Capítulo 99 (Segunda Temporada)

lunes, 21 de enero de 2013

¡PENÚLTIMO CAPÍTULO! Ojalá les guste porque me esforcé en hacerlo. La canción que sale es Everytime, original de Britney Spears, pero me inspiré en la versión de Glee. Es una canción hermosa y desde que la escuché supe que sería la indicada para esta parte.
Las adoro.

Fran.~

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Narra Nick:

Creo que estuve cerca de diez minutos fuera del departamento, armándome de valor para tocar la puerta. Sabía que era mi última oportunidad, el momento de la verdad, y sólo quería una respuesta.
Sensaciones que pensé nunca volvería a sentir me traspasaron como un rayo. Ver a ______ fue como contemplar la luz al final del túnel. Ya no había dudas, necesitaba estar a su lado. Ella era mi alma gemela.
Nick: Tenemos que hablar (dije al verla al otro lado de la puerta).
Lo único que quería era estrecharla en mis brazos y besarla, pero tenía que ir con cuidado. Por más brillantes que estuvieran sus ojos en ese momento, necesitaba asegurarme que ella sentía lo mismo.
Pude ver como su cuerpo reaccionaba ante mi presencia, haciéndola sentir indefensa. Sus rodillas temblaron por un segundo y temí que cayera. Sin embargo, después de la conmoción y sorpresa inicial, ______ se irguió y me miró con fingida calma.
Tú: Nick, yo…
Nick: No (la detuve poniendo mi índice sobre sus labios, lo que me dio escalofríos. La extrañaba tanto). Esta noche no podré ser un caballero porque realmente necesito hablar primero. Por favor (rogué).
Tú: Adelante.
Se hizo a un lado y me guió hasta la sala. No me di el tiempo de mirar el nuevo departamento de mi hermano y Fran. Después tendría bastante tiempo.
Tú: ¿Quieres un café? Te ofrecería algo para comer, pero estaba esperando mi cena y tu llegaste y…
No paraba de dar vueltas por la habitación mientras hablaba. Sus dedos no dejaban de moverse, lo que delataba aún más su nerviosismo. Yo había tenido tiempo para prepararme psicológico para este encuentro, ella no.
Nick: ______, cálmate (sujeté con delicadeza sus brazos para detenerla y la conduje hasta el sillón para que se sentara a mi lado). No volé seis horas para tomarme un café o cenar. Quizás después, pero ahora necesito que me escuches.
Tú: Está bien (suspiró). Es sólo que… no esperaba verte aquí.
Nick: Lo sé. Lo siento. Sé que debía esperar a que tú me llamaras, tenía que darte espacio, pero no podía esperar más (sin poder evitarlo, acaricié su mano. Necesitaba sentirla cerca. ______ no se alejó, por lo que continué sin dejar de mirarla a los ojos). Me equivoqué, fui un completo idiota, te traicioné, te hice mucho daño y no sabes lo arrepentido que estoy. Te lo dije esa noche y lo vuelvo a repetir, nunca fue mi intención herirte. Lo hice, y por eso te pido perdón. No podré perdonarme a mí mismo si tú no me perdonas primero, y de verdad necesito que lo hagas (pedí). Este mes sin ti ha sido una tortura. Despertar cada mañana sabiendo que me odiabas y que te quedabas dormida derramando lágrimas por mi culpa hizo que llegara a odiarme. Me aborrecía saber que le había hecho tanto daño a la persona que más amaba en el mundo (los ojos de ______ se llenaron de lágrimas). Ni siquiera saber que Andrés pasará sus días de prisión lejos de ti me calmó. No podía dormir, comer, lo único que me hacía seguir era el trabajo y la esperanza de volver a verte cuando llegaras a casa. Luché contra mis ganas de llamarte cada día desde esa noche en el hotel. Intenté distraerme, mas fue en vano. Tu imagen no dejaba mi mente ni por un segundo. Y es por eso que hoy estoy aquí. Rompí la promesa que hice conmigo mismo de esperar a que tú dieras el primer paso. Quiero estar contigo, necesito estar contigo, y si necesito viajar desde Los Ángeles a Nueva York sin previo aviso, lo haré un millón de veces. Daría todo porque me dieras una nueva oportunidad, si es que así lo quieres.
Había abierto mi corazón ante ______ completamente sin filtro. Ahí estaba yo, desnudo de alma frente a la mujer que me amaba, rogándole lo intentáramos una vez más.
Esperé su respuesta por lo que me parecieron eternos minutos de completo e incómodo silencio.
Tú: Yo… (rompió el contacto visual parándose del sillón). No sé muy bien cómo decir lo que siento ahora, o lo que he sentido durante este tiempo. Se me hace más fácil expresarme a través de canciones.
Me dedicó un atisbo de sonrisa para dirigirse al imponente piano de cola negro que se ubicaba al lado del ventanal con vista a la ciudad. Se sentó en el pequeño banco y acarició las teclas con armonía. Se veía más hermosa que nunca. Su melodiosa voz invadió el lugar y no pude hacer más que pararme a su lado a observarla y escuchar lo que me tenía que decir a través de aquella canción.

Tú: «Notice me,
Take my hand,
Why are we,
Strangers when,
Our love is strong
Why carry on,
Without me?

Everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
It's haunting me
I guess I need you baby

I make believe,
That you are here,
It's the only way,
I see clear,
What have I done?
You seem to move on easy

And everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
You're haunting me
I guess I need you baby

I may have made it rain,
Please forgive me,
My weakness caused you pain,
And this song's my sorry

At night I pray,
That soon your face will fade away

And everytime I try to fly,
I fall, without my wings,
I feel so small
I guess I need you baby,
And everytime
I see you in my dreams,
I see your face
It's haunting me
I guess I need you baby».

Volvió a reinar el silencio en el departamento. Miré incrédulo a ______ y ella me devolvió el gesto con una radiante sonrisa, riendo emocionada y con los ojos llenos de lágrimas.
Nick: Te amo (la abracé con fuerza, levantándola del banquillo). ¿De verdad? (pregunté todavía sorprendido. Que ella todavía quisiera estar conmigo era demasiado bueno para ser verdad).
Tú: Fui una tonta (se escondió en mi pecho mientras la seguía sosteniendo entre mis brazos). Nunca debí haber terminado contigo. Mi orgullo ganó y nos hizo a los dos miserables. Pensé que estaba enojada contigo, que por eso no podía perdonarte, pero era yo. Tenía rabia conmigo misma por no haberte entendido, por el sufrimiento que nos había provocado, y tardé mucho en darme cuenta de eso. Lo siento tanto (hipó).
Nick: No. Escucha (levanté su rostro y la miré con dulzura)… los dos nos equivocamos, pero eso ya no importa. Estamos juntos ahora.
Limpié de sus mejillas los rastros de lágrimas, acariciándolas. Me dediqué a observar sus delicadas facciones como si fuera la última vez, provocando que ______ me mirara inquieta y un poco avergonzada. Con parsimonia ubiqué una mano en su nuca y abrazándola por la espalda acerqué su cuerpo al mío. Ella respondió subiendo sus manos hasta mi cuello y cabeza, para acariciar mi cabello. Ese era un momento que ambos habíamos estado esperando, sin embargo no queríamos apurarlo. Necesitaba sentir cada segundo de aquello. Lentamente acerqué mis labios a los suyos, tocándolos apenas un poco, provocando. ______ siguió mi juego hasta que sentí que moriría si no la besaba de una vez.
Sujetando con fuerza el cuerpo de ______, la besé con ganas, como quería hacerlo desde hacía tiempo. Acaricié su cadera mientras ladeaba la cabeza para tener mayor acceso a su boca. Su lengua me provocaba, haciéndome sentir descargas de electricidad por todo el cuerpo. Nuestros pulsos se tornaron erráticos y nos costaba respirar, pero no nos separamos hasta que fue realmente necesario.
Nick: Te amo (sonreí feliz).
Tú: Te amo más (sonrió también, acariciando mi rostro). No más peleas, ¿está bien?
Nick: No te preocupes. No nos volveremos a separar.
Enterré mi rostro en su cabello, disfrutando de su aroma. Nos pertenecíamos el uno al otro. Nos amábamos y nada ni nadie nos volvería a separar.
Después de semanas perdido, por fin había vuelto a casa. Con ______ es dónde debía estar.

Capítulo 98 (Segunda Temporada)

jueves, 10 de enero de 2013

¡Chicas! No saben lo terrible que es tener claro en tu mente cómo quieras que sea un capítulo y no poder escribirlo :{/
Gracias por su paciencia y sus hermosos comentarios, de verdad que es por ustedes que hago esto ♥ ustedes me motivan a seguir escribiendo.
Que tengan un lindo fin de semana :{D

Fran.~

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Narras Tú:

El sol brillaba con fuerza sobre el cielo, provocando que las calles de Nueva York se llenaran de personas dispuestas a disfrutar de aquel maravilloso día, sin tomar en cuenta el sofocante calor que hacía.
Era nuestro segundo día en la Gran Manzana después de haber pasado unas espectaculares semanas de gira por Europa, durante las cuales también aprovechamos de vacacionar un poco. Como Fran tenía que arreglar su nuevo departamento en Nueva York, nos había invitado a Andre y a mí a quedarnos con ella y Joe por unos días. Ese había sido el plan hasta que el mismo día que volvíamos a Estados Unidos, Kevin llegó con un enorme ramo de rosas a nuestro hotel en París para hacerle una visita sorpresa a su prometida. Ambos se quedarían unos días más en la ciudad de las luces para luego embarcarse en un crucero por el Mediterráneo.
Fran no quería que volviera sola a casa y yo tampoco quería están sin compañía y tan cerca de Nick, por lo que acepté la invitación sin dudarlo. Además, amaba Nueva York. La ciudad era dueña de un espíritu que simplemente me robaba el corazón.
Tú: Tienes mucha suerte al poder vivir aquí (le comenté a mi amiga mientras comprábamos algunos muebles para el departamento).
Fran: Lo sé (sonrió), es una ciudad hermosa. Y sabes que prácticamente  la habitación de invitados tiene tu nombre, así que nos puedes visitar cuando quieras.
Tú: No me gusta interrumpir tu privacidad con Joe (hice una mueca).
Fran: Tú nunca interrumpes (me tomó del brazo para guiarme por la enorme tienda), no seas boba.
Después de mucho conversarlo y darle vueltas al asunto, Fran decidió vivir junto a Joe. Era algo que él siempre quiso y todos sabíamos que pasaría tarde o temprano. Además, era ridículo que vivieran en departamentos distintos siendo que pasarían la mayor parte del tiempo juntos.
Lo que la convenció del todo fue el fin de semana que pasaron en San Diego antes de que nosotras nos fuéramos de gira a Europa y los Jonas a Sudamérica, pues dieron un paso más en su relación e hicieron lo que cualquier pareja joven y enamorada haría, consumaron su amor.
Me encantaba ver a mis amigos tan felices, pero no podía evitar sentir un poco de celos. Mis mejores amigas estaban con los chicos de sus sueños mientras que yo me lamentaba internamente. Lo único que deseaba era sentir nuevamente la dicha de ser querida, de estar junto a alguien que me quisiera, y ese alguien tenía nombre y apellido.
Había pensado mucho en mi situación con Nick. Todavía me dolía su engaño, pero no había dejado de amarlo ni siquiera un día. Y lo necesitaba tanto que llegaba a lastimar. Necesitaba sentirlo cerca, disfrutar de su tacto, de su aroma, abrazarlo, besarlo, perderme en sus brazos y saber que todo estaría bien. Pero eso no pasaría. Todavía había algo que me retenía y no sabía qué.
Fran: Estás muy despistada últimamente (me miró preocupada). ¿Te sientes bien?
Tú: Sí (mentí. No quería seguir preocupando a mis amigas con mis tontos problemas). Todavía siento el jet lag, eso es todo. ¿Qué más falta comprar? (pregunté mientras salíamos de la tienda).
Fran: Mmm… faltan las mesitas de noche del cuarto de invitados, las alfombras, algunas cosas para los baños y la cocina (enumeraba mientras tachaba de su libreta lo que ya tenía). Joe dijo que se encargaría de ir a buscar los cuadros que encargamos y sus instrumentos musicales los llevarían al departamento, así que creo que eso es todo (levantó la mirada).
Tú: Todavía es temprano (miré mi reloj). ¿Qué tal si nos tomamos un helado camino a la próxima tienda? (propuse).
Fran: Me encantó tu idea (sonrió).
Estaba realmente cansada cuando llegamos al departamento después de un intenso día de compras. Si pensaba que comprar ropa y accesorios era complicado, decidirse entre cientos de distintas alfombras, cubiertos, vajilla, muebles, entre otros, era una tortura. Sin embargo disfrutaba pasar tiempo con mi amiga y presenciar lo feliz que la hacía ver cómo su hogar tomaba forma.
Decidí tomar un baño de burbujas para relajarme un poco y despejar mi mente. Tal como lo hacía cuando era niña, me quedé en la bañera hasta que mis manos y pies se arrugaron como si fuera una anciana. Me vestí con ropa cómoda y estaba por secar mi cabello cuando tocaron la puerta de la habitación. Me sorprendí al ver a Fran vestida con una falda plisada color blanco, blusa amarilla y chaqueta negra.
Tú: ¿Planes para esta noche? (curioseé al verla tan arreglada).
Fran: La verdad es que sí. Un amigo de Joe abre hoy su restaurante y después de cenar ahí iremos a celebrar a un club. ¿Quieres ir con nosotros? (preguntó animada).
Tú: La verdad es que estoy cansada, y no quiero entrometerme en su cita (torcí el gesto).
Fran: ______, te lo he dicho mil veces, ¡tú nunca sobras!
Tú: Pero hace semanas que no pasas tiempo a solas con tu novio (contraargumenté).
Fran: Amiga, no te quiero dejar sola (se acercó hasta sentarse a mi lado en la cama).
Tú: No te preocupes (sonreí sincera), voy a estar perfectamente bien. Pediré comida tailandesa, veré una película y tú tendrás una perfecta velada con Joe.
Fran: ¿Estás segura? (al parecer no estaba muy convencida).
Tú: Segurísima (la tomé de las manos y la arrastré afuera de mi habitación). Diviértete, ¿sí?
Realmente no tenía ganas de salir, por lo que una noche en casa era todo lo que podía pedir. Y se podía ver por la cara de Joe que quería estar a solas con Fran, aunque ninguno de los dos lo reconociera para no herir mis sentimientos.
Cuando la pareja se fue pedí la cena y me acomodé en el sillón de la sala de estar para buscar alguna película en la televisión. No mucho después el timbre sonó, lo que me pareció extraño. No habían pasado ni diez minutos desde que había hecho mi pedido y habían dicho que tardarían treinta.
Al abrir la puerta me impresioné tanto que se me olvidó dónde estaba, quién era o cómo respirar. Las lágrimas enseguida se apoderaron de mis ojos y mi corazón comenzó a latir tan fuerte que pensé se me saldría por el pecho en cualquier comento. No sabía si era un sueño o una pesadilla. Nick estaba al frente mío, mirándome tan profundamente que mis rodillas flaquearon.
Nick: Tenemos que hablar.