Capítulo 52 (Segunda Temporada)

jueves, 30 de diciembre de 2010
¡CHICAAASSS! lo siento de verdad por no subir antes nove, pero estas semanas han sido de locos :| tuve mi fiesta de graduación, fui a la fiesta de graduación de Andre :D (que vive en otra ciudad), fue navidad, después fui al campo de un amigo y toda esta semana he estado enferma :( pero ya me siento mejor y les traigo nove para despedir el 2010 :D espero que hayan tenido una feliz navidad junto a sus seres queridos y que tengan un bello año nuevo :D
Esperanza, gracias por la idea de los anillos, la voy a tener en cuenta :) bueno, ahora, la nove :D por favor, ¡COMENTEN! se que es mi culpa que muchas lectoras se hayan ido, pero las que siguen, comenten dos veces jajajaja porque ver tan pocos comentarios no me motiva mucho a escribir :( aunque todos sus comentarios son hermosos, muchas muchas gracias! las adoro :D

Fran.~
http://twitter.com/fraani_/

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Narras Tú:

Hundí mi rostro en la almohada de Nick y aspiré su perfume, en un vago intento por asegurarme que todo lo que había sucedido la noche anterior no había sido producto de mi imaginación o el golpe que había recibido en la cabeza. Abrí los ojos lentamente, estiré mis músculos un poco y me giré hasta enfrentar a Nick, quien me saludo con una sonrisa y un dulce beso en los labios.
Nick: Buenos días.
Tú: Buenos días (imité su gesto y me acerqué más a él). ¿Hace cuánto tiempo que estás despierto?
Nick: No mucho (con delicadeza tomo un mechón de cabello que tapaba mi cara y lo colocó detrás de mi oreja). ¿Cómo te sientes? ¿Dormiste bien? (su tono de preocupación me hizo sonreír aún más).
Tú: Estoy perfectamente, y todo gracias a ti. Te debo la vida, mi superhéroe (bromeé).
Nick: Cuidado con lo que dices, ______. Te puedo cobrar la palabra (ambos reímos).
Con un suspiro lo abracé con fuerza, descansando mi cabeza en su pecho.
Tú: No quiero levantarme. Estaría aquí contigo todo el día.
Nick: Yo tampoco quiero (me acarició el cabello con gesto distraído), pero hoy en Nochebuena, mis padres están por llegar y (un ruido lo interrumpió)… ups, creo que ya llegaron.
En cuanto Nick terminó de hablar, apareció Joe por el umbral de la habitación, seguido por Kevin y Andre.
Andre: ¡______! ¡Gracias a Dios que estás bien! (mi amiga corrió a abrazarme y se sentó junto a mi, a un lado de la cama). No sabes lo preocupados que estábamos. Te prometo que estábamos a punto de venirnos ayer por la noche, pero Nick insistió en que era mejor (de súbito dejo de hablar y nos miró acusadoramente)… ¡tú, vil animal! No querías que llegáramos antes para así tener tiempo de abusar de mi querida e indefensa amiga. ¡Ahora lo entiendo todo!
Andre tomó un cojín que estaba a los pies de la cama, dispuesta a golpear con él a Nick, pero la detuve rápidamente.
Tú: ¡No! ¿De qué estás hablando? Nick no abusó de mi ni mucho menos, ridícula. Yo ayer me sentía bien. Me revisó un médico que vive cerca y por eso no hallamos necesidad en que ustedes adelantaran el viaje, eso fue todo.
Joe: ¿Entonces qué significa esto? (nos indicó con mirada significativa).
Nick: Eh… bueno… (se rascó la cabeza nervioso). Ayer estuve conversando con ______ y decidió darme una nueva oportunidad, así que lo vamos a intentar otra vez (sonrió con timidez).
Kevin: ¡Esto es genial! Felicidades chicos, ya era hora que sentaran cabeza. No pueden estar el uno sin el otro, eso todos lo sabemos. Joe, me debes 100 dólares (sonrió triunfante).
Andre: ¿Por qué?
Joe: Pusimos fecha para la reconciliación de Nick y ______. Kevin dijo que sería antes de fin de año y ganó la apuesta (comentó entregándole el billete a su hermano menor, no muy contento).
Nick: Genial, adelante, apuesten sobre mi relación con ______.
Joe: Tranquilo, hermanito (se acercó a él y lo despeinó. Nick se molestó tan adorablemente que no pude evitar reír y besar su mejilla). Era sólo para ponerle un poco más de emoción a la situación.
Kevin: Y lo que de verdad va a ser emocionante va a ser ver la cara de nuestros padres al enterarse que ustedes durmieron en la misma cama (entrecerró los ojos en forma pícara).
Nick: ¡No! (saltó de la cama y se acercó a su hermano). No le digas.
Joe: Se van a enterar solos, están por llegar.
Andre: ¡Chicos, no sean malos con Nick! (los reprendió). Nada va a pasar. Ayer dormí con Kevin porque Denise me preguntó si quería. Ella sabe que somos personas de confianza y que no vamos a hacer algo inapropiado.
Kevin: Menos si están ellos en casa (completó mientras abrazaba a su novia por la espalda).
Nick: Genial (me miró y sonrió). Bueno, creo que es mejor que me vaya a duchar.
Desapareció por la puerta del baño y yo suspiré complacida. Hasta ahora todo estaba saliendo a la perfección y no iba a dejar que nada arruinara mi Navidad.
Fran: Trajiste ropa para mi, ¿verdad? No sé cuándo los de la grúa vayan a devolvernos las maletas.
Andre: Eso ni se pregunta, amiga. Aunque las cosas están en el auto de Kev… (miró al aludido y a Joe suplicante). ¿Quieren bajar las cosas mientras yo cuido de ______?
Kevin: Lo que quieras, pequeña.
Joe: A su orden, capitán (hizo un gesto militar con el cuál todos estallamos en carcajadas).
Cuando me quedé sola en la habitación con Andre le conté con lujo de detalles todo lo que había ocurrido la noche anterior. Me emocioné, grité y salté de alegría, y por supuesto, mi amiga me acompañó, por lo que parecíamos dos locas arriba de la cama.
Tú: No sabes las ganas que tengo de que Fran esté con nosotras ahora (dije con una mueca. Extrañaba a mi amiga).
Andre: Yo también, pero Joe dijo que habló con ella y va a pasar el Año Nuevo con nosotros en Los Ángeles.
Tú: ¡Genial! Aunque de todas formas tengo que decirle cuanto antes las nuevas noticias (sonreí).
La mañana y gran parte de la tarde pasaron muy rápido. Entre desayunar, ordenar la casa y preparar el almuerzo se nos fue la mañana, y en cuanto terminamos de almorzar, con Denise y Andre comenzamos con los preparativos para la cena de Nochebuena, mientras que todos los hombres Jonas se dedicaron a adornar la casa acorde a la festividad. Por suerte, Denise, siempre tan precavida, había comenzado a preparar los platos en Los Ángeles, por lo que no nos tardamos como esperaba.
Denise: ¿Estás cansada, cariño? (preguntó con tono maternal cuando me senté sobre la mesada de la cocina).
Tú: Sólo un poco. El dolor de cabeza me vuelve a ratos, pero se pasa enseguida.
Andre: ¿Estás segura? Porque con Denise nos podemos hacer cargo solas de la cena. Falta poco para que terminemos.
Tú: Estoy bien, gracias por preocuparse.
Era increíble a facilidad que tenía Denise para hacerme sentir en casa. Por más que hubiera vivido durante meses en su casa y fuera como una madre para mi, siempre era atenta y cariñosa, y no sólo me hacía a mi sentir cómoda, sino a todas las personas que la rodeaban. Era realmente una de las mujeres más bellas, por dentro y por fuera, que conocería en toda mi vida.
Cerca de las 7 de la noche la cena ya estaba lista, por lo que tuvimos una hora para arreglarnos según lo ameritaba la ocasión. Además, pasar una de mis festividades favoritas junto al chico que quería hacía que me quisiera ver linda aún más. Después de ducharme con tranquilidad en uno de los tantos baños que había en la planta superior me dirigí a la habitación de huéspedes, la que supuestamente iba a compartir con Andre. Al no ver a mi amiga allí, supuse que ya se había cambiado y alistado, por lo que aproveché de vestirme sin ningún apuro. Como estábamos en la costa oeste, no hacía mucho frío aún siendo invierno, por lo que me puse unos pantalones blancos y una blusa con flores que hace poco había comprado, junto a mis tacones negros favoritos. Tomé mi cabello en una cola alta y me maquillé lo más natural posible. Estaba terminando de arreglarme cuando alguien tocó la puerta.

Tú: Adelante (grité pensando que era Andre).
Al ver el reflejo de Nick en el espejo, me giré sonriendo para dirigirme a él.
Nick: Te ves hermosa.
Tú: Gracias. Tu estás guapísimo (me encantaba como se veía con jeans oscuros y camisa).
Nick: Mira lo que encontré mientras decorábamos la casa (balanceó frente a mis ojos unas cuantas hojas de muérdago, para después hacerlas colgar sobre nuestras cabezas). ¿Sabes cuál es la tradición, verdad?
Tú: Creo… pero podrías ayudarme a recordar (sonreí antes de abrazarlo por el cuello y besarlo). Te quiero mucho (dije cuando nos separamos).
Nick: Y yo a ti (me acarició la mejilla). ¡Casi se me olvida! Hablé con mis padres y puedes dormir conmigo… sólo si quieres, claro… y sólo dormir (rió).
Tú: Tonto (golpeé sin mucha fuerza su brazo). Creo que ya es hora de bajar a cenar.
La comida fue todo un éxito. Todo estaba delicioso, y tanto Denise, como Andre y yo nos llevamos las felicitaciones, siendo que la madre de los Jonas era la especialista en el ámbito. La charla fue amena y divertida, aunque la desesperación de Frankie por abrir los regalos hacía que riéramos aún más.
Paul: Bueno, cuando seas grande puedes vivir en Latinoamérica. Allá abren los regalos en Nochebuena.
Frankie: ¡Pero quiero mis regalos ahora!
Denise: Lo siento, cariño, sabes que no se puede.
Después del postre, todos fuimos a la sala a ver películas navideñas. Tuvimos una larga discusión sobre cuál ver, sin embargo, finalmente la elegida fue “Mi Pobre Angelito”. La película no iba ni en la mitad cuando me quedé dormida en el sillón. Nick, siempre tan caballero, quiso llevarme en brazos hasta su habitación, pero me negué rotundamente para que siguiera viendo la película. Me despedí de todos y subí a dormir.
Podría jurar que no habían pasado ni cinco minutos desde que me había acostado cuando Nick me despertó nuevamente.

Tú: ¿Qué? ¿Ya es Navidad? (pregunté confundida por el sueño).
Nick: Sí… no… o sea, sí, pero es de madrugada.
Tú: Nick, quiero dormir (me aferré a la almohada y le di la espalda).
Nick: Quiero darte tu regalo ahora (susurró besando mi hombro descubierto). Por favor.
Me senté en la cama y restregué los ojos. Tenía mucho sueño, pero la incertidumbre por saber cuál era mi regalo y por qué me lo quería entregar a esa hora eran mayores. Como buena niña obediente, tomé la mano que me tendió y lo seguí.

Capítulo 51 (Segunda Temporada)

domingo, 12 de diciembre de 2010
listo chicas :D espero que les guste el cap! tiene un final un poco más subido de tono, pero creo que es muy mínimo xD me dicen que les pareció :D gracias por los comentarios, son las mejores!

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Narras Tú:

No podía pensar con claridad, mi cabeza daba mil vueltas y me pesaba mucho. Aunque tenía los ojos cerrados, sentía una fuerte luz encima de mí. De a poco comencé a recordar porque estaba así, que había pasado antes. Imágenes borrosas pasaban por mi mente rápidamente. Yo conversando con Nick, él apunto de llorar, un ciervo en la carretera… el auto chocando contra un árbol. ¡Habíamos chocado! Tenía que saber cómo estaba Nick, que había sucedido, pero estaba tan débil que no me podía mover. ¿No sería que estaba muerta? En un principio me resultó bastante absurda la idea, sin embargo, dado el hecho de que ni siquiera podía abrir los ojos, le encontré un poco más de lógica. Aunque la sensación que tenía no era como si estuviera muerta. Podía sentir la presencia de alguien cerca. Intenté agudizar más mis sentidos y me di cuenta que no estaba tirada en el bosque. Me encontraba recostada en algo blando… bastante blando. Una cama, quizás. Y algo frío estaba sobre mi frente, algo que chorreaba. Mi respiración comenzó a hacerse más fuerte y sentí pasos y un perfume muy característico. Era Nick. Hice acopio de todas mis fuerzas para por lo menos abrir mis ojos. Tenía que asegurarme que él estaba bien… y que yo no estaba muerta, por absurdo que sonara.
En cuanto abrí los ojos, una luz, para mi cegadora, me obligó a cerrarlos nuevamente. Me tardé un par de segundos en acostumbrarme, pero después de eso me di cuenta que estaba en una habitación, más específicamente, en la habitación de Nick en la casa del lago.

Tú: ¿Nick? (susurré a la sombra que estaba a mi lado. Él estaba con su rostro escondido entre sus manos, por lo que no lo podía ver).
Nick: ¡______! (corrió para ubicarse a mi lado, arrodillado sobre el colchón, y tomó mis manos). Oh por Dios, que bueno que estás bien (besó mis manos con delicadeza y yo intenté sentarme). No, quédate quieta. Te golpeaste con fuerza en la cabeza y el doctor dijo que no debías moverte por unas cuantas horas.
Tú: ¿Doctor? ¿Horas? ¿Me puedes decir qué pasó? Sólo me acuerdo del choque.
Nick: Claro, si enseguida te desmayaste. Al intentar esquivar al ciervo, chocamos contra un árbol y te pegaste contra el parabrisas. Al principio no sabía que hacer, estaba histérico. Nadie en la casa contestaba, estaba lloviendo y no sabía cuál era tu estado. Por suerte no estábamos tan lejos de la casa, por lo que decidí traerte y después pensar mejor en qué debía hacer. Cuando estábamos de camino hacia acá, un vecino, que gracias a Dios era médico, nos trajo hasta la casa y te revisó. Dijo que estabas bien, que había recibido contusiones leves y debías reposar. Después llamé a una grúa para que recogiera el auto y estuve esperando hasta que despertaras. Aunque el doctor dijo que estabas bien, yo estaba muy preocupado. No sabes lo feliz y lo que me tranquiliza saber que estás bien (sonrió abiertamente y yo lo imité).
Tú: Una gran travesía (dije sorprendida). ¿Te pudiste comunicar con alguien en Los Ángeles?
Nick: Sí. Llamé a papá y le conté todo lo que había sucedido. Estaba dispuesto a venirse enseguida, pero le dije que estábamos bien. Él insistió, lo conoces, pero finalmente lo convencí, aunque dijo que a primera hora de la mañana estarían aquí.
Tú: ¿Y qué hora es? (pregunté mirando la ventana. La luna estaba en todo su esplendor sobre el cielo).
Nick: Pasadas las 10 de la noche. Estuviste bastante rato inconciente. Prométeme que nunca más vas a hacer algo así (pidió con una mirada intensa).
Tú: Pero me desmayé. No puedo controlar eso (dije con una mueca).
Nick: No me importa. Sólo promételo.
Tú: Está bien, lo prometo (juré resignada). ¿Hay algo para comer? Muero de hambre (Nick rió ante mi comentario y yo lo miré disgustada). ¿Qué te causa tanta gracia?
Nick: Estuviste a punto de morir, ¿y en lo único que puedes pensar es en comida?
Tú: Pero si tengo hambre (dije como su fuera lo más obvio del mundo).
Nick: Está bien (suspiró con una sonrisa). Lo único que encontré fue un poco de pasta. Si quieres puedo preparar mientras te das una ducha. Tu ropa está bastante sucia y húmeda.
Instintivamente miré mi cuerpo y me di cuenta que Nick tenía razón. Estaba empapada y llena de barro. Suspiré resignada y me paré de la cama con ayuda de Nick.
Tú: ¿Dónde está mi maleta?
Nick: Eh… eso… tuve un pequeño percance. Nuestras maletas estaban en el auto, y se fueron con la grúa (se notaba la vergüenza en su rostro). Lo lamento, pero la ropa fue en lo último que pensé.
Tú: No te preocupes (lo tranquilicé acariciando su mejilla). ¿Me podrías prestar algo? Porque supongo que tienes ropa acá en la casa, ¿verdad?
Nick: Sí, espera un segundo.
Yo aproveché para ir al baño y llenar la tina con agua caliente. Un buen baño era lo que necesitaba para relajarme y sentirme mucho mejor. Dejé correr el agua y volví a la habitación. Recién ahí me percaté que el cabello de Nick estaba húmedo y su ropa era distinta a la que llevaba mientras íbamos en el auto. Él también debió haber quedado lleno de tierra.
Nick: Creo que esto te puede servir (me entregó una camiseta y unos pantalones cortos de algodón).
Le sonreí y me encerré en el baño. Me quité toda la ropa sucia y me metí en la tina. Enseguida el agua caliente relajó mis músculos y me demoré un buen rato en enjabonarme y lavarme el pelo, aunque siempre tuve mucho cuidado. Nick había dicho que no podía hacer movimientos muy bruscos ni mover mucho la cabeza. Mientras me bañaba descubrí un par de moretones y me lavé las heridas que tenía en la frente, aunque ya estaban limpias. Cuando el agua había comenzado a enfriarse decidí salirme. Me sequé con cuidado el cuerpo y me vestí con la ropa de Nick. La camiseta me llevaba a la mitad del muslo, y el pantalón, que era bastante corto y holgado me llegaba un poco más debajo de la camiseta. No me veía fantástica, pero era cómodo y sus prendas tenían impregnado el aroma de Nick, lo que mejoraba la tenida.
Luego de utilizar el secador de cabello y peinarme un poco, salí del baño y me encontré con Nick, quien estaba por entrar a la habitación con una bandeja.

Nick: Justo a tiempo (sonrió).
Últimamente estaba haciendo ese gesto muchas veces, y me agradaba. Nos ubicamos cómodamente en la cama para comer para comer los tallarines que Nick había preparado, los que realmente estaban muy buenos. Estuvimos en silencio un buen rato, y cuando terminamos de comer y Nick dejó la bandeja en una de las mesitas de luz. Enseguida me miró, se acercó más a mí y tomó mis manos.
Nick: ______, no se si recuerdas lo que dije antes del accidente (yo asentí, invitándolo a seguir hablando. Él dudó, sin embargo, tomó aire y continúo). Para mí es muy difícil decirlo, es más, creo que me estoy comportando como la persona más patética del mundo, pero yo tengo que decírtelo (respiró con fuerza otra vez). Te quiero mucho, y sé que me he comportado como un idiota este último tiempo. Es más, te entendería perfectamente si me odiaras en este momento, sin embargo, lo voy a hacer de todas formas, y voy a asumir las consecuencias. Quiero estar contigo (me miró fijamente). No me importa Nate o cómo fue nuestra relación antes. Vamos a comenzar de nuevo, sólo si quieres, claro (rió nervioso). Se que no resultó la última vez, pero estoy dispuesto a hacer todo para que esta vez las cosas salgan bien. ¿Qué me dices?
La única respuesta que le di fue abalanzarme sobre él y besarlo. Él tenía razón, no podíamos pensar en Nate o en nuestra relación pasada si queríamos hacer las cosas bien. En ése momento sólo éramos Nick y yo, y así sería por el resto de los días.
Nick: Espera… espera un poco (me aparto). Esto es un sí, ¿verdad?
Tú: Por supuesto que sí, tonto (sonreí y volví a besarlo).
Esta vez, fue Nick quien tomó el mando en el asunto. Me recostó con suma delicadeza sobre la cama, ubicando sus rodillas a cada lado de mis caderas, e inclinó su cabeza para besarme. Instintivamente llevé mis manos a los rizos que caían en su nuca para que no rompiera el beso, aún sabiendo que no lo haría. Al tiempo que introducía su lengua en mi boca y cambiaba de ángulo para besarme mejor, comenzó a acariciar mis piernas con movimientos suaves, muy contrario a lo que estaba haciendo su boca. Sus movimientos hacían que no pudiera hilar bien mis pensamientos, pero no me importó. De lo único que me preocupaba era de sentir las caricias de Nick y de los miles de colores y fuegos artificiales que explotaban en mi mente.
Después de estar bastante rato jugando con su cabello, mis manos pasaron por su espalda para dirigirse a la base de su camiseta y colarse por debajo de ella. Su piel era suave y caliente, justo como la recordaba. Me dediqué a acariciar con dulzura su espalda mientras el besaba mi cuello con dedicación. Nuestras respiraciones de a poco se agitaban. Llegó un momento en que la camiseta de Nick pasó a decorar el suelo, pero a ninguno de los dos nos importó. Sin embargo, cuando mi camiseta se hizo lugar junto a la de Nick y el comenzó a repartir besos en mi abdomen, un atisbo de cordura se hizo presente.

Tú: Nick… (susurré). Nick…
Nick: ¿Qué? (volvió a besarme en los labios y por un segundo casi caigo de nuevo).
Tú: Creo que deberíamos detenernos… ahora (lo aparté y miré significativamente su pecho desnudo y el mío sólo cubierto con mi sujetador).
Nick: Sí… yo… lo siento (se paró de un salto, se colocó su camiseta y me pasó la que yo estaba usando).
Tú: No hay problema, digo, fuimos los dos. Sólo perdimos un poco el control, eso es todo. Estábamos entusiasmados (sabía que Nick se iba a sentir mal, por lo que no quería que se culpara).
Nick: No, fui yo… lo siento.
Tú: Nick (me acerqué a él, que estaba al lado de la ventana, y lo obligué a mirarme). No pasó nada. Tranquilo, ¿si? Estas cosas pasan. Somos adolescentes, es normal. Tú tienes un anillo y yo también he hecho promesas, así que estate tranquilo. Nada va a pasar. Fueron sólo besos.
Nick: Y algo más…
Tú: Bueno, algo más, pero de allí no pasó. Está bien, ¿si?
Nick: Está bien (dijo con una sonrisa). Creo que es mejor que te deje dormir, ha sido un largo día.
Tú: Bueno, pero… ¿te puedo pedir algo?
Nick: Claro.
Tú: ¿Puedes dormir conmigo? Te prometo que nada va a pasar (reí).
Nick: Ok (me imitó).
Salté a la cama, y aunque Nick me regañó por eso, nada podía borrar la sonrisa de mi cara. Me acurruqué en su pecho y no tarde en quedarme dormida.