Capítulo 77 (Segunda Temporada)

lunes, 26 de diciembre de 2011
¡FELIZ NAVIDAD, CHICAS! Un día atrasada, pero igual cuenta jajajjaa espero que lo hayan pasado muy bien junto a su familia y seres queridos :{) les traigo un pequeño regalo de Navidad.
La verdad es que la próxima semana tengo tres pruebas, la siguiente dos y la subsiguiente otras dos, así que me va a costar escribir y poder subirles capítulo. Estoy a cuatro semanas de salir de vacaciones, quizás un poco menos, así que ahora si que les voy a pedir compresión porque tengo que aprobar mis ramos y estudiar mucho. No les digo que no vaya a subir capítulo en un mes, pero quizás pueda subir en dos semanas, no sé, todo va a depender de como avanzo con el estudio. Si comentan mucho me motivo para escribir, así que puedo hacer una excepción jajajaja.
Espero que les guste el capítulo porque lo hice con mucho cariño y un poco más largo de lo normal porque son las mejores lectoras de la vida ♥ un abrazo grande, las adoro :{*

Fran.~
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Narras Tú:

Miré el reloj despertador que estaba en la mesita de noche. Faltaba poco para que fueran las 7 de la mañana. Con un suspiro resignado miré como Nick dormía plácidamente a mi lado y cuidadosamente retiré el brazo con el que él estaba aferrando mi cintura. Tratando de hacer el menor ruido posible salí de la habitación y me dirigí la sala de la suite del hotel. Paul había reservado la suite más grande para que todos estuviéramos cómodos en ella durante nuestra estadía en San Francisco. A un costado de la sala había una cocina estilo americana, por lo que fui hasta allí para preparar un poco de chocolate caliente. Como sabía que si no había pegado un ojo en toda la noche a esta altura ya no dormiría, preferí matar el poco tiempo que me quedaba antes que todos se despertaran.
Cuando tuve la humeante taza en mis manos me senté junto al gran ventanal que había en la sala. Toda la ciudad se veía desde ahí, y San Francisco parecía una localidad fantasma con sus calles desiertas.
Suspiré y relajé mi cuello. Un millón de cosas daban vueltas en mi cabeza, y asumí que eso era la razón por la que no había podido dormir, por más cansada que estuviera. El musical de Fran había sido hermoso, la sorpresa de Joe inesperadamente emocionante y que ambos fueran nuevamente pareja me llenaba de felicidad, pero la fiesta de celebración no había sido lo que había esperado. Yo había llegado más que dispuesta a disfrutar de la compañía de mis amigos y mi novio, sin embargo, éste último no me había hecho la tarea fácil.
Nick, desde que había Andrés reapareció en mi vida, no había hecho más que sobre-preocuparse. Desde que había visto a mi secuestrador en San Francisco, mi relación con Nick cambió mucho. Casi no salíamos a lugares públicos o abiertos, me obligó a tener guardaespaldas y podía contar con los dedos de una mano las veces en que no habíamos discutido por el tema. Por más que yo quisiera dejarlo de lado y olvidarme, simplemente porque no iba a permitir que Andrés volviera a arruinar mi vida, mi novio sacaba a conversación nuevamente el asunto y todo terminaba mal.
La noche anterior Nick no me dejó sola ni un segundo, y aunque al principio pensé que era por simple caballerosidad, sólo tardé unos minutos en darme cuenta que no era así. Apenas bailamos, estuvimos casi toda la velada sentados en la mesa que compartimos con los demás chicos y un guardia del recinto estuvo a nuestro lado en todo momento. Eso había sobrepasado los límites.

Andre: ¿______? ¿Qué haces despierta tan temprano? (preguntó con voz ronca mientras caminaba a mi encuentro con el rostro somnoliento).
Tú: No podía dormir. ¿Qué te pasó a ti?
Andre: Venía a buscar agua. ¿Estás bien? (mis amigas sabían muy bien cuando algo me pasaba).
Tú: Sí, es sólo que… la paranoia de Nick me tiene un poco harta (confesé).
Andre: ¿Qué pasó? (se sentó a mi lado y me miró con preocupación).
Tú: Tú lo viste ayer, Andre. Parecía mi sombra, casi no me dejaba respirar. Y no es que no me agrade que mi novio sea atento, pero todo lo hace por Andrés, estoy segura.
Andre: ¿A qué te refieres? ¿Lo dices porque estamos en San Francisco? (dudó).
Tú: Exacto. Joaquín vive en esta ciudad, y es indudable que Nick cree que va a venir a buscarme o algo parecido. Después de que los paparazzi nos atacaran en el aeropuerto en Los Ángeles y nos hayan perseguido desde que llegamos aquí, es obvio que todos saben dónde estamos. Y Andrés puede acceder a esa información. De todos modos, está siendo exagerado. La vez que lo vi aquí pudo fácilmente haber sido una ilusión, y cuando supuestamente lo vi en casa comprobamos que sólo fue mi imaginación, así que no entiendo por qué Nick insiste en poner a un ejército para que me proteja (dije exasperada).
Andre: ______, tranquila. Nick sólo está preocupado por tu seguridad.
Tú: ¡No soy una niña! Se cuidarme sola (me defendí).
Andre: Eso él lo sabe a la perfección, pero tienes que intentar entenderlo. Después de todo lo que pasaste el verano pasado con Joaquín y Rose, lo que les costó estar a ti y a Nick nuevamente juntos y lo que siente él por ti, es difícil que le pidas que dé un paso al lado y se quede de brazos cruzados.
Lo que decía mi amiga era muy cierto, pero no podía negar que estaba disgustada.
Tú: De todas formas creo que exagera. Nada me va a pasar. Andrés es una etapa superada, y si Nick sigue con su locura va a hacer que me ponga igual que él, y no me hace bien (se me quebró la voz. No quería revivir en mi mente todos los malos momentos que había pasado con Rose y Andrés).
Andre: Lo sé (me abrazó con fuerza). Tranquila, nos tienes a todos para que cuidemos de ti (rió y yo la imité). Vas a estar bien, ______. Nadie va a permitir que algo te suceda.
Tú: Gracias, Andre (sonreí).
Andre: La mejor forma para agradecérmelo es hablando con Nick. Tienes que ser sincera con él, decirle lo que sientes. Tampoco te hace bien quedarte con estas cosas en el corazón y hablando con Nick es la única forma que tienen para solucionar sus problemas.
Tú: Tienes razón (acepté).
Andre: También me puedes pagar con una taza de chocolate caliente (dijo mirando con apetito la mía casi vacía). ¿Lo hiciste tú?
Tú: Tenía que ocupar mi tiempo de desvelo en algo.
Después de servirle la bebida a mi amiga decidí que era tiempo de hablar con Nick. El que aún estuviera medio dormido quizás podía jugar a mi favor.
Entré silenciosamente a nuestra habitación y no pude evitar sonreír al escucharlo roncar suavemente. Esas últimas semanas había sido fría con él por todo lo que estaba pasando y realmente merecía que tuviera esa actitud.
Con cuidado me subí a la cama, me tapé con el acolchado y lentamente acaricié los lunares que decoraban su rostro y cuello. Reemplazando mi dedo por mis labios, casi sin tocarlo hice el mismo recorrido.

Tú: Buenos días (susurré sobre sus labios).
De forma totalmente inesperada, Nick rodó ubicándome contra su cuerpo y el colchón. Acercó sus labios a los míos y me besó con ganas. Yo obviamente no me hice de rogar y llevé mis manos a su nuca para acariciar los rizos que caían sobre ella mientras él hacía lo suyo con mi cintura.
Después de unos minutos, se separó lentamente y me miró con dulzura.

Nick: Buenos días, hermosa (acarició mi mejilla). Esta es la mejor forma de despertar.
Salió de encima de mí, pero enseguida me abrazó con la cintura, acurrucándome contra su pecho.
Tú: Me alegra que estés de buen humor, porque al algo que quiero hablar contigo (aunque intenté decirlo como si fuera algo insignificante, Nick se tensó).
Nick: ¿Sucede algo?
Tú: No (levanté la cabeza para mirarlo a los ojos). Sólo quería pedirte disculpas. Te has preocupado mucho por mí desde que todo este asunto con Andrés volvió a ser tema y yo he sabido apreciarlo (él me miró extrañado). El guardaespaldas que me contrataste, que casi ya no salgamos en público, que hayas estado a mi lado durante toda la noche ayer, creí que estaba siendo paranoia tuya y me molestaba.
Nick: ¿Por qué no me lo dijiste antes?
Tú: Porque no quería seguir peleando contigo. Cada vez que conversábamos, no importaba cuál fuera el tema, terminábamos discutiendo por Andrés, y no quiero eso. No lo quiero porque no me hace bien y porque no me gusta pelear contigo.
Nick: Linda, lo siento. Yo quizás exageré con lo de tu seguridad (se disculpó).
Tú: No, fui yo la que no me di cuenta porque lo hacías (aseguré). Entiendo que estés preocupado.
Nick: Te lo dije la noche en la que viste a Andrés y te lo digo ahora (me miró directo a los ojos). No me perdonaría nunca si te sucediera algo y no me voy a arriesgar a perderte otra vez, pero tengo que entender que ahora sabes cómo es él y lo que podemos esperar de su retorcida mente. Yo voy a hacer lo que esté en mis manos sin sobrepasar los límites.
Tú: Discúlpame por haber estado distante estos días (lo abracé con fuerza). Soy una tonta.
Nick: Pero eres la tonta más hermosa que he visto en mi vida (él rió y yo lo golpeé suavemente). Te quiero mucho, ______.
Tú: Yo te quiero más.
Las palabras «te amo» saltaron en mi mente, lo que me aterró de sobremanera. ¿Acaso lo amaba? Nunca en mi vida había amado a un hombre, pero tampoco había vivido con otra persona todo lo que había y estaba viviendo con Nick.
Decidí que ese no era el momento ni lugar para definir mis sentimientos. De lo que sí estaba muy segura, es que con Nick era más feliz de lo que recordaba alguna vez haber sido.

Capítulo 76 (Segunda Temporada)

domingo, 18 de diciembre de 2011
Chicas, lo siento mucho por demorarme en subir, pero no saben lo ocupada que he estado con la Universidad. Como en Chile muchas Universidades estuvieron en paro (incluyendo la mía) salgo de vacaciones el 27 de Enero, o quizás unos días antes, pero sigo a full con clases y pruebas D}: como recompensa escribí un poco más largo el capítulo. Espero que les guste.
Muchísimas gracias por todo su apoyo, compresión y comentarios, son las mejores ♥

Fran.~
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Narra Fran:

Casi por inercia me hice a un lado para que Joe pudiera pasar. No estaba segura si eso era lo que quería, pero ya lo había hecho. Estaba nerviosa y hasta un poco incómoda. No lo había visto desde que habíamos terminado y después de todo ese tiempo se aparece en el musical y nos besamos. Las cosas estaban en un sitio demasiado extraño, pero intenté hacerme la desentendida sobre todo lo que estaba pasando.
Joe: Son unas flores hermosas (comentó al ver el ramo que sostenía en mis manos). Casi tanto como tú (susurró acariciando mi mejilla con delicadeza).
A pesar de que mi corazón comenzó a latir a mil por hora y una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo ante su contacto, hice oídos sordos a lo que había dicho.
Fran: Creí que te habías ido (cambié de tema mientras me dirigía al tocador para sentarme frente al gran espejo). Después del musical desapareciste. Los chicos te estaban buscando y no te encontraron.
No sabía qué decirle ni cómo comportarme. Estaba muy inquieta y me sentía patética.
Joe: Necesitaba un poco tiempo solo para pensar. Esta noche ha sido muy extraña (sonrió de medio lado).
Fran: Dímelo a mí (reí, intentando relajarme). Uno de los días más singulares de mi vida. Sin embargo, también uno de los mejores (sonreí).
Joe: En eso concuerdo contigo (me imitó). Fran…
Fran: Joe… (dijimos al mismo tiempo, lo que nos hizo reír).
Joe: Las damas primero.
Fran: ¿Qué fue lo que pasó en el escenario? (no podía soportarlo más, necesitaba respuestas). ¿Por qué apareciste de la nada y cantando?
Joe: Fue una de las cosas más inesperadas que me ha pasado, de verdad (se sentó en un sillón de dos cuerpos que estaba en el camerino). Conduje mi auto todo el camino desde Los Ángeles hasta aquí, y cuando llegué me encontré con el director del musical al borde de un colapso nervioso. Me rogó que salvara el show porque a tu co-protagonista le dio un ataque de pánico y no podía salir al escenario. Estaba tan desesperado que no pude negarme. Además, sé lo importante que era para ti, y no iba a dejar que tu noche se arruinara. Has trabajado demasiado para lograr tu sueño.
Fran: Gracias, Joe, muchísimas gracias (sonreí sincera y me senté a su lado). No sé qué habría hecho si no hubieras aparecido.
En un impulso, lo abracé con fuerza. Él respondió al gesto y enterró su rostro en mi cuello. Después de unos largos segundos, me separé con delicadeza y lo miré fijamente.
Fran: Hay algo que aún no entiendo. No quiero que lo tomes mal, pero… ¿por qué viniste? Estoy feliz de que lo hayas hecho, de verdad. Quería que estuvieras aquí, por eso te envié la invitación. Sin embargo, no llegaste con todos los otros. Pensé que no vendrías.
Joe: Yo también pensé eso. Y hasta hace unas horas no tenía pensado venir, pero Joaquín me hizo cambiar de opinión.
Fran: ¿Joaquín? (pregunté confundida).
Joe: Sí, él. Yo no quería venir porque después de todo lo que te he hecho pasar, no quería seguir lastimándote. Esta era tu noche para brillar y no tenía la intención de arruinártela (cada palabra que decía hacía que se me rompiera el corazón. Nunca pensé en lo mucho que él podría estar sufriendo). A pesar de eso, me encontré con Joaquín y él me hizo ver que tenía que estar hoy contigo. Es un día importante y tenía que apoyarte, aunque no fuera de la forma que yo quería (tomó mis manos y me miró fijamente. Yo me derretí por dentro). Fran, quizás este no sea el mejor momento, pero esta noche nada se ha hecho como estaba planeado. Primero, quiero pedirte disculpas por ser un idiota. No te merezco. Siempre fuiste dulce y comprensiva conmigo, aguantaste mis celos sin razón y mis inseguridades…
Fran: Joe, no (dije con lágrimas en los ojos)…
Joe: Por favor, tengo que decirlo (entrelazó nuestros dedos). Yo te alejé de mí, te rompí el corazón y fui cobarde y orgulloso. Tardé meses en darme cuenta no sacaba nada estando triste en casa, auto castigándome por los errores que cometí. El mismo día que terminamos debí pedirte perdón, debí impedir que volvieras a casa sin saber lo que realmente sentía (las lágrimas corrían silenciosas por mis mejillas). Te amo más que todo en este mundo. Tú eres mi mundo, eres mi vida, y no quiero pasar más tiempo lejos de ti. He cometido muchos errores en mi vida, pero el mayor fue dejarte ir. En todo este tiempo mis sentimientos hacia ti no han cambiado, es más, han crecido. Extrañarte ha hecho que me diera cuenta lo mucho que te amo y necesito a mi lado. Fran, en el escenario te besé porque lo sentía, porque lo necesitaba, porque no aguantaba un segundo más sin poder estrecharte en mis abrazos. Y cuando cantaba, lo decía de verdad. Lo único que quiero es estar contigo, no importa qué. Te prometo que ahora soy un hombre nuevo. No más celos, no más peleas, sólo voy a amarte y hacerte feliz. ¿Qué me dices? (preguntó con un nudo en la garganta).
Fran: Yo también te amo y necesito (me abalancé sobre él). Por supuesto que quiero estar contigo, tonto. Te amo, te amo, te amo.
No pude evitar esconder mi rostro en su pecho y llorar. Estaba abrumada por todo lo que había dicho Joe y millones de emociones se acumulaban en mi pecho.
Joe: Amor, no llores. Tienes que estar feliz (levantó mi rostro y secó mis lágrimas).
Fran: Estoy feliz (afirmé sonriendo). Es solo que… me hace sentir mal saber por todo lo que has pasado mientras estuvimos separados. No todo fue tu culpa. Yo te provoqué. Si no confiabas en Joaquín, debí hacerte caso y no salir con él. Lo menos que quería era hacerte enojar, y nunca pensé que llegaríamos a terminar por eso. No lo pensé bien, fui una estúpida (negué con la vista en el suelo).
Joe: No digas eso nunca (exigió levantando mi rostro nuevamente). Los dos cometimos errores, pero lo importante es que nuevamente estamos juntos (me besó con suavidad).
Fran: Tienes razón (me mordí el labio, emocionada). No sabes lo mucho que me hiciste falta. Esta noche realmente no puede mejorar.
Joe: ¿Y si te dicen que quedaste en Juilliard?
Fran: Ni siquiera eso podría superarlo (afirmé). En todo caso, todavía faltan un par de días para que digan los resultados, así que no me preocupo. Ahora que estás aquí, sólo tú vas a estar en mi mente.
Joe: ¿Quieres que vayamos a algún lugar a celebrar nuestra reconciliación?
Fran: La verdad es que hay una fiesta de despedida para todos los que participaron en el musical, y los chicos van a ir. ¿Te parece acompañarnos?
Joe: Por supuesto, suena entretenido.
Como ya se había hecho tarde, en un mensaje de texto le envié a Andre la dirección de lugar donde sería la fiesta y le dije que nos encontraríamos allá. Además, le escribí que estaba con Joe, así que me preparé para el interrogatorio que iba a sufrir cuando nos juntáramos todos.
El evento se impartía en el subterráneo de un exclusivo hotel en San Francisco. Al llegar, nos costó un mundo encontrar a los chicos, que estaban sentados en una de las mesas que se encontraban al pegadas a la pared. Al centro del recinto estaba la pista de baile.

Kevin: Creímos que no llegarían nunca (sonrió pícaramente).
Joe: El tráfico es terrible en esta ciudad (respondió tranquilo). ¿Ya pidieron bebidas?
Nick: Sí, las van a traer en unos minutos.
Tú: Tengo que ir al baño. Chicas, ¿me acompañan? (más que una invitación, para mí era una obligación).
Andre: Volvemos enseguida.
En silencio las guié hasta el baño. Cuando entramos las chicas se dieron el trabajo de asegurarse que estuviera completamente vacío y cerraron la puerta.
Tú: ¡¿Nos quieres explicar qué fue todo eso?! ¿Cómo es que llegaste con Joe?
Andre: ¿Se reconciliaron? (exigieron saber).
Fran: No… sí… creo (dudé). Un rato después de que ustedes se fueron apareció en mi camerino. Estaba demasiado nerviosa. Que apareciera en el musical fue inesperado, y el beso aún más. Y como después desapareció no sabía qué esperar. Me pidió disculpas por sus celos y por todo lo que me hizo sufrir. La verdad es que me sorprendió mucho porque sé lo que le costó a Joe decir todo eso. Finalmente me preguntó si quería que volviéramos a estar juntos y yo obviamente le dije que sí (sonreí). Aunque quiero ver cómo funcionan las cosas antes de emocionarme tanto. Tengo miedo que volvamos a romper (confesé).
Andre: No digas eso. Todo va a resultar perfecto, ya lo verás.
Tú: Sí, Joe no se va a arriesgar a perderte otra vez, eso lo doy por sentado.
Fran: Gracias chicas (las abracé). Por venir, por estar conmigo siempre, aunque sea a la distancia. Las extrañé mucho.
Tú: Y nosotras te extrañamos a ti. Ahora será mejor que volvamos con los chicos antes que empiecen a sospechar algo.
Andre: Es obvio que ellos le están preguntando a Joe lo mismo, así que no te preocupes.
Todas reímos ante el comentario de Andre. Realmente mis amigas me habían hecho falta, y ahora que las tenía a ellas y a mi novio, la noche iba a ser completamente perfecta.

Capítulo 75 (Segunda Temporada)

sábado, 26 de noviembre de 2011
¡CHICASSSSSSSSSSSSSSS! De verdad que lo siento mucho por demorarme en subir, pero estoy como loca con la Universidad. Tengo pruebas todas las semanas y además estoy con otras actividades, así que tiempo para escribir poco he tenido. Bueno, y han pasado muchas cosas, además tampoco he estado con ánimo, pero acá les traigo un nuevo cap :{D
Muchísimas gracias a todas por sus comentarios, son las mejores lectoras del universo. Y me alegra mucho saber que todavía tengo nuevas lectoras :{) un beso grande a todas :{*

Fran.~
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Narra Fran:

El sonido estruendoso de los aplausos seguía taladrando mis oídos cuando me separé de Joe. Mi cabeza daba vueltas por la adrenalina del momento, tanto por beso como por el musical. Tenía tantas cosas que decirle, que preguntarle, pero simplemente no sabía cómo empezar. Al intentar hablar, Joe me calló enseguida.
Joe: Ahora no (dijo ubicando el dedo índice en mis labios). Después te daré todas las explicaciones que quieras (prometió). En este instante sólo tienes que disfrutar de tu momento de fama.
Sonrió mirando a todas las personas que ovacionaban de pie y yo lo imité. Depositó un suave beso en mi mejilla y corrió hasta detrás del escenario cuando las luces se encendieron nuevamente.
Uno a uno, cada persona que participó en el musical comenzó a salir por la misma parte en la que había desaparecido Joe. Cuando estuvimos todos en una línea frente al público hicimos una reverencia, y el corazón se me hinchó de felicidad. Podía ver claramente a mi familia y a todos mis seres queridos sonriendo y aplaudiendo orgullosos, por lo que mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad. No me cabía la más mínima duda que esto era lo que quería hacer por el resto de mi vida.
Instintivamente mis ojos buscaron el lugar donde estaba ubicado el jurado de Juilliard. Dos hombres de mediana edad y una mujer más joven, todos de apariencia distinguida, aclamaban efusivamente por nuestra presentación, lo que hizo que sonriera aún más. Esta noche había sido mágica.

Cuando ya estuvimos todos entre bastidores, Henri nos reunió para felicitarnos.
Henri: Chicos, estuvieron más que geniales. Su presentación fue asombrosa. Cada unos de ustedes tiene un gran talento y estoy seguro que van a llegar muy lejos. Y si la gente de Juilliard no los elige por cualquiera sea el motivo, estaría feliz de trabajar con ustedes (repitió lo que me había dicho en la mañana). Ahora, ¡a celebrar! (gritó).
En cuanto me alejé del grupo, divisé a toda mi familia, a los Jonas y a mis amigas dirigirse a mi encuentro. Estaban todos a los que quería ver, menos Joe.
Después de abrazar a cada uno de ellos y me que llenaran de halagos y felicitaciones, me aparté un poco para poder hablar en privado con los chicos.

Fran: ¿Ustedes sabían que Joe iba a venir? (le pregunté a Kevin, Nick, ______ y Andre).
Tú: No teníamos la más mínima idea, de verdad. Cuando lo vimos estábamos tan impresionados como tú.
Kevin: Antes de venir a San Francisco intentamos convencerlo para que nos acompañara, pero no nos hizo caso, así que no sabemos qué lo habrá hecho cambiar de parecer.
Nick: Y ahora desapareció, así que tampoco le hemos podido preguntar.
«¿Se habría ido? ¿Habría pensado que todo esto había sido un error?». Saqué enseguida esos pensamientos de mi cabeza. Él había dicho que hablaríamos más tarde, tenía que creerle.
Fran: Bueno, ya aparecerá (dije intentando restarle importancia). Henri organizó una fiesta de despedida para el elenco, pero obviamente ustedes están invitados. ¿Quieren ir?
Andre: Suena bien. Creo que tus papás irán a cenar con Denise y Paul, así que nosotros tenemos la noche libre.
Kevin: ¿Ahora le dices Paul a mi papá? (preguntó anonadado).
Andre: Él nos dejó llamarlo así (encogió los hombros). Dice que ya somos de la familia, así que ciertas formalidades ya no son necesarias.
Kevin: En eso tienes razón (besó a su novia en la sien). ¿Cómo lo hacemos para ir a la fiesta?
Fran: Yo todavía tengo que ir a cambiarme, así que ustedes podrían ir al hotel mientras yo termino aquí y los paso a buscar, ¿les parece?
Nick: Perfecto. Nos vemos en un rato.
Se despidieron con la mano y como ya todos los demás se habían ido, me encaminé hacia mi camerino. Me senté frente al tocador para comenzar a quitarme el maquillaje cuando alguien tocó la puerta. Esperando que fuera Joe, dije que la puerta estaba abierta.
Ethan: Felicidades, preciosa (el co-protagonista del musical apareció por la puerta con un enorme ramo de rosas blancas). Hiciste un gran trabajo allá arriba.
Fran: ¡Ethan! (corrí a abrazarlo con fuerza). ¿Qué haces aquí? (acepté con una sonrisa su regalo).
Ethan: El que no pudiera participar del musical no quería decir que no fuera a verlo. Estuviste fantástica (me acarició la mejilla). Estoy muy orgulloso de ti.
Fran: Me dio mucha pena cuando Henri dijo que te habías enfermado. Tu voz suena mal (comenté al escucharlo tan ronco y con la voz rasposa). Esperaba poder compartir el escenario contigo en este día tan importante, lo sabes (dije apenada).
Ethan: No me necesitaste para nada. Salvaste las partes que el estúpido de Patrick arruinó y el número final, wow, eso fue asombroso. Mil veces mejor de lo que podría haber resultado conmigo.
Fran: Pero de todos modos. Perdiste tu oportunidad de entrar a Juilliard y siento que soy la culpable de eso.
Ethan: ¡No seas tonta! Tú no tuviste nada que ver con esto, y son cosas que simplemente pasan. Estoy seguro que algo mejor vendrá para mí, ya verás (sonrió). Y hablando de cosas buena, ¿qué pasó en el escenario? ¿Joe lo planeó para que se reconciliaran?
Aunque conocía a Ethan hace sólo un par de meses, ese tiempo había sido tan intenso que terminamos siendo grandes amigos. Él estaba al tanto de todo lo que había sucedido con Joe y había sido un gran apoyo durante todo ese tiempo.
Fran: Sinceramente, no tengo la más mínima idea (me senté en uno de los sillones y Ethan se ubicó a mi lado). Todo fue tan rápido y extraño que apenas pude pensar. Al verlo pensé que estaba delirando, pero cuando me di cuenta que era real sólo atiné a seguir cantando. Era lo que tenía que hacer.
Ethan: Eres toda una profesional, Fran.
Fran: Henri siempre nos dijo que pasara lo que pasara el show tenía que continuar, y no iba a arruinarlo justo al final. Aunque mi cabeza estaba hecha un desastre cuando terminé de cantar.
Ethan: Me imagino (rió). Has pasado por mucho hoy.
Fran: Y todavía falta mucho para que mi cabeza se tranquilice, pero lo que menos quiero hacer ahora es pensar. Esta noche voy a ir a la fiesta y voy a pasarlo bien. Supongo que vas a ir, ¿verdad?
Ethan: No creo. Ese ambiente no va a hacer que me recupere más rápido (se tocó la garganta), así que mejor me voy a casa a descansar.
Fran: Mejórate pronto (lo abracé con fuerza).
Cuando Ethan se fue volví a tomar el ramo de rosas que había dejado sobre la mesa para olerlas. Eran realmente hermosas.
Pretendía seguir ordenando mis cosas cuando volvieron a tocar la puerta. Convencida de que era Ethan, fui a abrir.

Fran: ¿Acaso se te quedó…?
No pude seguir hablando porque quedé helada al ver a Joe del otro lado de la puerta.
Joe: Hola (sonrió tímido). ¿Podemos hablar?

Capítulo 74 (Segunda Temporada)

lunes, 31 de octubre de 2011
¡CHICASSSSSSSSSSSS! Muchas gracias por todos los comentarios, me emocionan demasiado ♥ son las mejores lectoras que alguien podría tener, de verdad :)
Discúlpenme por demorarme en subir pero la semana pasada tuve dos pruebas enormes y ni tiempo para escribir :/ pero acá finalmente les traigo el capítulo nuevo, que además me salió largo :D separé las estrofas de la canción y algunos versos para que estuviera más ordenado.
La canción es Just Wanna Be With You de High School Musical 3, y esa parte del capítulo está basada en la correspondiente parte de la película. Un beso, las adoro :*

Fran.~
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Narra Joe:

Miré mi reloj por veinteava vez en dos minutos, creyendo que así el tiempo pasaría más lento y podría llegar a tiempo al musical. Tal y como lo había dicho Joaquín, en poco más de cuatro horas había llegado a San Francisco. Por suerte, no me había encontrado con ningún policía ni había tenido complicaciones en el camino.
Activé el GPS de mi auto para poder dar con el teatro en el que se estaba realizando el musical. Faltaban diez minutos para que fueran las diez de la noche y estaba sólo a un par de cuadras de mi destino. Recién en ese momento noté el nudo que sentía en mi estómago y que mis manos habían comenzado a sudar. Estaba muy nervioso. Esa noche iba a jugármela por Fran, pero no sabía cómo resultarían las cosas. Ni siquiera sabía qué le iba a decir, si iba a poder mirarla a la cara después de todo lo que había pasado. Tampoco había pensado en su reacción al verme, sin embargo, ya era muy tarde para echar pie atrás.
Me estacioné lo más rápido que pude y corrí a la puerta de entrada, rezando para poder alcanzar a ver aunque fuera el número final. El hall de entrada estaba desierto, así que por instinto me dirigí hacía una puerta que estaba a la derecha. En seguida me arrepentí de haber abierto, porque había un hombre de unos 50 años al borde de un ataque de histeria, regañando severamente a un chico que no pasaba de mi edad.

Joe: Eh… lo siento, yo sólo estaba (titubeé incómodo cuando sus miradas se dirigieron a mí). Ya me voy.
Henri: ¡No, espera! (me detuvo antes de que pudiera salir). No lo puedo creer… ¿eres Joe Jonas? (se acercó y me estudió el rostro detenidamente).
Joe: Sí, soy yo… (murmuré aún más perturbado).
Henri: Esto no es una coincidencia. ¡Me has caído del cielo, chico! Ven, acompáñame, tienes que salvar el show.
Me tomó del brazo y antes de que me diera cuenta me estaba arrastrando al otro extremo de la habitación.
Joe: Espere (me solté). ¿Quién es usted y de qué me está hablando? Yo sólo vengo a ver el musical.
Henri: Lo siento, que mal educado de mi parte (se disculpó). Soy Henri, el director de la obra (me ofreció la mano y yo la estreché). Necesito de tu ayuda, o de lo contrario me va a dar un ataque o algo peor. Hoy en la mañana nos enteramos que el protagonista de la obra, Ethan, estaba enfermo y por ende, no podía participar. Patrick vino a reemplazarlo (indicó con la cabeza al chico que había estado reprendiendo, que ahora estaba en posición fetal en el suelo), pero acaba de tener una crisis de pánico escénico y no puede salir. Sólo falta el número final para que termine el show y tú eres el único que nos puede ayudar.
Joe: Pero yo no me sé los diálogos ni la canción. Lo siento, pero no puedo (negué).
Henri: Claro que te sabes la letra, tonto, si es la canción que escribiste con Fran.
No pude evitar sorprenderme ante lo que Henri me decía. Siempre pensé que Fran había cambiado la canción que habíamos escrito juntos por otra después de que habíamos terminado.
Joe: Lo siento, pero de verdad…
Henri: ¡Nada de peros! Viniste a reconciliarte con Fran, bien, esta es tu oportunidad.
Joe: ¿De qué…? ¿Cómo sabe que…?
Fran: La chica es un libro abierto, Joe. Lo que más deseaba era que vinieras esta noche. Y es obvio que tú viste porque quieres arreglar las cosas con ella, así que, por favor, ayúdame (suplicó).
Joe: Está bien (suspiré). ¿Qué tengo que hacer?

Narra Fran:

Había estado nerviosa toda la noche, pero al llegar al número final, el nudo en mi estómago se hizo cinco veces mayor. Estaba conforme con mi desempeño hasta ahora, sin embargo, sabía que esta era la parte más importante del musical. Inhalé y exhalé, intentando relajarme, y estiré mis músculos, preparándome para volver al escenario.
La última escena se desarrollaba en el balcón de la habitación de Amy. Ella se sentía muy insegura en cuanto a lo que el destino tenía preparado para su relación con Derek, no obstante, lo único que quería era estar con él.
Miré desde uno de los costados del escenario y comprobé que ya estaba instalado el balcón y la parte correspondiente a la pared exterior de la habitación de Amy. Cuando me hicieron la seña correspondiente y las notas del piano comenzaron a sonar, subí por una escalera que estaba en la parte de atrás de la escenografía, atravesé la puerta para salir al balcón y comencé a cantar.


Fran: I've got a lot of things
I have to do
All these distractions
Our future's coming soon
We're being pulled
A hundred different directions
But whatever happens
I know I've got you

You're on my mind you're in my heart
It doesn't matter where we are
We'll be alright
Even if we're miles apart


Joe: All I wanna do,
Is be with you, be with you
There's nothing we can't do
Just wanna be with you
Only you

Cuando escuché la voz de Joe en el primer verso del coro, pensé que era mi imaginación, pero al ver que salía de la puerta de entrada de la sala del teatro y caminaba por el pasillo alfombrado con una sonrisa, me quedé helada. Un montón de lágrimas se amontonaron en mis ojos y mi garganta se cerró, impidiéndome cantar. Mi cabeza no dejaba de maquinar a medida que Joe avanzaba y cantaba sin dejar de sonreír. ¿Qué estaba haciendo él ahí? ¿Qué había pasado con Patrick? ¿Qué iba a hacer yo?
Suspiré profundamente, intentando dejar mis emociones y preguntas de lado para seguir con la función, pero fue muy difícil. Me aclaré disimuladamente la garganta y rogué porque nadie hubiera reparado en mi reacción al ver a Joe.


Fran y Joe: No matter where life takes us, nothing can break us apart...

Joe: You know it's true

Fran y Joe: I just wanna be with you

Joe: You know how life can be
It changes over night
(siguió caminando hasta llegar a la parte baja del escenario, donde estaba la banda).

Fran y Joe: It's sunny then raining, but it's alright (aunque me costaba mucho, tenía que seguir en mi papel y hacer lo que estaba planeado. Lo miré confundida y él encogió sus hombros, a lo que sonreí y seguí cantando).

Fran: A friend like you

Fran y Joe: Always makes it easy

Joe: I know that you get me every time.

Fran y Joe: Through every up through every down
You know I'll always be around
Through everything you can count on me

All I wanna do,
Is be with you, be with you
There's nothing we can't do
Just wanna be with you
Only you
(trepó por un árbol que había a un lado del balcón y saltó para subir a éste. Me acerqué hasta donde estaba y miró fijamente, con esos hermosos ojos color pardo, haciendo que un escalofrío me recoriera. Después, me fui al otro extremo del balcón).
No matter where life takes us, nothing can break us apart (cuando cada uno estuvo a un lado del balcón, comenzamos a dar pequeños pasos para acercarnos, pero siempre mirando al público).

Joe: You know it's true

Fran y Joe: I just wanna be with you
I just wanna be with you...
(nos ubicamos al medio del balcón, nos miramos a los ojos y nos tomamos de las manos. Hasta ese momento no había dimensionado lo mucho que extrañaba su tacto).

The sun will always shine, that's how you made me feel
We're gonna be alright 'cause what we have is real
(después de hacer un par de pasos de baile no muy difíciles, volvimos a ubicarnos cada uno a un extremo del balcón).

Fran: And will always be together (ambos corrimos hasta el centro del balcón y Joe me tomó por la cintura para darme vueltas por el aire. Escondí mi rostro en un cuello por un segundo, y su inconfundible aroma hizo que el millón de mariposas que tenía en el estómago revolotearan).

Fran y Joe: All I wanna do,
Is be with you, be with you
(seguimos cantando sin soltarnos de la mano y nos dirijimos al público, el que aplaude eufórico).
There's nothing we can't do
Just wanna be with you
Only you
No matter where life takes us, nothing can break us apart


Joe: You know it's true

Fran y Joe: I just wanna be with you.

Terminamos de cantar mirándonos directamente a los ojos, como si estuviéramos solos, diciendo con la letra de la canción todo lo que teníamos guardado en el corazón. Las luces se apagan y aunque la estruendosa ovación de los espectadores es ensordecedora, yo sólo puedo escuchar mi corazón que late como loco y la entrecortada respiración de Joe.
Fran: Joe… (murmuro con un millón de preguntas y cosas que quiero decir y no sé cómo).
Joe: Shh…
Me hace callar al tiempo ubica su mano en mi nuca para besarme, a lo que respondo con ganas. Enredo mis dedos en su cabello, que está más corto desde la última vez que lo vi, y me dejo llevar por sus caricias.

Capítulo 73 (Segunda Temporada)

sábado, 15 de octubre de 2011
¡Chicas! Muchísimas gracias por los comentarios, no saben lo feliz que me hacen :D y he visto varias nuevas lectoras, o quizás son lectoras viejas pero que no comentaban jajaa me alegro que lo hagan ahora :)
El concierto de Nick estuvo EXCELENTE!!!!!! muy muy bueno, de verdad <3
Espero que les guste el cap y dejen muchos comentarios :) las adoro

Fran.~
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Narra Fran:

El musical en el que era protagonista, era básicamente una historia de amor. Se trataba de Amy y Derek. Eran compañeros de clase, aunque nunca fueron muy unidos. Es más, raramente se hablaban, ya que cada uno estaba dentro de su propio mundo. Ella era una persona estudiosa y responsable, muy enfocada en su futuro, mientras que él vivía el día a día, sin preocupaciones. Sin embargo, había algo que los unía más de lo que habrían esperado, su pasión por la música.
La obra desarrollaba su último año en el colegio, donde descubrirían quiénes realmente eran, qué querían hacer con sus vidas, y aún más importante, con quién querían pasar el resto de sus días. Todo esto, acompañado de canciones, que los ayudaban a expresarse y que al fin al cabo eran las que narraban.
Ver a mis amigos y familia en la primera fila me daba la fuerza que necesitaba para poder interpretar mi personaje. Sabía que si Joe hubiera estado ahí tendría una razón más para dar lo mejor de mí, pero no iba a dejar que su ausencia echara a perder mi noche de gloria.
Los primeros números eran grupales, por lo que di gracias a Dios. Eso hacía que mi poca conexión con Patrick y su falta de talento no se notaran. Aunque el aprovechaba cualquier momento para intentar sobresalir, lo que le costó muchas reprimendas por parte del Henri cuando nos íbamos tras bambalinas.
La noche seguía avanzando y yo me sentía cada vez más llena de vida. Estaba dejando mi alma en el escenario. Ése día era todo o nada, y me inclinaba completamente por el todo. Cada vez que estuchaba los estrepitosos aplausos, un golpe de adrenalina se apoderaba de mi cuerpo y me moría de ganar de sonreír, pero debía mantenerme en mi papel.
Me tocaba cambiarme de ropa para uno de los últimos números, el más grande e importante de la noche, el dueto que había escrito con Joe. Amy y Derek se amaban y querían seguir juntos, pero ella quería estudiar Derecho en Harvard, mientras que él estaba empecinado en ser músico y vivir de su talento. La presión de terminar el año y empezar una nueva vida les traía muchos problemas y preocupaciones, sin embargo, en esta canción expresarían que lo que más querían era estar juntos.
La relación de Derek y Amy, aunque fuera ficticia, me recordaba bastante a la que yo había tenido con Joe. Aunque los personajes no habían tenido todas las peleas que yo había vivido con mi ex novio, en ambos casos habían cosas que se interponían a la relación, que la debilitaba.
Nunca pensé que la canción que habíamos escrito juntos sería lo que realmente quería decir a Joe en ese momento. Si tan sólo estuviera conmigo esta noche…


Narra Joe:

Ése día me sentía tan mal conmigo mismo que ni siquiera fui capaz de ir a despedirme de mi familia al aeropuerto. Sabía que estaba cometiendo un enorme error al no ir a San Francisco a ver el musical de Fran, pero simplemente no podía. Ya le había hecho mucho daño, no iba a arruinar la que sabía sería una de las noches más importantes de su vida.
Estaba dando vueltas por la casa como perdido, sin saber qué hacer y sin poder quitarme de la cabeza el rostro sonriente de mi ex novia y del amor de mi vida. Si bien había sobrevivido los últimos casi dos meses sin ella, no pasaba un día sin odiarme por ser un celoso estúpido y enfermo. Había arruinado todo entre nosotros y dudaba que alguna vez ella fuera a perdonarme. Y si es que lo hacía, yo no podría pasar por alto la culpa que tenía y que me carcomía por dentro.
Para despejarme, me subí al auto y manejé rumbo a la disquera para ver si había algún estudio libre donde poder componer. Esa era la única terapia que me servía.
En el hall de entrada me encontré con frente a frente Joaquín. Quizás era una señal para empezar a hacer las cosas bien.

Joe: Joaquín (lo saludé, estrechando su mano).
Joaquín: Joe (respondió serio).
Joe: Mira, yo… esto no es fácil para mí, de verdad (rasqué mi nuca, nervioso), pero quería pedirte disculpas por todo lo que hice. Pensé lo peor de ti casi sin conocerte y te culpé de cosas que no eran tu responsabilidad. Está bien si no quieres saber de mí, te entiendo, pero esto era algo que no podía seguir guardando. Y espero que no me guardes rencor.
Lo miré expectante hasta que me contestó con una sonrisa amable.
Joaquín: No tienes que disculparte, Joe (me dio unos golpecitos en la espalda). Todo fue un mal entendido, nada más. Sin embargo, creo que estás en el lugar equivocado y pidiéndole disculpas a la persona equivocada.
Joe: ¿A qué te refieres? (pregunté confundido).
Joaquín: ¿Por qué no estás en San Francisco? (sonó más a una acusación que a una interrogación).
Joe: Pues yo… sé que suena tonto, pero no quería arruinar su noche. Es un gran paso en su carrera, una gran oportunidad, y estando yo ahí sólo arruinaría más las cosas.
Joaquín: Pensé que tú habías llegado al límite de estar equivocado por todo lo que pasó con Fran. Estaba equivocado (me miró fijamente, muy serio). Joe, ella te necesita ahí. No sólo te invitó por cortesía. Lo hizo porque te quiere ahí. Fran te ama.
Joe: No lo dices en serio (negué).
Joaquín: Ustedes dos son un par de testarudos, pero se aman y están destinados a estar juntos. Son estúpidos si creen que un hada mágica va a hacer que vuelvan. Son ustedes los que tienen que hacer que eso pase. Ella ya dio el primer paso, ahora te toca a ti.
Joe: Pero… (dudé).
Joaquín: ¡Nada de peros! Tienes que ir Joe (insistió).
Joe: No alcanzo a llegar si voy en avión (miré mi reloj). Los próximos vuelos son en la noche.
Joaquín: Entonces anda en auto (dijo rodando los ojos).
Joe: ¡Tardaré un siglo! (exclamé).
Joaquín: Si ignoras varias leyes del tránsito, en 4 horas estás ahí, te lo aseguro. Y si te apuras podrás llegar al segundo acto (informó mirando también su reloj).
Joe: Está bien, iré (sonreí). Muchísimas gracias, Joaquín.
Joaquín: Es lo mínimo que podía hacer (me imitó).
Corrí a la salida y me subí al auto. Esta era mi única oportunidad y no la podía desaprovechar. Esa noche iba a luchar por el amor de mi vida. Iba a recuperar a Fran costara lo que costara.

Capítulo 72 (Segunda Temporada)

viernes, 7 de octubre de 2011
Espero que les guste!!!! un besote!!!

Fran.~
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Narra Fran:

Finalmente, el gran día había llegado. Aunque la noche anterior apenas había podido dormir, no estaba cansada. La ansiedad me carcomía por dentro y superaba cualquier otro sentimiento que se intentaba apoderar de mí.
Después de una relajante y reconfortante ducha, bajé a desayunar, pese a que no tenía apetito. Mi mamá insistió en que necesitaba energía para dar lo mejor de mí en el musical y terminé haciéndole caso.
Me había puesto de acuerdo con Ethan, el co-protagonista del musical, para llegar a las 8 de la mañana al teatro y ensayar durante toda la mañana nuestros números musicales. Llegué y el escenario estaba a oscuras y vacío, por lo que supuse que aún no había llegado. Yo ya estaba con mi ropa de ensayo, que consistía en unas calzas, camiseta dos tallas más grande y zapatillas de deporte, así que le pedí al encargado del teatro que prendiera las luces para aprovechar de ensayar mientras esperaba a Ethan. Hice un par de estiramientos para entrar en calor y di la señal para que la música comenzara a sonar.
Había decidido ensayar el gran número de la noche, el dueto que había escrito con Joe un par de meses atrás, antes de haber terminado nuestra relación. Cerré los ojos y pude sin ningún esfuerzo imaginarme a mi ex novio a mi lado. Él sonreía, lo que me impulsó a comenzar a cantar.
Sin abrir los ojos, comencé a moverme por el plató, que ya conocía como la palma de mi mano. En las partes en las que le tocaba cantar a Ethan, podía escuchar la voz de Joe, que inundaba todo el teatro. Me dirigí hacia el centro de las tablas, donde el Joe de mi imaginación estaba ubicado, y estiré la mano para entrelazarla con la de él. Caminamos hacia adelante, mirándonos fijamente, perdiéndonos en los ojos del otro y sosteniendo la última nota de la canción, hasta que unos aplausos desconocidos rompieron mi ilusión.
Volteé asustada y un poco avergonzada, pero me tranquilicé al ver a Henri, el director del musical, sonriendo desde un lado del escenario.

Henri: Si no quedas en Juilliard es porque ellos no saben lo que es talento, de verdad.
Fran: Gracias (me sonrojé). Eres muy amable.
Henri: Soy objetivo y sincero. Tienes un gran potencial, Fran, y si esos buitres no saben apreciarte, me encantaría tenerte en alguna de mis producciones.
Henri era un conocido director y productor de musicales a nivel nacional, y le habían encomendado la tarea de dirigir el musical que definiría a los futuros alumnos de Juilliard en las áreas de música, teatro y danza.
Fran: Es un halago, Henri, de verdad.
Henri: Y sabes que el talento de un verdadero artista se mide en los momentos menos favorables, y que todo depende de el mismo y de nadie más, ¿verdad? (apoyó sus manos en mis hombros y me miró serio).
Fran: Claro que lo sé, pero… ¿por qué me dices esto ahora? (pregunté, nerviosa por su expresión).
Henri: El papá Ethan me acaba de llamar. Al parecer tu compañero tiene una infección en las cuerdas vocales y no va a poder presentarse hoy (dijo sereno).
La noticia sobre el estado de salud de Ethan me cayó como balde de agua fría. El día anterior me había comentado que tenía una molestia en la garganta, sin embargo, dijo que no era nada importante.
No podía creer que tremenda desgracia estaba pasando el mismo día del musical.
Tuve unas enormes ganas de llorar, de derrumbarme y tirar por la borda meses de intenso trabajo, y al parecer, Henri comprendió como me sentía sin tener que decirlo.

Henri: Tranquila, Fran (apretó más sus palmas contra mis hombros). Eres una chica fuerte y profesional, y sé que vas a salir adelante y esta noche le vas a demostrar a todos que mereces estar en Juilliard y más (me tranquilizó). Ya llamé a Patrick, él va a reemplazar a Ethan.
Patrick, el muchacho más desagradable y con menos talento que había conocido en mucho tiempo. Como tuvo bajas calificaciones en los exámenes teóricos de admisión, le dieron un papel pequeño. Sin embargo, siempre estaba pavoneándose sobre sus capacidades, algo que según yo tenía muy escondido, porque no cantaba bien y menos actuaba. De todos modos, a modo de garantía por si sucedía algo, Henri había seleccionado de entre los que tenían papeles pequeños los reemplazos para los personajes principales.
Con Patrick no tenía ni la mitad de química, confianza y afinidad que tenía con Ethan, pero el show tenía que continuar, y si de verdad quería estudiar en Juilliard, esta era mi única oportunidad para demostrarlo.

Fran: Avísame cuando Patrick llegue, voy a seguir ensayando (le dije al director con una sonrisa de confianza).
El día pasó más rápido de lo que esperaba, para mi desgracia. Estuve más de 7 horas seguidas ensayando con Patrick, pero él era imposible. Cambiaba el tono y las de las canciones, decía mal sus líneas, entraba en los momentos equivocados, y para empeorarlo, su actitud pretenciosa hacía que me dieran ganas de matarlo.
Suspiré entre resignada y harta, y me fui a mi camarín. No tenía ganas de seguir perdiendo mi tiempo con un chico que tenía un ego más grande que todo el teatro. Faltaban sólo un par de horas para el gran show, y teníamos que empezar a prepararnos.
Me duché rápidamente para despejarme y mejorar mi humor. No había comido desde la mañana porque no había tenido tiempo de pensar en otra cosa que no fuera el musical, por lo que mi estómago rugió. Le pedí a uno de los asistentes de Henri que me trajera algo para comer antes de ir al camarín de maquillaje y vestuario.
Cada vez faltaba menos para que empezara la función y el nudo en mi estómago volvió a aparecer. Estaba en mi camarín calentando mis cuerdas vocales cuando alguien tocó la puerta. Un segundo después vi el rostro de mis dos mejores amigas asomarse por la madera.

Fran: ¡______! ¡Andre! ¡Me alegro tanto de verlas! (corrí a abrazarlas). Este ha sido un día terrible, las necesitaba.
Andre: Tranquila, ya estamos aquí (sonrió).
Tú: ¿Qué pasó? Lo que menos necesitas hoy son malas vibras.
Fran: Ethan está enfermo, no va a poder participar del musical.
Andre: ¡¿Qué?! ¿Y cómo, qué le pasó?
Fran: Una infección en las cuerdas vocales.
Tú: ¿Eso quiere decir que perdió su oportunidad de entrar a Juilliard?
Fran: Sí (hice una mueca), pero estaba más preocupado por mí que por su salud (rodé los ojos). Ahora voy a tener que presentarme con el estúpido de Patrick.
Andre: Aunque tuvieras que actuar con un mono, lo harías excelente (reí ante su comentario). Ahora es mejor que sonrías, porque te trajimos una sorpresa.
Por la puerta entraron Nick, Kevin, Denise, Paul y Frankie. Los recibí a todos con un gran abrazo, pero no pude evitar quedarme mirando la puerta, esperanzo que Joe apareciera también.
Denise: Te ves hermosa, Fran (me dedicó una cálida sonrisa).
Fran: No saben lo importante que es para mí que formen parte de esto. Gracias por venir
Paul: Va a ser todo un honor verte en el escenario. El teatro está lleno y la gente muy expectante. Vas a estar maravillosa.
Fran: Muchas gracias, de verdad.
Por un momento tuve la esperanza de que Joe viniera, que me viera actuar y quizás que las cosas se arreglaran entre nosotros. Al parecer, fui muy inocente. Deseaba con todo el corazón que esa noche estuviera conmigo, pero no lo podía forzar.
Con la mejor de mis sonrisas, salí del camarín con los recién llegados, lista para luchar por uno de mis más grandes sueños.

Capítulo 71 (Segunda Temporada)

jueves, 22 de septiembre de 2011
¡Chicas! Muchas gracias por todos los comentarios, me hacen muy feliz :D este es un pequeño puente, pero de todos modos importante, atentas con el personaje de Drew ;) un beso para todas, las adoro!

Fran.~
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Narras Tú:

Tú: Andre, ¿Cata fue a tu clase de Biología? (le pregunté a mi amiga mientras sacaba de su casillero los libros que necesitaría para la próxima clase).
Andre: No, no la vi.
Tú: Es raro… tenemos juntas Química en el primer período y también faltó. ¿Le habrá pasado algo? (estaba un poco preocupada).
Andre: No lo creo (cerró su casillero y comenzamos a caminar por los concurridos pasillos). Quizás sólo está enferma.
Tú: Pero tiene que estar muy enferma, porque a ella no le gusta faltar a clases. ¿Qué tal si la vamos a ver después de clases? (propuse). Además, estoy segura que va a querer que le prestemos los apuntes.
Andre: Claro, me parece una excelente día (sonrió).
Luego de sufrir en Historia el último período de clases, fuimos a casa para almorzar y cambiarnos de ropa antes de ir a visitar a Cata.
Una de las cosas que me encantaba del clima de Los Ángeles era que la mayoría de los días de invierno no hacía frío. Abrí la ventana del asiento de copiloto en el auto de Andre y cerrando los ojos disfruté del fresco viento en mi cara.
Después de haberme estado auto-atormentando sobre Andrés, decidí que sólo estaba siendo paranoica, y realmente no necesitaba eso en mi vida. No iba a seguir pensando en él, no valía la pena, y al parecer, todos a mí alrededor habían decidido lo mismo. Ni Andre ni Nick habían vuelto a hablar de él. Por supuesto, nunca le dije a Nick sobre mis alucinaciones el día de la pijama y tampoco pretendía hacerlo.
La imponente casa de Brad se alzó y destacó entre las otras, aunque todas eran magníficas. La última y única vez que había ido fue para la fiesta de disfraces de Cata y Joaquín, hacía varios meses atrás.
No me sorprendí al no ver el auto de Brad estacionado fuera de la casa. Ese hombre vivía para trabajar.
Tocamos el timbre y esperamos un par de segundos antes de que un sonriente Joaquín se asomara por la puerta.

Joaquín: Andre y ______, que sorpresa verlas (nos saludó e hizo pasar). ¿Cómo están? Mucho tiempo sin saber de ustedes.
Andre: Muy bien. ¿Y tú? (nos guió hasta la espaciosa sala, donde nos acomodamos).
Joaquín: Bien, preocupado por la Universidad, pero esos son detalles.
Tú: ¿Ya sabes lo que quieres estudiar?
Joaquín: Quiero algo relacionado con Administración o Gestión de Empresas. Para quiere que siga con el negocio (explicó).
Andre: Bueno, tener a Brad de mentor no puede ser tan malo (rió).
Joaquín: Créeme, tiene más contras que pros, pero me gusta y he aprendido bastante con el tiempo. Estoy intentando conseguir una pasantía para el verano con unos de sus colegas, antes de entrar a la Universidad.
Tú: ¡Eso es genial! (sonreí). Estoy segura que lo vas a hacer fantástico.
Joaquín: Primero tengo que conseguirla, pero Fran ya me convenció que pensando negativo no voy a lograr nada, así que estoy enfocado en que sí tendré la pasantía (me imitó).
Andre: ¿Vas a ir a verla a las pruebas de Juilliard?
Joaquín: Aún no lo sé (hizo una mueca). Tengo muchas ganas, de verdad, pero Joe también va a ir y de verdad que no quiero causar más problemas. Además, espero que esa sea la ocasión para que se reconcilien (dijo sincero). Por más que Fran diga que está bien, se le nota mucho que lo extraña.
Después de mucho pensarlo, Joe decidió ir a ver el musical. Era obvio que se moría de ganas, pero su orgullo era mayor. Estaba demás decir que Fran estaba contentísima cuando su ex novio confirmó la asistencia, aunque intentó ocultarlo.
Tú: Lo mismo creemos, pero ambos son unos testarudos orgullosos, por lo que va a ser difícil, pero no imposible. De todos modos, ¡tienes que ir! (lo animé). Sabes que es importante para Fran, y ella quiere que todos sus seres queridos estén allí para apoyarla.
Joaquín: Sí, pero, no sé… lo pensaré (prometió). Supongo que ustedes no vinieron a verme a mí, ¿verdad?
Andre: La verdad es que estábamos un poco preocupadas porque Cata hoy faltó a clases. Queríamos verificar que todo estuviera bien.
Joaquín: Ha estado casi todo el tiempo encerrada en su habitación desde ayer (se notó un tanto turbado). Creo que es mejor que ella les explique todo. Suban, su habitación es la tercera a la izquierda.
Seguimos las instrucciones de Joaquín, tocamos la puerta y abrimos después de que Cata nos hiciera pasar.
La habitación estaba desordenada, con muchos papeles en el suelo. Ella estaba acostada en la cama con el pijama puesto, tapada con las mantas hasta el cuello y con los ojos terriblemente hinchados.

Cata: Chicas, ¿qué hacen acá? (se limpió la nariz e intentó arreglarse un poco el cabello).
Andre: Te vinimos a ver, ¿no es obvio? (sonrió para alivianar un poco el ambiente).
Tú: Queríamos saber qué te había hecho faltar a clases. ¿Estás bien?
Nos sentamos en el borde de la cama.
Cata: Sí, es sólo una tontería (le restó importancia).
Andre: Cata, eres nuestra amiga, puedes confiar en nosotras (acarició un brazo, reconfortándola).
Cata: Es, es una larga historia (suspiró). El año pasado, en el verano, conocí a un chico de San Francisco. Se llama Drew (sonrió con nostalgia). En ese tiempo estaba acostumbrada a conocer a muchos chicos, pero todos eran unos estúpidos. Sólo se preocupaban de dinero, la fama, y todas esas cosas con las que nos encontramos en este ambiente. Sin embargo, Drew era distinto. No era superficial como la mayoría de las personas que conocía, y eso me emocionó, pero a la vez tuve miedo. No lo sé, era todo muy raro. Él estaba de vacaciones aquí, por lo que durante esas semanas pasamos mucho tiempo juntos. Lo pasábamos muy bien, él siempre sabía cómo hacerme reír (unas lágrimas silenciosas comenzaron a rodar por sus mejillas). Cuando volvió a San Francisco nos seguimos comunicando, y él siguió siendo muy atento. Ambos viajábamos a menudo para vernos. Obviamente no le dije nada a mi papá. Ustedes saben cómo es (rodó los ojos). Mi hermano era el único que sabía de Drew, sin embargo, nunca lo conoció. Él era reservado, por no decir otra cosa. Yo tampoco nunca conocí a su familia. Me parecía un poco raro, pero era tan perfecto en los otros aspectos que no me importó. Nuestra relación siguió muy bien hasta hace un par de semanas. Se comenzó a comportar extraño, distante, y cuando vino a Los Ángeles, el día después de la pijamada, terminó conmigo. No entendí qué pasó, qué hice mal (comenzó a llorar con ganas). De verdad que no entiendo (hipó).
Andre: Tranquila, tranquila (la abrazó, acariciando su espalda para calmarla).
Tú: Cata, tú no hiciste nada mal. Drew es un tonto que no supo aprovecharte. No te pongas mal por personas que no valen la pena (sonreí animándola). Eres una mujer preciosa, inteligente, no puedes estar llorando por hombres que no saben apreciar lo que tienen. Así que ahora te vas a ir a duchar y cambiar de ropa, porque nos vamos de compras (canturreé).
Cata: Son las mejores (nos abrazó).

Capítulo 70 (Segunda Temporada)

viernes, 9 de septiembre de 2011
¡Chicas! Soy la peor persona del mundo, y ustedes son demasiado buenas conmigo, cosa que sé no merezco, así que por eso, GRACIAS. No me voy a cansar nunca de decirles lo agradecida que estoy porque lean, comenten, y sean tan pacientes conmigo. ¡No se imaginan cuanto las quiero! Y estoy todavía más feliz porque hay nuevas lectoras. Bienvenida Lorena, gracias por leer :{D se demoró este cap, pero espero que les guste. Un besote, las adoro :{*

Fran.~
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Narras Tú:

No pude dormir en toda la noche, y no fue precisamente por el temporal que se había desatado en Los Ángeles. La imagen de Andrés mirándome desde la ventana seguía repitiéndose en mi cabeza, una y otra vez, atormentándome. Y lo peor era que no podía asegurar haberlo visto. Había sido una cosa de segundos, y como un espejismo, se había esfumado enseguida.
Bufé, dejando a un lado de la cama la guitarra. Había estado gran parte de la mañana intentando componer un canción, sólo para despejar mi mente, pero ni una estrofa había logrado crear. Restregué mis ojos y me tiré en la cama, abrazando con fuerza un cojín. Sentía como si mi cabeza fuera a explotar.
Me quedé inmóvil mirando al techo por varios minutos, y ni siquiera me tomé la molestia de responder cuando tocaron la puerta de mi habitación.

Andre: ______, ¿me vas a decir una vez por todas qué diablos te sucede? (se sentó a mi lado y me miró fijamente, sin embargo, yo me hice la desentendida). Esta mañana no te presioné porque pensé que se te iba a pasar, pero apenas hablaste o comiste durante el almuerzo y ya tienes preocupados a mis padres. ¿Pasó algo con Nick? (aventuró).
Tú: No (aseguré, volviendo a sentarme en la cama). Es algo un poco más complicado y delicado…
Andre: ¿Puedes decirlo de una vez por todas? Me estás poniendo nerviosa.
Tú: Estoy segura que sólo fue porque soy una paranoica, pero… ayer en la noche, cuando se cortó la luz y bajamos, creo vi a Andrés desde una de las ventanas de la sala…
Intenté decirlo lentamente, con mucho cuidado, no obstante, la expresión de mi amiga era tal como me la había imaginado. Se había quedado de una pieza, y parecía entre confundida y asustada.
Andre: ¿Estás segura? (preguntó seria).
Tú: No (confesé). Todo esto es demasiado raro y sinceramente no entiendo a mi cabeza en este momento (pasé mis manos por mi rostro, intentando despejarme). Estoy casi segura que todo esto es producto de mi imaginación, pero, ¿por qué? Desde el verano que no tenía pesadillas con Andrés o que no me acordaba de él, y desde que lo vi en San Francisco me ha estado atormentando.
Andre: La verdad es que estoy muy segura que fue tu imaginación o alguna alucinación, porque no hay forma que ayer Andrés haya estado en Los Ángeles (dijo muy segura).
Tú: ¿Por qué estás tan convencida de eso? (le puse toda mi atención).
Andre: Porque recién hablé con Fran por teléfono y me dijo que anoche vio a Andrés en una fiesta, y no fue una simple ilusión.
Tú: ¡¿Y pretendías decirme eso ahora?! ¡Desde anoche que no puedo estar tranquila porque pensaba que un sicópata me estaba buscando otra vez!
Andre: Lo siento, pero no sabía que estabas así por Andrés (se defendió).
Tú: Lo sé, y lo siento (me disculpé). No puedo creer que me esté volviendo loca (volví a recostarme en la cama). Ahora veo a gente donde no está.
Andre: ¡No estás loca! (me animó). Has estado sometida bajo mucha presión, yo creo es que eso. Además, el temporal de anoche parecía sacado de una película de terror, así que estás justificada (sonrió).
Tú: Puede ser… pero ya no quiero hablar más del tema. Ahora estoy más tranquila y quiero pensar en otras cosas, de preferencia, más positivas (sonreí también). ¿Cómo estaba Fran? ¿Qué te dijo?
Andre: Estaba cansada por los ensayos del musical, pero se notaba contenta. Como te había dicho antes, ayer fue a una fiesta con Ethan (recordé cuando en San Francisco alcancé a conocer al co-protagonista del musical). Dijo que lo pasó muy bien, bailó, se rió.
Tú: Me alegra saber que está feliz. La última vez que la vi se veía bien, pero todavía no se recuperaba de su rompimiento con Joe.
Andre: Ya ha pasado más de un mes. Creo que lo único que necesitaba era tiempo (concluyó). Pero lo más importante de todo (sonrió con ganas) es que nos envió las invitaciones para el musical. Ocho entradas para primera fila.
Tú: ¿Ocho? (mentalmente conté a los que suponía había invitado. Kevin, Nick, Denise, Paul, Frankie, Andre, yo y…). No me digas que…
Andre: Sí (asintió leyendo mi mente). Invitó a Joe también.
Tú: ¿Por qué? O sea, no es que no quiera que vaya, pero… quizás no sea lo más sano.
Andre: Lo mismo pensé, e intenté persuadirla, sin embargo insistió. El número más grande de la obra lo escribió con él, por lo que creyó que era lo que correspondía. De todos modos, estoy segura que Joe no va a ir.
Tú: ¿Eso crees? (dudé).
Andre: ¡Por supuesto! Es demasiado orgulloso. Además, desde que terminaron que no se hablan. Sería demasiado incómodo que después de todo este tiempo, fuera a apoyarla en uno de los días más significativos de su vida como si nada hubiera pasado.
Tú: Sin embargo, esa misma podría ser la razón por la que sí quisiera ir. Sabe que para Fran es importante, y quizás desea estar ahí.
Andre: Como sea, es mejor que él lo decida. Y en la noche sabremos qué es lo que va a pasar. Recuerda que hoy es domingo y tenemos que ir a cenar a la casa de los chicos.
Denise había insistido en crear una especie de tradición e ir todos los domingos a cenar a su casa. Pasaban semanas en las que no nos veíamos mucho por las distintas cosas que teníamos que hacer, por lo que habíamos reservado ése día para entre todos ponernos al día. Eso era lo mínimo que podía hacer por la mujer que me había recibido en su casa siendo una completa desconocida. Le debía mucho a ella y a toda su familia. Además, pagarle disfrutando de su comida no era para nada un sacrificio.
El tráfico en L.A. era de locos, como siempre, pero no vivíamos lejos de la casa Jonas, por lo que no tardamos mucho en llegar.

Denise: ¡Chicas! (nos saludó efusivamente y con una cálida sonrisa, como siempre). Me alegra que hayan venido. Todos los hombres fueron a comprar unas cosas que faltaban al supermercado, pero están por llegar (informó mientras nos dirigíamos a la cocina). ¿Me ayudan a terminar la cena?
Estaba en el comedor terminando de poner los platos y cubiertos cuando unos fuertes y conocidos brazos masculinos aferraron mi cintura.
Nick: ¿Cómo estás, hermosa? (susurró en mi oído y no pude evitar estremecerme).
Tú: Ahora mucho mejor.
Sonreí y di media vuelta para enfrentarlo.
Nick: Es increíble (dijo mirándome con detenimiento). Cada vez que te veo estás más bella, si es que eso es posible.
Tú: No digas tonterías (me sonrojé y desvié la mirada).
Nick: Es verdad (me abrazó con más fuerza). No sabes lo afortunado que me siento por tenerte a mi lado (acarició mi mejilla con suavidad y me estómago se sacudió).
Con parsimonia acortó la distancia que nos separaba hasta pegar sus labios a los míos. Me besó con delicadeza, logrando que mis piernas flaquearan, por lo que tuve que aferrarme a sus hombros para no caer. Sus manos, que estaban ubicadas en mi cadera, me acariciaban al ritmo del beso.
Después de un par de minutos, cuando nuestros pulmones empezaron a rogar por aire, nos separamos unos centímetros.

Nick: Estás extraña (dijo serio, sin dejar de acariciar mi espalda). Lo puedo ver en tus ojos.
Tú: No es cierto (mentí). Estoy perfectamente.
Nick: No intentes engañarme, ______, te conozco más de lo que crees. ¿Sucedió algo?
Tú: No, de verdad que estoy bien. Si fuera algo importante te lo diría, lo prometo (sonreí para convencerlo).
Nick: Entonces sí pasa algo. ¿Todo estuvo bien anoche en la pijamada? (preguntó).
Tú: Sí (afirmé). Nick, estoy hablando en serio. En la mañana no me sentía muy bien, por cosas de mujeres, pero lo conversé con Andre y ahora está todo solucionado. Nada de dramas.
Nick: Está bien.
Me abrazó con fuerza y yo escondí mi cara en su pecho.
Ya lo tenía decidido. No iba a quemarme el cerebro pensando cosas malas o poniéndome paranoica sobre Andrés. Todo estaba bien en mi vida y pretendía que siguiera así por mucho tiempo.

Capítulo 69 (Segunda Temporada)

domingo, 21 de agosto de 2011
¡CHICAS! Esta vez si que me pasé, de verdad, y lo siento mucho. Pero hasta la semana pasada estuve con exámenes finales y entenderán que lo único que hacía era estudiar, ya que era mucha materia. Pero gracias a Dios aprobé todos mis ramos :{D
Son las mejores, de verdad, no puedo expresar con palabras lo feliz que estoy con que sean mis lectoras y lo agradecida que estoy con ustedes por toda su paciencia y sus bellos comentarios. Son las mejores, de verdad, las amo <3
Espero que les guste este cap y comenten :{D

Fran.~
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Narras Tú:

Cerca de las 9 de noche el timbre sonó, anunciando que Cata había llegado. Puse el último pastelillo decorado en la bandeja y golpeé la mano de Andre por décima vez, después de su intento fallido por sacar uno.
Andre: Más tarde vas a poder comer (la regañé).
Me dirigí a la puerta y saludé a nuestra amiga con un cariñoso abrazo. Hacía mucho tiempo que no podíamos pasar tiempo juntas fuera del colegio, y ya era hora de ponernos al día.
Como yo había sido la de la idea de la pijamada, Andre me había dejado encargada de todo, proclamándome la anfitriona de la velada. La única tarea que le había designado a ella era encargar las pizzas, cosa que responsablemente cumplió.

Andre: El repartidor dijo que las traería en una hora (informó después de saludar a Cata).
Tú: Perfecto (sonreí, ansiosa por disfrutar de una relajada noche con mis amigas).
Como la habitación de Andre era la más grande, decidimos instalarnos ahí. Los padres de Andre estaban en una comida de negocios y llegarían en la madrugada, por lo que teníamos la casa para nosotras tres.
Nos pusimos nuestros pijamas y nos sentamos en la cama a conversar de la vida y distintas cosas banales.

Cata: ______, nunca me contaste como te fue en el viaje a San Francisco (recordó).
Al instante me puse seria y miré significativamente a Andre, pero intenté disimular mi estado y le sonreí a Cata.
Tú: Bien. Aproveché de ver a Fran y a Nacho y de descansar. Nada fuera de lo común (mentí).
No me gustaba engañar a la gente, menos a mis amigos, sin embargo, el tema de Andrés era demasiado complicado y delicado como para contárselo a Cata, menos a esta altura. Por más que él hubiera vuelto a mi vida, o eso se suponía, el capítulo del secuestro y la pérdida de memoria era algo que ya había cerrado, por mi propio bien mental. Además, esa no era la noche para recordar y revivir amargos episodios.
A pesar de que durante la tarde el clima había estado casi primaveral, durante la noche se desató una fuerte tormenta. El viento hacía que las ramas de los árboles chocaran contra las ventanas y la lluvia golpeaba el vidrio de las mismas y el techo.

Andre: Creo que deberíamos saltarnos las películas de terror (dijo con cara de susto). La combinación de este clima con un psicópata no me va a ayudar a dormir.
Tú: Eres una cobarde. Bien sabes que las películas son pura ficción (sonreí burlesca).
Andre: Algunas están basadas en hechos reales (se defendió). Y no está demás decir que este mundo está lleno de locos.
Esperé que esa no fuera una indirecta, así que no presté mayor atención.
Cata: El chico de las pizzas se está demorando más de la cuenta, ¿no? (miró su reloj). Son casi las 10.30 de la noche.
Andre: Tienes razón… (se acercó a la ventana que daba a la calle y echó un vistazo). No se ve nadie. Quizás deberíamos llamar otra vez (propuso).
En ese momento, un trueno retumbó por toda la casa, y un segundo después nos quedamos a oscuras. La luz se había ido.
Tú: ¡Maldición! El viento tiene que haber tirado algún cable.
Andre: Quizás sólo se cortó la luz en la casa.
Cata: No lo creo (dijo mirando desde la ventana). Las casas vecinas también están a oscuras, y dudo que sea porque están todos durmiendo.
Andre: De todos modos voy a bajar a revisar los fusibles. ______, ¿puedes ir a buscar linternas? Creo que hay una en la cocina.
Tú: Por supuesto. ¿No te molesta quedarte sola un momento, Cata? (le pregunté a la invitada).
Cata: Claro que no. Las espero aquí.
Bajé junto con Andre al primer piso y después nos separamos. Por suerte esa noche a luna estaba en todo su esplendor, lo que me permitió ver lo suficiente como para no chocar con los muebles. Revisé todos los cajones de la encimera donde podría encontrar una linterna, pero fue en vano. Me dirigí a un armario que estaba cerca de la puerta que daba desde la cocina al patio trasero, para revisar allí. Tampoco encontré una, pero una sombra pasar por al lado de la ventana me distrajo, y a la vez, asustó.
Nadie estaba en el patio, repetí en mi fuero interno. Era imposible. Respiré profundo, intentando calmarme, pero un nuevo y aún más fuerte trueno hizo que el corazón se me acelerara.
Estabilicé mi respiración y miré disimuladamente por la ventana, rogando por no ver a nadie ahí. Gracias a Dios, mis súplicas fueron escuchadas. El patio estaba desierto.
Salí corriendo de la cocina y en eso choqué con Andre, haciendo que me cayera al piso.

Andre: ¿Estás bien? Pareciera como si hubieras visto un fantasma (me ayudó a pararme).
Tú: Sí, eso creo. No me gustan las tormentas.
Andre: A mí tampoco, menos cuando estamos solas (tiritó dramáticamente). No pasaba nada con los fusibles, así que tiene que ser algo de todo el barrio. ¿Cómo te fue con la linterna?
Tú: No pude encontrar ninguna (después del susto que había pasado, se me había olvidado por completo).
Andre: Yo hallé una (levantó un poco el brazo, agitándola). ¿Subimos?
Estábamos en el primer peldaño de la escalera cuando alguien comenzó a golpear la puerta con fuerza. Ambas dimos un respingo.
Tú: No lo imaginé, ¿verdad? (mi amiga negó con la cabeza).
Andre: ¿Será el chico de las pizzas? (dudó).
Tú: No lo creo…
Me acerqué sigilosamente a la puerta de entrada y vi eché un vistazo por la mirilla.
Tú: No hay nadie (susurré).
Andre: Quizás fue el viento (dijo no muy convencida, y yo la fulminé con la mirada).
Miré por la ventana que estaba al lado de la puerta, pero fue en vano. La persona, porque no podría haber sido una cosa, que había golpeado la puerta, no estaba.
Andre: ¿Crees que es…? Ya sabes.
Tú: ¡Por supuesto que no! ¿Qué estaría haciendo en Los Ángeles?
Andre: ¿Acosándote? (hice como si no la había escuchado).
Claro que había pensado en Andrés, pero no lo iba a decir. Era bastante paranoico de mi parte pensar que podía ser él, y negaría hasta la muerte que él estaba nuevamente dispuesto a hacerme daño sin tener pruebas contundentes para probar lo contrario.
Andre: ¿Escuchaste eso? (saltó a mi lado después de escuchar otro trueno).
Tú: Sí, pero es sólo un trueno (intenté calmar a mi amiga sin mucho éxito).
Andre: No, algo en el patio trasero. Estoy segura que escuché algo… o a alguien (me miró aterrada).
Sabía que entre las dos, yo era la más calmada, por lo que hice tomo mi esfuerzo para mantener ese papel y tranquilizar a mi amiga.
Tú: No es nada, te lo aseguro.
Fui hasta la sala, donde había un ventanal enorme que daba una panorámica del patio trasero. Abrí las cortinas y sonreí, dando media vuelta.
Tú: ¿Ves? Absolutamente nadie.
Pero mi sonrisa desapareció en cuanto vi el inconfundible rostro de Andrés en una ventana que tenía al frente. Al igual que en San Francisco, en sólo un segundo su imagen había desaparecido.
Andre: ¿Qué pasó? ¿Qué viste? (siguió mi mirada hasta la ventada y corrió a ella). No hay nadie (dijo confundida). ______, ¿qué diablos fue lo que viste? (exigió entre asustada y preocupada).
Yo estaba helada, no podía reaccionar. ¿Fue mi imaginación o realmente Andrés había estado en mi casa? Nadie más lo había visto, y había sido algo demasiado rápido y borroso como para asegurar que era él y que no había sido mi imaginación la que me había traicionado. Sin embargo, no pude evitar que un escalofrío me recorriera por completo.
Andre: ¿Estás bien? (se acercó a mi).
Tú: Sí (negué con la cabeza, intentando despejar mis pensamientos). Creí que había visto algo, pero estoy alucinando. ¿Subamos? Cata debe estar preocupada (le regalé mi mejor sonrisa, esperando que creyera que todo estaba en orden.
Andre: Está bien (aceptó no muy convencida).

Capítulo 68 (Segunda Temporada)

martes, 19 de julio de 2011
¡Chicas! Muchas gracias por los bellos comentarios y la paciencia que tienen, son las mejores :D subo rápido pq me tengo que ir a estudia :/ un besote a todas, las adoro!

Fran.~
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Narras Tú:

A pesar de que estábamos en pleno invierno, el sol en Los Ángeles brillaba con fuerza y un leve viento frío soplaba por las calles. Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y seguí caminando rumbo a una tienda que estaba en el barrio para comprar todos los elementos necesarios para hacer pastelillos.
Hacía unos días se me había ocurrido hacer una noche entre chicas con Andre y Cata, ya que por fin habíamos terminado con los exámenes en el colegio y teníamos derecho a divertirnos un rato. Además, no pasábamos mucho tiempo con Cata fuera de las salas de clases, por lo que creí buena la oportunidad para crear lazos.
En el camino de vuelta a casa, me di el tiempo pasar por la plaza y disfrutar del viento en mi cara. Las pasadas dos semanas mi vida se dividió entre la casa y el colegio, y no porque así lo quise. Después de encontrarme con Andrés en San Francisco, Nick insistió en que un guardaespaldas estuviera conmigo todo el día, todos los días. Además, dejó en claro que al terminar las clases tenía que volver a casa inmediatamente. No podía ir al centro comercial, menos al cine, y ni pensar en salir sola a la calle. Todo era demasiado peligroso.
Al principio entendí la preocupación de mi novio, pero con el pasar de los días terminé colapsando. Parecía una prisionera en mi propio hogar. Finalmente, terminé diciéndole a Charlie, mi guardaespaldas, que podía tomarse el fin de semana libre.
Llegué a casa, dejé todas las cosas en la cocina y me preparé para comenzar a cocinar.
Andre había salido con Kevin y sus padres estaban en la casa de unos amigos, por lo que puse música para no sentirme tan sola.
Ya estaba horneando la mitad de los pastelillos cuando el timbre de la casa sonó. Corrí hasta la puerta y sonreí cuando vi a Nick del otro lado.

Tú: Hola (lo abracé por el cuello, cuidando no mancharlo con los restos de masa que tenía en mis manos, y lo besé).
Nick: Hola (acomodó sus brazos en mi cintura). Huele bien.
Tú: Estoy cocinando. Ven.
Lo conduje a la cocina y terminé de rellenar los moldes que me faltaban.
Nick: Esto se ve delicioso (miró por la puerta de vidrio del horno). ¿Alguna ocasión especial? (me abrazó por la espalda y acomodó su mentón en mi hombro).
Tú: Cata va a venir esta noche. Haremos una pijamada.
Nick: Suena divertido, ¿puedo venir?
Tú: No (reí). No estás invitado.
Nick: ¿Hay alguna forma de que cambies de opinión? (en un rápido movimiento, me giró para enfrentarlo).
Tú: Mmm… podría ser.
Sonrió pícaro sobre mis labios, para después capturarlos con los suyos. Instintivamente cerré los ojos y me dejé llevar por las caricias de Nick.
Ubiqué nuevamente mis manos en su cuello, juntándolas en nuca, para que no se separara de mí, al tiempo que él hacía presión en mis caderas y me levantaba del suelo para sentarme sobre la encimera de la cocina. Nick se acomodó entre mis piernas y siguió besándome lenta y profundamente, mientras acariciaba mis piernas con suavidad.
Estando con mi novio se me hacía muy fácil olvidar todos mis problemas e inquietudes. Mi cabeza simplemente se ponía en blanco y sólo era capaz de disfrutar y responder a su contacto.
Despeiné su cabello, que seguía estando corto, y lo acerqué hasta que no quedó espacio entre él y yo.
Bajé mis manos para deleitarme con sus anchos hombros y su espalda bien formada, sonriendo casi imperceptiblemente cada vez que lo oía suspirar producto lo que mis caricias provocaban en él.
Nick abandonó mis labios y comenzó a repartir pequeños besos en mi cara, lo que me dio un segundo para que mis neuronas volvieran a hacer sinapsis.

Tú: Nick, tengo que ver el horno (susurré cuando llegó a mi cuello, lo que me hizo estremecer).
Nick: Está bien (sin dejar de abrazarme por la cintura, siguió besándome).
Tú: Cariño, se van a quemar los pastelillos (dije un poco más alto, y reuní toda mi fuerza de voluntad para separarme de él).
Pude ver su cara de fastidio, por lo que salté de la encimera y me dirigí enseguida al horno, para no arrepentirme de lo que estaba por hacer.
Tú: A todo esto, creí que estarías jugando golf con Joe esta tarde (mencioné mientras sacaba la primera lata con moldes del horno y ponía la segunda adentro).
Nick: El partido terminó antes de lo planeado (tomó uno de los pastelillos recién horneados y comenzó a decorarlo con la crema que estaba en un recipiente). Al parecer tenía una cita o algo (le restó importancia).
Tú: ¡¿Una cita?! ¿Con quién? ¿La conozco? ¿Es famosa? (las preguntas prácticamente salían solas de mi boca).
Nick: Cálmate (puso sus manos en mis hombros). No lo sé. Ni siquiera estoy seguro que haya sido una cita. Sólo me dijo que tenía que salir, pero fue muy misterioso al respecto, así que saqué mis propias conclusiones (explicó).
Tú: Si estuviera saliendo con otra chica sería un traidor. ¿Cómo le puede hacer esto a Fran? (pregunté exasperada).
Nick: _____, no estamos seguros. Es su vida, él verá que hace con ella. Si quiere cometer el error de intentar olvidar a Fran con otra chica, que lo haga. Con el tiempo se va a dar cuenta que no sirve de nada (me miró fijamente). Ahora, ¿terminamos con los pastelillos? (cambió rápidamente de tema).
Tú: Está bien… (dije con cautela) pero no te vas a quedar esta noche.
Nick: Mientras me pueda llevar un par de estos, soy feliz (besó mis labios con ternura). Andre está con Kevin, ¿verdad?
Tú: Sí, pero se supone que va a volver pronto. Sus papás no están en casa y no le gusta que me quede aquí sola, por lo que…
Nick: Espera un momento (me interrumpió serio). ¿Dónde está Charlie? (preguntó con el ceño fruncido).
Tú: Yo… le di el día libre (maldije para mis adentros. Pensé que la ausencia del guardaespaldas pasaría desapercibida).
Nick: ¡No puedes hacer eso! (levantó la voz).
Tú: Claro que puedo, y no me grites (regañé). Él tiene derecho a pasar tiempo con su familia y yo quería estar un rato sola. No tiene nada de malo (me defendí cruzándome de brazos).
Nick: ¿Acaso no entiendes que te puede pasar algo?
Tú: ¡Estoy en casa, por Dios! (grité desesperada). Estoy harta que me trates como una niña pequeña y tonta. Sé perfectamente cómo cuidarme, y sabes que nunca estuve de acuerdo con tener un guardaespaldas. Tenemos un sistema de seguridad en la casa y nadie puede entrar sin que yo lo quiera. ¿Qué me puede pasar aquí adentro?
Nick: Lo siento (me abrazó). No quería perder la cabeza, pero no puedo evitar preocuparme de ti. Andrés te hizo tanto daño una vez, y tengo que hacer todo lo que esté en mis manos para evitar que lo vuelva a hacer (tomó mi cara entre sus manos y acarició mis mejillas).
Tú: Voy a estar bien, lo prometo (sonreí antes de volver a besarlo).

Capítulo 67 (Segunda Temporada)

lunes, 27 de junio de 2011
Chicas, discúlpenme la vida por no subir cap. No he tenido nada de inspiración y he estado ocupada con otras cosas. De verdad que lo siento u.u pero les traje cap largo (recién terminado) para compensarlas otra vez :{D
Muchísimas gracias por todos los comentarios y estén atentas, porque Andrés volvió para quedarse!!!! las adoro :{*

pd: este cap va especialmente dedicado a mi amiga Andre que estaba pidiendo algo de Kevin/Andre <3 jajajja

Fran.~
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Narra Andre:

El domingo desperté pasado el mediodía. Bajé hasta la cocina en busca de café para despertar mis neuronas y en la puerta del refrigerador encontré pegada una nota de mis padres, donde se despedían de mí y dejaban indicaciones para los próximos tres días en los que estarían ausentes. Intenté concentrarme y después de unos minutos recordé que me habían dicho hace unos días que por cosas de trabajo tenían que salir de la ciudad.
«Diablos», pensé al tiempo que me servía en una taza un poco de café. Lo había olvidado completamente.
Tomé rápidamente el café y fui a la ducha. ______ no estaba y odiaba estar sola en la casa, por lo que llamaría a Kevin para que me hiciera compañía. Podía ir a almorzar a la casa de los Jonas o invitar a Kevin fuera, decidí mientras secaba mi cabello.
Estaba por tomar mi celular para llamar a mi novio cuando el timbre sonó por toda la casa.

Andre: Amor, no te esperaba por aquí (sonreí al ver a Kev al otro lado de la puerta y lo saludé con un beso en los labios antes de invitarlo a pasar).
Kevin: Pensé que podrías tener hambre (levantó la canasta que tenía en su mano). Y como ibas a estar sola pensé que sería bueno acompañarte.
Andre: Estaba a punto de llamarte para que vinieras, pero te adelantaste. ¿Por qué eres tan tierno? (pregunté rodeando su cuello con mis brazos al tiempo que él hacía lo mismo en mi cintura).
Kevin: Por más que lo intento, no puedo evitar ser así de adorable (bromeó sobre mis labios y yo no pude evitar terminar con la poca distancia que nos separaba, presionando suavemente mis labios contra los suyos).
Andre: Eres el mejor (acaricié su cabello).
Kevin: Tú me inspiras (besó mi mejilla con suavidad). La comida todavía está caliente, así que creo que deberíamos empezar.
Andre: Podríamos almorzar frente a la chimenea (propuse). Pon un poco más de leña en el fuego mientras yo voy a buscar unas cosas a la cocina.
Pusimos todo lo que Kevin había traído encima de la alfombra que estaba frente a la chimenea. Presas de pollo, papas fritas y fresas con crema. El postre fue sólo para mí, ya que a Kevin no le gustaba la fruta.
Andre: Denise cada vez se luce más con su comida (dije cuando terminamos de comer).
Kevin: ¿Por qué das por sentado que esto lo cocinó mi mamá? Perfectamente lo podría haber hecho yo (se defendió).
Andre: Amor, tú no cocinas (sonreí con ternura). Te ves cansado. ¿Dormiste mal?
Kevin: No, pero anoche llegamos tarde a casa. Joe por fin está volviendo a trabajar y últimamente está muy inspirado, por lo que hay que aprovechar al máximo las horas en el estudio. Han salido cosas muy buenas (dijo orgulloso).
Andre: Estoy feliz por Joe, que bueno que está sobrellevando bien la ruptura y puede sacar provecho de lo que está sintiendo (sonreí).
Kevin: Eso es lo bueno de los músicos. Cada cosa que pasa, cada sentimiento, cada emoción se puede convertir en una canción.
Andre: Espero que sólo sean canciones de amor las que tú escribes.
Kevin: En este momento sería imposible que hiciera algo distinto (aseguró).
Andre: Te amo (susurré).
Kevin: Yo también te amo.
Era tan fácil ser sincera con Kev, demostrar mis sentimientos, abrir mi corazón hacia él. Nunca había tenido suerte en el amor y cuando comencé la relación con él tenía mucho miedo. Kevin era más grande, había tenido más experiencias amorosas que yo, y por eso me sentía insegura, pero siempre fue compresivo y extremadamente romántico. Me hacía sentir segura.
Lentamente, y sin dejar de mirarme fijamente con sus bellos ojos color verde, Kev se acercó hasta posar delicadamente sus labios sobre los míos. Con su mano izquierda en mi nuca y la otra aferrando mi cintura, me empujó hasta que mi espalda tocó la suave alfombra. Instintivamente cerré los ojos y rodeé su espalda con mis brazos.
Una increíble sensación de paz y a la vez emoción me asaltó por completo. Sus manos recorrían los costados de mi cadera y cintura dulcemente, sin rapidez, disfrutando de cada momento, de cada caricia.
Dejándome llevar, enredé entre mis dedos los rizos que caían por su nuca y cambié de ángulo para poder besarlo con mayor comodidad, mientras Kevin se ayudaba con sus rodillas para no caer con todo su peso sobre mí.
Los músculos de su marcada espalda se tensaban cada vez que pasaba mis manos por ahí, deleitándome con sus reacciones y con lo que él provocaba en mí.
Acababa de cambiar de posiciones, ubicándolo a él abajo mío, cuando mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo que me sobresaltó.

Andre: Es un mensaje de texto de ______ (dije al ver la pantalla. Me senté nuevamente sobre la alfombra y Kevin hizo lo mismo). Dice que el vuelo se atrasó, van a llegar a la hora de la cena. Y estamos invitados a comer a tu casa (informé sonriendo).
Kevin: Genial (me imitó). Todavía tenemos un par de horas (miró su reloj), ¿tienes exámenes la próxima semana?
Andre: No (respondí inmediatamente).
Kevin: ¿Estás segura? (entrecerró los ojos).
Andre: Quizás algunos, pero ya estudié (aseguré).
Kevin: Andre (me regañó), no me mientas.
Andre: Está bien, debería estudiar, pero no quiero hacerlo si estás aquí. Quiero pasar tiempo contigo (me acurruqué en su pecho).
Kevin: No iré a ninguna parte (me acarició el cabello). Tienes que ser responsable, cariño. Y si quieres entrar a una buena universidad tienes que estudiar y sacarte buenas notas.
Andre: No he dicho que quiero ir a la universidad (murmuré).
Kevin: ¿No quieres?
Andre: No lo sé. Mis padres quieren que vaya, sin embargo sé que mi pasión es la música. Como sea, no es un tema que me agrade (frunció el ceño). ¿Podemos hablar de otra cosa?
Kevin: ¿Qué tal si mejor estudias? (sugirió).
Andre: ¿Y qué vas a hacer tú entretanto?
Kevin: Dormir (sonrió).
Andre: ¡Embustero! Sólo quieres que estudie para que puedas dormir (lo apunté con el dedo en el pecho).
Kevin: Y como eres tan buena novia voy a poder, ¿verdad? (me crucé de brazos). Tengo mis técnicas para convencerte.
Andre: ¿Cuáles? (lo reté).
Antes de que pudiera responder, se abalanzó encima de mí y comenzó a hacerme cosquillas. Intenté soltarme de su agarre, pero me salió el tiro por la culata y terminó por acomodarse sobre mí en una posición perfecta para seguir con la tortura. No podía parar de reír y me estaba faltando el aire, por lo que finalmente me rendí.
Subí a buscar un libro y cuando volví con acomodamos en uno de los sillones de la sala. Kev posó su cabeza sobre mis piernas y se acostó en el sillón, dispuesto a recuperar un poco del sueño perdido. Automáticamente dirigí mi mano libre a su cabeza para acariciar su cabello, mientras leía sobre la Segunda Guerra Mundial.
Los únicos sonidos que interrumpían mi lectura eran el crepitar de la leña en la chimenea y la lenta respiración de mi novio, acompañada con unos ocasionales ronquidos. En ese momento era la mujer más feliz del mundo porque tenía al hombre que amaba a mi lado.
Cerca de las 7 de la tarde, y con todo el dolor del mundo porque se veía adorable durmiendo, desperté a Kevin para que fuéramos a su casa a cenar.
Minutos después de que nosotros llegamos, hicieron aparición en la casa Jonas ______ y Nick. Todos los recibimos con calurosos abrazos y palabras de bienvenida. Aunque hubiera sido sólo un fin de semana, había extrañado a mi amiga, y al parecer habían echado de menos a Nick en su casa.
Durante la comida los recién llegados contaron con detalles su estadía en San Francisco, tratando de evitar hablar demasiado sobre Fran, por cosas obvias.
No pude evitar notar un poco extraña a ______, quizás distraída. Lo más probable era que estuviera cansada por el viaje, pero había algo que no me calzaba.

Andre: ______, ¿estás bien? (pregunté entrando a la cocina, aprovechando que mi amiga estaba sola allí).
Tú: Andre, me asustaste (dijo con una mano en el pecho).
Andre: Estás extraña. ¿Qué sucede?
Tú: Nada, estoy perfectamente (sonrió intentando convencerme).
Andre: Vamos, ______, te conozco hace años y eres una de mis mejores amigas. ¿En serio crees que me voy a tragar eso? (espeté).
Tú: Lo siento, es sólo que… no quiero involucrarte. Es algo delicado (hizo una mueca).
Andre: Suéltalo de una vez.
Para no interrumpir a ______ durante el relato tuve que morderme la lengua. No podía creer lo que me estaba diciendo. ¡Andrés había vuelto! Y por más que ella tratara de restarle importancia, yo sabía perfectamente que no podía significar nada bueno.
Andre: ¿Y qué pretendes hacer?
Tú: Nada. O sea, Nick quiere que tenga guardaespaldas durante unas semanas, sólo por precaución, pero no hay mucho que pueda hacer. Por lo menos no por ahora. Sólo vi a Andrés. No sé si me estaba siguiendo o si me lo encontré por una terrible casualidad. No sé, no sé nada (se tomó la cabeza, frustrada).
Andre: Tranquila (la abracé). Hemos pasado por cosas peores, y no voy a dejar que ese tipo te haga daño, ¿está bien? Estamos juntas en esto (sonreí).

Capítulo 66 (Segunda Temporada)

jueves, 9 de junio de 2011
¡CHICASSSSSSSSS! Siento haberme demorado mucho en subir cap, pero recién lo terminé porque no he tenido mucho tiempo para escribir. Es largo, así que espero con eso recompensarlas un poco :{) muchas gracias por todos los comentarios, me hacen feliz <3 un besote para todas, las adoro

Fran.~
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Narras Tú:

Nick no paraba de dar vueltas por la habitación. Iba de un extremo a otro, se detenía y desandaba lo caminado. Al principio no me importó, pero después de 10 minutos haciendo lo mismo comencé a desesperarme.
Tú: ¿Puedes quedarte quieto? (pregunté, sentada a los pies de la cama).
Nick: Lo siento (se detuvo). Es sólo que… ¿estás segura que era él, ______?
Tú: No… no lo sé (dudé). Había mucha gente en la calle, y todo pasó muy rápido. Me di vuelta, lo vi y al segundo había desaparecido.
El no poder asegurar que había visto a Andrés me hacía sentir insegura. Nick se sentó a mi lado y tomó mis manos.
Nick: Tranquila. Lo más importante es que conserves la calma (lo miré incrédula y a punto de reír). Está bien, acepto que no reaccioné de la mejor forma cuando me contaste (confesó).
Tú: ¡Estuviste andando por el cuarto como un loco! (reí).
Nick: Pero eso no es lo importante. Tenemos que decidir qué vamos a hacer (dijo serio).
Tú: ¿A qué te refieres?
Nick: ______, si Andrés volvió es por algo. Ese tipo está enfermo, todos lo sabemos.
Tú: Que lo haya visto no quiere decir que me esté siguiendo ni nada por el estilo. Él vive en San Francisco, Nick. Quizás estaba dando un paseo y me vio (dije no muy convencida).
Nick: Andrés te hizo mucho daño, linda. No olvides que fue él el que te dopó para llevarte a Los Ángeles e hizo que perdieras la memoria con las drogas que te dio.
Tú: Nunca podría olvidar eso (comenté seria), pero no fue su idea. Mi maléfica tía planeó todo, y si no hubiera sido porque Andrés estaba enamorado de mí no lo habría hecho.
Nick: ¡No importa! Es un sicópata, un acosador, está demente. Y no voy a dejar que se acerque a ti otra vez, tenga malas intenciones o no (aseguró).
Tú: ¿Y qué vas a hacer para impedir eso? (pregunté entre divertida e intrigada).
Nick: Vas a tener un guardaespaldas personal las 24 horas del día.
Tú: ¡¿QUÉ?! ¡No puedes hacer eso! (me paré indignada). ¡No quiero una niñera!
Nick: No es una niñera, y el que quieras o no da igual. Es por tu protección, ______. No quiero que algo malo te pase.
Tú: Sabes que odio los guardaespaldas. No quiero que alguien me esté vigilando y que me siga como un perro todo el día.
Tiró de mi brazo para que volviera a sentarme en la cama y enmarcó mi cara con sus manos.
Nick: No me perdonaría nunca si te sucediera algo. No sabes lo que sentí cuando me dijiste que viste a Andrés en la calle. No quiero perderte otra vez (me abrazó con fuerza).
Pasé mis brazos por su espalda y le devolví el gesto. Pude escuchar el pánico en su voz, lo que hizo que me recorriera un escalofrío y de verdad me preocupara. Nick no se dejaba espantar por cualquier cosa.
Tú: Está bien (accedí y me separé para mirarlo a los ojos), pero sólo un par de semanas, hasta que todo vuelva a la normalidad.
Nick: Gracias (acarició mi mejilla y me besó profundamente). Ahora creo que es mejor que descansemos. Fue un día largo para los dos.
Saqué mi pijama de la maleta y fui al baño para cambiarme.
A pesar de todo lo que había pasado con Nick, aún me ponía un poco nerviosa al dormir con él, en especial después de lo que había sucedido en antes de Navidad. Intenté no pensar en eso mientras me ponía un camisón de seda blanco que me llegaba hasta la mitad del muslo. Me lavé los dientes, cepillé mi cabello y abrí la puerta, para encontrarme con Nick en el umbral de ésta.

Nick: Acuéstate, enseguida te alcanzo (asentí le sonreí con timidez).
Haciendo lo que me había dicho, me acosté en la gran cama que tenía la habitación mientras mi novio estaba en el baño. Nick no había reparado en gastos para nuestro alojamiento en San Francisco. La suite era bastante grande. Tenía una sala de estar, cocina, la habitación principal y baño con jacuzzi, además de una hermosa vista al centro de la ciudad.
Nick salió del baño y se acercó hasta mí con una sonrisa. Se acostó a mi lado y me besó con ternura.

Nick: Te quiero mucho, ¿lo sabías? (dijo sin soltar mi barbilla).
Tú: Sí. Yo también te quiero mucho.
Despertar con el peso del brazo de Nick alrededor de mi cintura era una cosa que no tenía precio. Abrí los ojos despacio y me desperecé con cuidado para no despertarlo.
Sin poder evitarlo, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro cuando volteé para verlo. Estaba con el abdomen contra el colchón y el otro brazo bajo la almohada. Tenía la boca ligeramente abierta y hacía un divertido ruidito cuando respiraba. Estiré la mano para acariciar sus ya casi inexistentes bucles, maravillada por lo afortunada que era al tenerlo como novio.

Nick: ¿Vas a quedarte mirándome todo el día? (murmuró con los ojos cerrados).
Tú: Lo siento (reí), pero te ves demasiado adorable cuando duermes.
Nick: ¡Oh, cállate! (rió y escondió mi cabeza en su pecho). ¿Qué hora es?
Tú: Casi las 9.
Nick: Tengo que ir al estudio (bostezó).
Tú: Esta bien (suspiré y lo escuché volver a roncar). Nick... tienes que ir al estudio (repetí lo que él había dicho hace unos segundos). Vas a llegar tarde (levanté la cabeza y lo zamarreé).
Nick: 5 minutos más (pidió).
Tú: Sólo 5 (sonreí y me recosté nuevamente en su pecho).
Nick prefirió que mientras él no estuviera me quedara en la suite, sólo por precaución. No quería que me encontrara de nuevo con Andrés, menos estando sola. Quedamos en almorzar en el restaurante del hotel, por lo que cuando Nick se fue a trabajar me tomé mi tiempo para ducharme, arreglar mis cosas y dedicarme al ocio.
El resto del día pasó sin complicaciones. Vimos una película abrazados en la cama, conversamos de su día y nos relajamos, olvidándonos de todo lo que nos esperaba de vuelta en casa, y en especial de Andrés.

Tú: Fran me envió un mensaje de texto (dije al ver la pantalla de mi celular). Dice que ella y Nacho nos invitan a cenar esta noche al restaurante “Gary Danko”.
Nick: ¿Y cómo consiguieron reservaciones? Ése es uno de los lugares más solicitados en San Francisco.
Tú: No lo sé, pero yo quiero conocerlo (sonreí).
“Gary Danko” era uno de los restaurantes más sofisticados y famosos de la ciudad. Como bien decía Nick, en general se esperaba más de medio año para conseguir una mesa allí, por lo que si teníamos la oportunidad no podíamos desaprovecharla.
No había llevado nada muy elegante a San Francisco, pero por suerte el día anterior Fran había insistido en que me comprara un vestido que habíamos visto cuando estuvimos de compras. Después de ducharme, maquillar mi rostro lo más natural posible y recoger mi cabello en un peinado simple, me puse el vestido strapless color dorado pálido, que acompañé con un brazalete, pendientes y zapatos a juego.

Nick: ¡Wow, te ves hermosa! (se acercó para observarme mejor cuando salí del baño).
Tú: Gracias (sonreí). Tú estás muy apuesto (se veía fantástico con un traje negro, camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados y sin corbata).
Nick: ¿Vamos? (tendió su mano para que la tomara).
Al llegar al restaurante no pude quedar menos que maravillada. Nunca había ido, pero mis altas expectativas se cumplieron con creces. Había un enorme candelabro de vidrio en la entrada, y todo estaba adecuadamente iluminado. Jazz suave sonaba por todas partes, invitándote a relajarte y disfrutar. Hablamos con el maître y nos guío hasta la mesa reservada a nombre de Ignacio McLogan.
Fran: ¡Que guapos se ven! (exclamó cuando estuvimos con ellos).
Tanto Fran como Nacho se pararon para saludarnos. Como habíamos visto a mi amiga el día anterior no fue tanta la efusividad, pero con Nacho fue distinto. Desde la fiesta de cumpleaños de Andre que no lo veía, y lo había extrañado. Nos abrazamos con fuerza y durante varios minutos. Después él le dio un amistoso abrazo a Nick y nos sentamos a la mesa.
Tú: ¿Qué hiciste para conseguir reservaciones aquí? (le pregunté intrigada a Nacho).
Fran: Nada indecente, lamentablemente (hizo una mueca y yo reí).
Nacho: Mis padres son amigos del dueño y hace tiempo que Fran me estaba pidiendo que viniéramos, así que se me ocurrió que sería buena idea venir, aprovechando que están en la ciudad.
Nick: Muchas gracias por la invitación.
Nacho: Para eso estamos los amigos (le hizo una seña al maître y éste trajo una botella de champagne). Ahora quiero que brindemos por nosotros, para que este año esté lleno de éxito y felicidad.
Vi como Nacho acariciaba la mano de Fran y le sonreía, dándole ánimo. Sabía que él había sido de mucha ayuda desde que Fran había terminado con Joe. Había estado con ella todo el tiempo, distrayéndola y apoyándola con el musical. Eso de algún modo me dejaba más tranquila, porque al no poder estar siempre que quería con mi amiga, sabía que había alguien más para consolarla cuando lo necesitara. Además nos conocíamos hacía muchísimos años, y siempre habíamos sido muy amigos los cuatro, con Andre.
Después de comer pusieron la música un poco más fuerte y bajaron las luces, invitando a los comensales a acercarse al centro del salón, donde sabía una pista de baile no muy grande. La música era lenta, pero eso no impidió que muchas parejas se pararan de sus mesas y fueran a bailar. Fran fue tan insistente con Nacho que finalmente él accedió y se unieron a las otras personas. Yo sólo le sonreí a Nick y tomé su mano. Sabía que no era fanático del baile, menos en lugares públicos, por lo que no lo iba a obligar.

Nick: Gracias (susurró en mi oído y me besó la mejilla con dulzura).
Mientras Nick acariciaba mi espalda, me dediqué a mirar a las parejas que estaban bailando. Fran y Nacho eran los más animados de todos. Daban vueltas y se reían, mientras los demás sólo se dedicaban a moverse al lento ritmo de la música. No pude evitar sonreír al darme cuenta que Fran estaba cada vez mejor.
En un momento Fran y Nacho volvieron a la mesa y él extendió su mano hacia mí.

Nacho: ¿Quieres bailar? (sonrió).
Miré a Nick instintivamente y él asintió.
Fran: Anda, yo me quedo con el aburrido (rió y Nick la fulminó con la mirada, a lo que ella le respondió mostrando la lengua).
Después de estar unos minutos bailando en silencio, Nacho me miró intrigado.
Nacho: ¿Cuándo pretendías decírmelo?
Tú: ¿Qué cosa? (pregunté confundida).
Nacho: Ayer viste a Andrés en la calle (dijo serio).
Tú: ¿Có-cómo sabes? (titubeé. No es que no haya querido contarlo, simplemente quería verlo como un inesperado e indeseado accidente).
Nacho: Nick le dijo a Fran, y ella obviamente me contó (miré hacia la mesa donde estaban los traicioneros, pero estaba muy ocupados conversando). ¿Te das cuenta lo peligroso que puede ser esto?
Tú: ¿Ves? Ésa es una de las razones. Eres igual que Nick, haces una tormenta en un vaso de agua. Andrés ni siquiera me habló. Lo vi y al segundo había desaparecido. Ni siquiera estoy segura si era él o si realmente lo vi.
Nacho: No estás loca, ______. Sabes muy bien que lo viste, no hay razón para haberlo imaginado. Y restándole importancia no vas a lograr que ese capítulo de tu vida se borre (agregó levantando un poco el tono).
Tú: Lo sé (dije todavía bailando con mis manos alrededor de su cuello y las suyas en mi cintura), pero he estado tan bien desde el verano pasado. Ya va más de medio año desde eso y no quiero volver. Sabes lo que me costó recuperar la memoria, poder confiar en los demás, arreglar el desastre que era mi vida. He trabajado muy duro para tener lo que tengo ahora, y no voy a dejar que Andrés me lo quite.
Nacho: Andrés no te va a volver a hacer daño, te lo prometo (aseguró).
Tú: Pero si…
Nacho: No (me interrumpió). ______, tú eres la única que puede impedir que él entre en tu vida, y si estás dudando no va a funcionar. Si no quieres que vuelva, no lo va a hacer. Voy a averiguar en qué está, y si encuentro algo sospechoso te lo voy a hacer saber, ¿está bien?
Tú: Sí. Muchas gracias (lo abracé).