Capítulo 25 (Segunda Temporada)

martes, 28 de julio de 2009
Capítulo 25

Narras Tú:

Habían pasado poco más de dos semanas desde que habíamos vuelto de Nueva York, y desde que había terminado con Nick. A partir de eso no nos hablábamos más de lo necesario, lo que constantemente provocaba momentos incómodos para nosotros y los demás. Trabajábamos juntos y obviamente nos veíamos mucho porque además, aunque no quisiera, me la pasaba en su casa. Si no era porque acompañaba a Andre, iba porque Frankie, Denise o cualquiera de los otros chicos me invitaba. Obviamente intentaba estar a solas lo menos posible con él, pero parecía que todos se empeñaban en que mi plan no resultara. De a uno abandonaban la habitación y conseguían, de una u otra manera, que sólo Nick y yo nos quedáramos ahí, provocando minutos de incómodo silencio y que mi ex-novio estuviera de peor humor, algo casi imposible considerando la actitud irritante que tenía desde hace días.
Frankie: ¿Y Nick? (preguntó cuando me senté junto a él y le quité el control remoto para cambiar los canales de televisión).
Tú: No lo sé. Ya no estamos juntos, ¿recuerdas?
Frankie: Pero se quedaron solos en la cocina. ¿No arreglaron sus problemas?
Tú: Que ustedes anden como locos dejándonos solos no quiere decir que vayamos a volver. Además, por algo terminamos. Necesitamos estar un tiempo solos, pensar y tener las cosas claras.
Frankie: ______, ¿quieres a mi hermano?
Tú: (suspiré) Sí.
Frankie: ¿Entonces por qué no son novios otra vez?
Tú: Porque el cariño no basta para que una relación vaya bien. Son muchos los factores y bueno… no quiero hablar de esto. ¿Jugamos videojuegos?
Frankie: Esta bien. Pero antes vamos a comprar chocolate. ¡Quiero chocolate!
Denise: Nada de videojuegos ni chocolates, jovencito (dijo interrumpiendo en la habitación). Tienes que terminar los deberes del colegio.
Frankie: ¡Pero mamá! (hizo un puchero). Quiero comer chocolate.
Denise: Si haces todas tus tareas, lo pensaré. Ahora sube y estudia.
Frankie: Es injusto (murmuró arrastrando los pies hasta la escalera).
Denise: Cariño, ¿me acompañas a comprar? Me faltan un par de cosas para la cena.
Tú: Por supuesto. Vamos.
Cuando salimos de la casa, Elvis, el perro de Nick comenzó a perseguirnos, por lo que decidimos que yo lo pasearía en el parque mientras Denise iba a la tienda y compraba lo que necesitaba. El Golden Retriever había crecido mucho y tenía tanta fuerza que terminó arrastrándome por todo el recinto.
Tiré una pelota para que el perro la tomara, pero la lancé tan lejos que llegó al lado de un chico que estaba a unos metros de nosotros.
Tú: Lo siento (me disculpé cuando estuve frente a él).
****: No te preocupes, estoy bien. Soy Nate.
Tú: ______ (saludé). Y él es Elvis.
Nate: Que nombre más original. Hola Elvis (acarició al perro). Eres muy lindo… pero no tanto como tu dueña.
Me sorprendí mucho por el cumplido y no pude evitar sonrojarme.
Tú: G-gracias, pero no es mi perro.
Nate: Entonces Elvis, lo lamento pero no eres tan lindo como tu amiga (sonrió).
No sabía muy bien que era lo que tenía Nate, sin embargo me generaba confianza. No hubiera aceptado que un desconocido me tratara así, pero por extraño que sonara, de él no me molestó. Lo observé con detenimiento mientra jugaba con Elvis. Era alto y tenía buen cuerpo aunque no fuera atlético ni excesivamente musculoso. Sus ojos eran almendrados y de un extraño color chocolate, muy profundos. Sonreía traviesamente en todo momento y el viento movía las largas ondas de cabello que llegaban casi al final de su cuello. Tenía que aceptarlo, era guapo… muy guapo. Al escuchar la dulce voz de Denise dejé de examinar a Nate. Ella se acercó a nosotros y me dispuse a presentarla ante mi acompañante, pero cuando lo vio dejó de caminar inmediatamente, atónita.
Denise: N-no puede ser. Nathaniel… oh por Dios. ¿Eres tú? (preguntó con los ojos llorosos).
Nate: Sí, tía. Su sobrino favorito esta de vuelta (se abrazaron emocionados).
Tú: Esperen un momento. ¿Ustedes son familia? (era imposible que estuviera más confundida).
Denise: Sí. Nate es hijo de mi hermano mayor. Aún no lo puedo creer… ¡hace más de cuatro años que no nos vemos! ¿Por qué habías estado tan desaparecido?
Nate: Eh… como viví con mi mamá desde que se divorció de papá no pasaba mucho tiempo con él, lo que me hacía más difícil visitarlos. Además, desde que terminé el colegio me he dedicado a viajar por el país haciendo distintas cosas.
Denise: ¿Y qué te hizo llegar a Los Ángeles? Porque no creo que estés aquí por nosotros (rió).
Nate: La verdad es que no. No tenía pensado encontrarme contigo y bueno… conseguí trabajo en una cafetería. Sólo vine a probar suerte.
Denise: Pues te quedaras una temporada con nosotros porque has sido bastante ingrato.
Nate: Pero tía… (reclamó).
Denise: Sin peros. Eres mi sobrino y ya lo dije. No permitiré que vivas en cualquier parte, por lo menos mientras estas acá. Y todos en casa van a estar felices. ¿Verdad, ______?
Tú: Sí, Nate. Va a ser genial.
Nate: Creo que no podré negarme…
Denise: A todo esto. ¿Por qué ustedes estaban juntos?
Tú: N-nosotros acabamos de conocernos.
Nate: Y de no ser por ello, dudo que nos hubiéramos encontrado, tía me sonrió).
Cuando nos dirigimos al auto, por accidente rocé la mano de Nate y una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo. Esa no era una buena señal. Al parecer, la llegada del primo a la casa de los Jonas traería un par de problemas.

Llegamos a la casa y Denise llamó a sus hijos para darle la bienvenida a Nate. Los chicos se alegraron mucho al verlo, excepto Frankie, que apenas se acordaba de su primo. Nate se presentó con las chicas, Fran y Andre, y enseguida se agradaron. Él era un poco más grande que Nick. Tenía más o menos la edad de Joe, por lo que vía, y se mostraba sin problemas para relacionarse. Tenía una gran personalidad.
Joe: Nate, ¿qué has estado haciendo todo este tiempo?
Nate: Viajando…
Fran: ¡¿Sólo?!
Nate: Con mi Honda CB 750. (http://www.motosonline.net/fotosmotos/honda/hondacb750.jpg)
Kevin: Gran compañía.
Fran: ¿Con quién?
Joe: Es una moto, bebé.
Kevin: ¿Cuánto tiempo te quedarás primo?
Nate: ¡Acabo de llegar y ya me estas echando! (bromeó).
Kevin: ¡No! ¡No! Por favor, Nate. Es sólo curiosidad.
Nate: (rió) No sé. Denise me llamó ingrato, así que supongo que me quedaré por un buen tiempo aquí. Creo que lo voy a pasar muy bien… (sonrió mirándome).
Joe: ¡Poe supuesto! ¿Cómo no te vas a divertir con primos como nosotros?
Nate: Jajajajaja. No me olvido de todo lo que hacíamos, chicos.
Nick: Sí, yo tampoco. Nate y Joe juntos son un peligro público, sin exagerar. No me imagino lo que pueden hacer ahora… (Nate intercambió miradas con Joe).
Kevin: Nunca me ha gustado cuando se miran de esa forma.
Andre: Mmm… me recuerdan a Frankie cuando esta tramando algo.
Kevin: Exactamente por eso no me agrada.
Joe: ¿Tienes miedo?
Kevin: ¡Por supuesto que no!
Nate: Deberías, primo. Deberías… ¡y tú no te salvas Nick!
Fran: Sinceramente, me dan miedo…
Joe: Esa es la gracia, linda. Pero tranquila, que a ti no te hacemos nada.
Fran: ¡Más te vale, Joseph!
Kevin: ¡Hey! ¡Pobre de ustedes que se acerquen a ella! (dijo abrazando posesivamente a Andre).
Joe: Esta bien, esta bien. Pero tú no te salvas, ______.
Tú: Cuidado con lo que haces, Joe (respondí amenazante).
Joe: Eso te lo diría yo a ti, ______.
Tú: Sabes que no me das miedo.
Joe: Tienes razón, pero de todas maneras es divertido.
Entre habla y habla nos llamaron a comer. No teníamos mucho tiempo porque debíamos acompañar a Fran al aeropuerto, ya que tenía que volver a su casa en San Francisco. Después de la despedida cada uno se fue a su casa.
Estaba muy distraída, más de lo normal. La había pasado tan bien. Nate realmente me había alegrado el día, pero me sentía mal. Culpable… ¡no podía ser así!
Andre: ¿Te pasa algo? (preguntó cuando llegamos a nuestra casa).
Tú: No, nada. ¿Por qué lo dices?
Andre: Estas muy callada.
Tú: Soy así, Andre.
Andre: No me gusta verte así.
Tú: Estoy bien. No te preocupes.
Andre: ¿Es por Nick?
Tú: (suspiré. Esta niña era muy insistente). No, no es por eso. O sea sí… no. En parte sí… no del todo.
Andre: Explícate. Me confundes.
Tú: Es por… otra persona.
Andre: ¿Quién? ¡¿Joe?!
Tú: ¡No! ¡No! ¿Cómo piensas…? ¡NO!
Andre: ¡¿Kevin entonces?! (inquirió exaltada). ¡No puedes!
Tú: ¡Por Dios! ¡NO! Nunca se me pasaría por la mente ver a Kevin o a Joe como algo más que amigos.
Andre: ¡Dime quién es!
Tú: Es… Nate (dije mirando al piso).