que eso. Además, el temporal de anoche parecía sacado de una película de terror, así que estás justificada (sonrió).
Tú: Puede ser… pero ya no quiero hablar más del tema. Ahora estoy más tranquila y quiero pensar en otras cosas, de preferencia, más positivas (sonreí también). ¿Cómo estaba Fran? ¿Qué te dijo?
Andre: Estaba cansada por los ensayos del musical, pero se notaba contenta. Como te había dicho antes, ayer fue a una fiesta con Ethan (recordé cuando en San Francisco alcancé a conocer al co-protagonista del musical). Dijo que lo pasó muy bien, bailó, se rió.
Tú: Me alegra saber que está feliz. La última vez que la vi se veía bien, pero todavía no se recuperaba de su rompimiento con Joe.
Andre: Ya ha pasado más de un mes. Creo que lo único que necesitaba era tiempo (concluyó). Pero lo más importante de todo (sonrió con ganas) es que nos envió las invitaciones para el musical. Ocho entradas para primera fila.
Tú: ¿Ocho? (mentalmente conté a los que suponía había invitado. Kevin, Nick, Denise, Paul, Frankie, Andre, yo y…). No me digas que…
Andre: Sí (asintió leyendo mi mente). Invitó a Joe también.
Tú: ¿Por qué? O sea, no es que no quiera que vaya, pero… quizás no sea lo más sano.
Andre: Lo mismo pensé, e intenté persuadirla, sin embargo insistió. El número más grande de la obra lo escribió con él, por lo que creyó que era lo que correspondía. De todos modos, estoy segura que Joe no va a ir.
Tú: ¿Eso crees? (dudé).
Andre: ¡Por supuesto! Es demasiado orgulloso. Además, desde que terminaron que no se hablan. Sería demasiado incómodo que después de todo este tiempo, fuera a apoyarla en uno de los días más significativos de su vida como si nada hubiera pasado.
Tú: Sin embargo, esa misma podría ser la razón por la que sí quisiera ir. Sabe que para Fran es importante, y quizás desea estar ahí.
Andre: Como sea, es mejor que él lo decida. Y en la noche sabremos qué es lo que va a pasar. Recuerda que hoy es domingo y tenemos que ir a cenar a la casa de los chicos.
Denise había insistido en crear una especie de tradición e ir todos los domingos a cenar a su casa. Pasaban semanas en las que no nos veíamos mucho por las distintas cosas que teníamos que hacer, por lo que habíamos reservado ése día para entre todos ponernos al día. Eso era lo mínimo que podía hacer por la mujer que me había recibido en su casa siendo una completa desconocida. Le debía mucho a ella y a toda su familia. Además, pagarle disfrutando de su comida no era para nada un sacrificio.
El tráfico en L.A. era de locos, como siempre, pero no vivíamos lejos de la casa Jonas, por lo que no tardamos mucho en llegar.

Denise: ¡Chicas! (nos saludó efusivamente y con una cálida sonrisa, como siempre). Me alegra que hayan venido. Todos los hombres fueron a comprar unas cosas que faltaban al supermercado, pero están por llegar (informó mientras nos dirigíamos a la cocina). ¿Me ayudan a terminar la cena?
Estaba en el comedor terminando de poner los platos y cubiertos cuando unos fuertes y conocidos brazos masculinos aferraron mi cintura.
Nick: ¿Cómo estás, hermosa? (susurró en mi oído y no pude evitar estremecerme).
Tú: Ahora mucho mejor.
Sonreí y di media vuelta para enfrentarlo.
Nick: Es increíble (dijo mirándome con detenimiento). Cada vez que te veo estás más bella, si es que eso es posible.
Tú: No digas tonterías (me sonrojé y desvié la mirada).
Nick: Es verdad (me abrazó con más fuerza). No sabes lo afortunado que me siento por tenerte a mi lado (acarició mi mejilla con suavidad y me estómago se sacudió).
Con parsimonia acortó la distancia que nos separaba hasta pegar sus labios a los míos. Me besó con delicadeza, logrando que mis piernas flaquearan, por lo que tuve que aferrarme a sus hombros para no caer. Sus manos, que estaban ubicadas en mi cadera, me acariciaban al ritmo del beso.
Después de un par de minutos, cuando nuestros pulmones empezaron a rogar por aire, nos separamos unos centímetros.

Nick: Estás extraña (dijo serio, sin dejar de acariciar mi espalda). Lo puedo ver en tus ojos.
Tú: No es cierto (mentí). Estoy perfectamente.
Nick: No intentes engañarme, ______, te conozco más de lo que crees. ¿Sucedió algo?
Tú: No, de verdad que estoy bien. Si fuera algo importante te lo diría, lo prometo (sonreí para convencerlo).
Nick: Entonces sí pasa algo. ¿Todo estuvo bien anoche en la pijamada? (preguntó).
Tú: Sí (afirmé). Nick, estoy hablando en serio. En la mañana no me sentía muy bien, por cosas de mujeres, pero lo conversé con Andre y ahora está todo solucionado. Nada de dramas.
Nick: Está bien.
Me abrazó con fuerza y yo escondí mi cara en su pecho.
Ya lo tenía decidido. No iba a quemarme el cerebro pensando cosas malas o poniéndome paranoica sobre Andrés. Todo estaba bien en mi vida y pretendía que siguiera así por mucho tiempo.