¡Chicas! Mucho tiempo sin subir, no saben lo mal que me siento :( soy un asco, de verdad, pero el lunes que viene doy la PSU nuevamente, que es la prueba que se da en Chile para entrar a la Universidad, así que entre el estudio, trabajo y otras actividades he tenido muy poco tiempo.
No sé qué he hecho para merecer lectoras tan fieles y maravillosas como ustedes, que me esperan ♥ no las merezco. Aunque sean pocas SIEMPRE están conmigo y no saben cuánto se los agradezco.
Espero la próxima semana ya tener más tiempo y subirles más seguido, ya que queda poco para que se termine el año y la novela :O sigo con la idea de llegar a los 100 capítulos, así que de aquí a fin de año va a terminar la nove. Espero que me sigan con los otros proyectos que tengo en mente. Ya las informaré al respecto.
Me apuro porque tengo que ir a trabajar. Un beso enorme, las adoro ♥
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Narras Tú:
Suspiré
resignada al ver el montón de cosas que tenía que llevar para el viaje a
Europa. Estaría un mes allá, por lo que era comprensible llenar varias y enormes
maletas, pero eso no quitaba que fuera una real molestia tener que empacar.
Puse música en
el reproductor y comencé con la ardua tarea. Estuve tentada de simplemente
tomar todo lo que estaba en mi armario y guardarlo en la maleta, como estaba
segura que Fran haría, sin embargo sabía que después me arrepentiría. A medida
que hacía una lista mental de lo que creía necesitaría, buscaba las cosas y las
guardaba.
Tú: Mi vestido morado… ¿dónde está?
Me pregunté en
voz alta al no encontrarlo en mi armario. Intenté hacer memoria, pero sabía que
lo había dejado ahí. Quizás alguna de las chicas lo había sacado, por lo que me
dirigí a la habitación de Andre para preguntarle si lo había visto.
Como era
costumbre, entré sin tocar la puerta, y enseguida me arrepentí de aquello. Mi
amiga estaba entre el colchón de su cama y el cuerpo de Kevin, besándose como
si no hubiera mañana.
Tú: Lo siento chicos (me disculpé sin evitar reír al
ver sus expresiones). Hola, Kevin. No sabía que estabas aquí.
Kevin: Hola, ______ (sonrió de medio lado, sonrojado).
Andre: Llegó hace poco (dijo mientras se arreglaba la
ropa y el cabello).
Tú: Ya veo (reprimí una carcajada. Se veían tan
avergonzados que era adorable). Sólo te quería preguntar si habías visto uno de
mis vestidos, pero no te quiero molestar.
Andre: No te he sacado ninguno. Revisa en la habitación
de Fran, lo más probable es que esté allí.
Tú: OK. Ustedes sigan en lo suyo (me despedí de ellos
con expresión pícara).
Cerré la
puerta detrás de mí y dejé que mis amigos siguieran en lo suyo. Los chicos se
irían de gira por Latinoamérica y nosotras estaríamos en Europa por las
próximas semanas, por lo que Andre y Kevin estarían bastante tiempo sin verse.
Tenían derecho a disfrutar de la compañía del otro antes de irse.
Fran y Joe
estaban en un plan parecido, ya que habían decidido darse unas pequeñas
vacaciones en las playas de San Diego por el fin de semana.
No podía
evitar sentir un poco de envidia al ver a mis amigas con sus novios. Me hacía
extrañar más de lo que pensaba a Nick.
Ya habían
pasado cerca de diez días desde que había terminado con Nick, pero parecía
mucho más tiempo. No pasaba un solo día sin que lo recordara, sin que quisiera
con desesperación tomar mi teléfono y llamarlo. Necesitaba tenerlo cerca,
abrazarlo, besarlo, pero no podía.
Por más que
pretendiera frente a mis amigos que estaba bien, todavía no había perdonado a
Nick por mentirme, no realmente. Ya había dejado de lado la etapa
patético-depresiva en la que me sumí los primeros días, pero seguía sintiendo
un agudo vacío en el centro de mi corazón, acompañado de una incómoda sensación
de ardor en el borde. No me importaba, sabía que terminaría acostumbrándome al
dolor.
Me pregunté
cómo lo estaría llevando Nick. Hasta ahora no había tenido el coraje de
preguntarle a mis amigas o sus hermanos cómo estaba, y ellos tenían la
suficiente delicadeza como para no sacar a la luz el tema. Se los agradecía
tácitamente, sin embargo tenía ganas de saberlo. Por lo que había escuchado en
los pasillos de la discográfica, había pasado mucho tiempo encerrado en el
estudio, lo que sólo podía significar que estaba canalizando sus sentimientos a
través de la música, algo muy propio de él. Quizás tampoco lo estaba pasando
muy bien.
Después de volver
del cuarto de huéspedes, donde encontré el vestido que buscada, a mi
habitación, seguí ordenando y empacando mis cosas hasta que fue hora de cenar.
Tenía ganas de comer pastas, por lo que se me ocurrió invitar a Andre y a Kevin
a comer a algún restaurant, pero los busqué por toda la casa y no los encontré.
Me detuve al ver una nota pegada en la puerta de entrada que decía: «______, ve
a tu habitación y ponte tu vestido de graduación. Allí encontrarás la próxima
pista. Andre y Fran». Reía ante la ocurrencia de mis amigas, mas hice lo que me
pedía. Saqué de mi armario el hermoso vestido estilo
sirena color naranjo claro con encaje negro que hasta ahora no había tenido la
oportunidad de usar. Había estado demasiado afectada por mi rompimiento con
Nick que no tuve ganas de ir a mi fiesta de graduación, y para darme apoyo
moral mis amigas tampoco fueron. Todavía me arrepentía por inconscientemente
casi haberlas obligado a eso.
Cuando ya
estuve lista vi pegado en el espejo de mi tocador otra notita. «Ahora tienes
que prepararte para pasar la mejor noche de tu vida y bajar al sótano. Ahí te
espera una sorpresa. Te queremos. Andre y Fran».
Intrigada, me
dirigí directamente al sótano. Abrí la puerta con cuidado y enseguida el sonido
de la música llegó a mis oídos. A medida que bajaba las escaleras una hermosa
decoración quedó a la vista. La habitación estaba llena de globos y pequeñas
luces tintineantes colgaban del techo. A uno de los costados una mesa con un
largo mantel blanco estaba repleta de mi comida favorita.
Sonreí al ver
todos los pequeños detalles en los que se habían empeñado mis amigas. En la
pared había un enorme collage de fotos mi niñez junto a mis padres, de nuestras
vacaciones en la nieve; también decoraban el cuarto imágenes de mí con mis
mejores amigos, Fran, Andre y Nacho, durante todos nuestros años de amistad, y
algunas más recientes con los Jonas. No pude evitar soltar unas lágrimas de
felicidad. Era una bendición tener tan buenos amigos.
Fran: No se supone que tengas que llorar (me reprochó,
apareciendo de la nada junto a Andre).
Tú: Esto es culpa de ustedes (me excusé secando mis
mejillas). Esto es hermoso.
Andre: Nos perdimos nuestra fiesta de graduación, pero
eso no quiere decir que no podamos celebrarla de todos modos (sonrió y me
abrazó). Aunque cambiamos el gimnasio del colegio por el sótano y los cientos
de invitados por sólo tres personas (torció el gesto al escuchar lo patético
que se escuchaba, pero para mí era la mejor fiesta de todas). Y después de todo
por lo que has pasado, te lo mereces.
Tú: Muchas gracias (nuevas lágrimas de emoción
corrieron por mi rostro). Pero se supone que tú estarías con Joe en la playa
(le dije a Fran), y tú con Kevin (miré a Andre). ¡No los verán por semanas!
Fran: Cambiamos nuestros planes para estar contigo,
tontita. Las amigas son y serán más importantes que los chicos. Y tú has estado
siempre con nosotras, esto es lo mínimo que podíamos hacer. Además, ya hacía
hora que salieras de tu habitación y te divirtieras un poco.
Mis amigas
tenían razón. Por más que siguiera doliendo, tenía que salir de mi miseria y
disfrutar la vida. Al fin y al cabo no todo acababa después de una separación. Tenía
puesto un hermoso vestido, estaba junto a mis mejores amigas, quienes también
estaban vestidas para la ocasión, había comida, música y buen ambiente. Tenía
derecho a pasarlo bien, me lo merecía. Dejaría guardado bien dentro de mi
corazón todos los amargos sentimientos y me concentraría en lo positivo.
Tú: Chicas, prepárense para la mejor noche de sus vidas.
Sonreí
dispuesta a bailar hasta que mis pies no aguantaran más y reír sin parar junto
a mis amigas, igual que en los viejos tiempos.